Análisis: Need for Speed Rivals
La película es nº1 en la taquilla americana y el videojuego es un anticipo de todo lo que puede dar de sí en la presente generación de consolas
La saga Need 4 Speed lleva ya más de 15 años quemando rueda de forma anual a lo largo de una amplia lista de consolas. Bajo diferentes registros (Most Wanted, Hot Pursuit, Underground...) y reinventándose una vez tras otra, parece que no se ha querido perder el lanzamiento de la nueva generación. PS4 y Xbox One reciben NFS Rivals, esta vez desarrollado por el estudio Ghost Games, conformado por antiguos integrantes de Criterion (creadores de Burnout) algo que asegura calidad antes de que pensemos en quitar el precinto al juego.
Si bien en la consola de Microsoft va a tener un duro competidor en el género, un colosal Forza MotorSport 5, en la de Sony tiene el camino algo más despejado siendo el único juego de carreras disponible de salida tras el retraso de Drive Club. Que no se nos entienda mal, NFS Rivals no es un juego exento de calidad, así que su previsible éxito no debería estar ligado a este hecho. Pero pasemos a reconocer los principales aspectos de este N4S que nos llevan a tener en cuenta su compra.
Modo Historia
Para empezar el juego integra las características del modo un jugador y multijugador a la perfección. Cuando arranquemos el modo historia, previo paso por un detallado tutorial, seremos lanzados a la carretera en sesión online, donde compartiremos espacio con hasta cinco pilotos humanos, cada uno a su bola, por así decirlo.
Es lo que en Ghosts Games han llamado AllDrive, un paso más allá del echar la típica carrera online. Se trata de compartir el hábitat con otros pilotos, viendo su ubicación en el mapeado, pudiendo retarles al pasar cerca de ellos pulsando un botón, o incluso ayudarles a escapar de la policía en caso de necesitar esa ayuda extra que nunca sobra.
Por supuesto, esto gana muchos enteros si son nuestros amigos los que están con nosotros corriendo, los piques así siempre son más sanos. El juego nos da la opción de delimitar con quien nos unimos o quien se une a nuestras partidas, con la posibilidad de jugar solos y que el lugar de los corredores humanos lo ocupen plazas de IA, sabiendo que ningún usuario malicioso (que los habrá) nos da problemas de más para acabar nuestras carreras.
En el modo historia tendremos dos lados diferenciados, elegiremos entre ser piloto o policía, y podremos alternar entre ellos en cualquier momento. Como piloto deberemos llegar los primeros a la meta en las carreras, deshacernos de nuestros rivales por cualquier medio y despistar a la policía que, tarde o temprano, detectará nuestro comportamiento y vendrá a por nosotros.
Como policía todo lo contrario, deberemos aplacar con todo nuestro ímpetu a los corredores que se pasen de la raya utilizando maniobras que nos harán preguntarnos quien es aquí el infractor. El juego nos lo recuerda en ciertas pantallas de carga, “no se combate a demonios con ángeles”.
Seamos de un bando u otro avanzaremos en la historia mediante retos, que iremos eligiendo entre tres opciones, y que tendrán como objetivo ganar una carrera o alcanzar un tiempo contrarreloj, derrapar una cantidad de metros, rozarse con rivales o alcanzar cierta velocidad punta. Al acabar buscaremos nuestra guarida o centro de mando, dependiendo de nuestro bando, para guardar nuestros puntos de juego (Speed Points) y gastárlos en coches, mejoras y tuneos con lo que afrontar la siguiente etapa. Incluso armas como minas, ondas de choque o pulsos electromagnéticos, cualquier ventaja es buena para ganar.
Novedades gráficas y técnicas
También notamos mejora en la interfaz in-game; mediante la pulsación del botón derecho en la cruceta direccional podremos navegar de forma intuitiva para elegir la carrera, garaje o taller al que ir, y el juego nos marcará la ruta más cercana en el mapa directamente, sin interminables travesías por los menús ni necesidad de pausar el juego, cosa que se agradece enormemente.
En el apartado técnico el juego cumple de forma notable; la next-gen sirve de excusa para sobrecargar los entornos sin mesura, crear efectos de polvo exagerados, llenar el asfalto con cantidades bárbaras de hojas caídas de los árboles o para que el cielo se descargue con efectos climatológicos hiper-realistas.
Todo fluye de manera perfecta a velocidades de vértigo con tasas de 60 frames por segundo, por un enorme mapeado abierto de par en par en el que veremos zonas de todo tipo: montañas, desiertos, bosques, costas, etc. Si de algo estamos seguros es de que la vista no se os va a cansar. Echad un vistazo al juego en movimiento.
En resumen, Need for Speed Rivals es un más que digno estreno en la nueva generación y un anticipo de todo lo que puede dar de sí en las siguientes entregas. No os equivocareis con su compra.