Ruth Lorenzo, a por todas
Todo lo que debes conocer antes de vivir la final de la edición de este año
Agitemos la banderita española y pongámonos nerviosos que ya sólo quedan horas para que dé comienzo la gran final del Festival de Eurovisión 2014 que se está celebrando estos días en la capital danesa, en Copenhague.
Mucho y variado es lo que ya ha acontecido en esta semana. Y es que Copenhague está tomada por el espíritu eurovisivo. Delegaciones, televisiones, periodistas, enviados especiales, artistas y, por supuesto, los eurofans han conquistado la ciudad donde nació el autor del cuento de la Sirenita.
Allí hemos enviado nosotros a una sirena, Ruth Lorenzo. Por lo menos, su canto es el de una sirena porque desde que llegó el pasado sábado a Dinamarca se está metiendo a todos en el bolsillo con su personalidad, su fuerza y su portentosa voz cantando ese Dancing in the rain que cada vez está más arriba en las casas de apuestas como posible ganadora del festival. Sólo hay que ver su ensayo oficial:
Se nota su paso por el X Factor británico por ese temple y sentido del espectáculo que tiene Ruth encima del escenario. Este jueves, a nuestros compañeros de la SER Ruth les decía que no hay nervios ni miedo: "No tengo miedo a ningún país, a nadie. Para subirte a un escenario no puedes temer a nada".
El recinto y el escenario
España actuará en la segunda mitad de la final, cosa que siempre puede beneficiar ya que al ser una gala tan larga, las primeras actuaciones tienden a quedar eclipsadas por las últimas (tenemos memoria de pez...). Concretamente será en la posición 19 (aquí te dejamos el orden de actuaciones). Y actuará en el imponente B&W Hallerne, un recinto feo como una nave industrial por fuera, pero que ha quedado espectacular por dentro y puede albergar a casi 11.000 personas en sus gradas.
El escenario es una de las claves de esta edición con su 180 metros de pantalla. Hay además torres de acero de 20 metros de altura, 32 proyectores de luz alrededor del escenario, cerca de 30 cámaras... Todo a disposición de un show televisivo con una audiencia de unos 180 millones de telespectadores.
Las favoritas
La gran favorita para alzarse con la victoria final es Suecia. Titulada Undo e interpretada por Sanna Nielsen es un temazo que te deja pegado a la tele escuchando la gran voz de la sueca. No es un tema marchoso, ni dance -como lo era Euphoria en 2012, con Loreen, también representando a Suecia-, sin embargo comparte con este tema ganador la fuerza y la firmeza de la artista en el escenario.
Compiten 26 países en la gran final. España actuará en la posición 19ª
La puesta en escena es muy sencilla, pero elegante. Sanna tiene un gran dominio de voz, un bonito tono y se adapta como un guante a esta preciosa canción. Complicado lo tienen todas las demás ante ella. Lógico que críticos y casas de apuestas la consideren la gran favorita de esta 59 edición del Festival de Eurovisión.
Otra de las grandes favoritas es el tema presentado por Armenia e interpretado por Aram MP3 bajo el nombre Not Alone. La primera parte de la canción es muy tranquila, de puesta en escena similar a la sueca. Después la canción rompe fuerte y la voz rasgada del artista sueco se hace con el escenario. También podríamos decir que es un bonito tema.
Otro país que va pisando fuerte por Copenhague es Hungría con el guapetón de Kállay-Saunders y su Running. Quizá es el tema más popero, más cañero, de los favoritos y uno que podríamos bailar en cualquier discoteca.
En las quinielas de favoritas también entra el tema que presentan los Países Bajos, Calm after the storm y que está interpretado por el dúo, chico-chica, The Common Linnets. Su inicio puede recordar al Every Breath You Take de Police. A medida que avanza los tonos folk se van apoderando de esta tranquila canción a la que le falta algo -o eso creemos- para ser una ganadora de Eurovisión.
No debemos olvidar tampoco a Reino Unido. Este año compiten con la cantante Molly y su tema Children of the Universe. Un tema similar al que presenta España: fuerza, coros y potencia contenida en la gran voz de Molly. Con Ruth también comparte su juventud (la inglesa tiene 26 años) y el hecho de haber sido elegida por la audiencia de su país para representarlo en el Festival. Eso sí, quizá a esta chica le falta la pasión sobre el escenario que sí vemos en Ruth.
En el grupo de favoritas, en el que finalmente se colará alguna que ningún experto ni ningún medio haya tenido en cuenta -siempre pasa-, habría que incluir sí o sí a Conchita Wurst, la representante de Austria. A ver, para los más despistados… la mujer barbuda.
Conchita se está metiendo a todos en el bolsillo desde que llegó. Se ha forjado un carácter a prueba de críticas, lucha por lo que es su sueño y eso cada vez está empezando a gustar más. Nació hombre y empezó a cantar como tal. Ahora, con apariencia inconfundiblemente femenina, mantiene su barba porque, como diría Alaska "¿A quién le importa lo que yo haga?".
Conchita Wurst interpreta en Eurovisión un tema que tiene mucho de personal y que lleva por título: Rise Like a Phoenix. Y así se alza ella, como el ave fénix. Conchita muestra un poderío imponente en su voz y una gran destreza en el escenario. Ya enamoró en la semifinal y enamorará en la gran final.
El resto de países
Junto a estos favoritos compiten otros muchos hasta completar los 26 que veremos en la final. No todos los que han ido hasta Copenhague estarán el sábado sobre el escenario del B&W Hallerne. El número de preseleccionados fue de 37. De esos, 5 se clasifican directamente para la final (el llamado Big Five, formado por España, Reino Unido, Italia, Alemania y Francia) y también el anfitrión, en este caso Dinamarca que va con un tema muy comercial Cliché Love Song interpretado por Basim (muy del rollete Maroon 5).
Estos 6 países son los encargados de elegir a otro 20 en las semifinales (10 en cada una). Si bien en la segunda semifinal, la de este jueves, no hubo grandes sorpresas y países como Austria, Polonia (con las sexys pastorcillas lecheras) o Grecia pasaron a la final; en la primera semifinal, la del martes (en la que votaba España) aquello fue un mar de sobresaltos. Para empezar cayó eliminada Portugal con su Quero Ser Tua (de Sazy). No es que fuese una gran canción, pero le ponía frescura y samba a esta edición. Un ritmo muy latino que no convenció…
En 2013, en España vieron Eurovisión más de 5,3 millones de espectadores y más de 6,3 siguieron las votaciones
¡Ojo! porque sin Portugal, España pierde a uno de los países que más votos le da en cada edición. No se clasificó Portugal, pero sí lo hicieron dos grandes sorpresas: San Marino (con el tema Maybe) y Montenegro (con Moj Svijet). No darán mucho de qué hablar ninguna de las dos canciones.
En esta primera semifinal se clasificaron las grandes favoritas como Suecia, Hungría y Armenia.
¿Cómo ver la gala?
La gala de la gran final del Festival de Eurovisión tendrá lugar este sábado 10 de mayo y se retransmitirá como siempre por La 1 de TVE. Primero habrá un previo desde las 20 horas conducido por Elena S. Sánchez y conectará con Ruth Lorenzo minutos antes del gran momento.
A las 21:00 horas se inicia la gala y ahí será, otro año más, el veterano periodista José María Íñigo el que se encargue de retransmitirla para toda España. Y ya, cerca de la media noche llegará el momento más emocionante el de las votaciones. Para España las dará la presentadora Carolina Casado.
Nosotros ya os dimos un buen puñado de razones para ver Eurovisión. Es un espectáculo televisivo y musical sin igual. Tanto que hasta Australia se ha animado a venir este año a participar, aunque no competirá.
En España, la final de Eurovisión es una de las emisiones más vistas de cada año. La edición del año pasada fue seguida por 5.369.000 espectadores (33,1% de share) alcanzando los 6.336.000 (39,1%) durante las votaciones. En 2012 siguieron la gala 6.542.000 personas (43,5%) y en las votaciones el público creció hasta los 8.087.000 espectadores (49,3%).
Después de la gala, la hayas visto o no, en Los40.com contaremos cómo ha sido y dejaremos una completita crónica con los mejores momentos. Como os dije al principio: sacad las banderitas… ¡que este es el Eurofinde!
