Especial
Sia, una diva del pop que hace todo lo posible para no serlo
La cantante es un fenómeno musical rompiendo las reglas
Si cualquier persona, además de los famosos, supiesen lo que significa ser famoso, no querrían serlo nunca
Con estas palabras comienza Sia su Manifiesto Anti Fama. Este texto pone en evidencia lo difícil que puede resultar estar casado con una profesión que requiere de una constante exposición pública. Y es ahí donde Sia rompe las reglas: es una reputada cantante, con muchos aires de diva del pop, cuya exposición pública no le impide salvaguardar su privacidad.
Sia no presume de un perfecto pelo rubio como Britney Spears. Y tampoco de ser la reina del baile, como Beyoncé, o de crear shows con constantes cambios de vestuario a lo Madonna. No es excéntrica como Lady Gaga o una verdadera influencer como Selena Gomez.
Sia es una diva a su manera: con pelucas imposibles que actúan como disfraz, con puestas en escena en las que ella no es protagonista y con videoclips en los que ni aparece. ¿Cuáles son las reglas que Sia ha roto para convertirse en un fenónemo musical?
Sia (casi) nunca muestra su cara
Es el eje que vertebra su doctrina: su aspecto es suyo y de quien ella quiera. Ya sea mediante pelucas, utilizando lazos enormes o con una redecilla como si se tratase de alta costura, cualquier objeto es bueno para no mostrar sus rasgos.
No es una cara desconocida, pero tampoco es una cara que interesa. A su público no le importa si ese día está maquillada o no, sólo quiere escuchar su directo. Su voz, está claro, es una de las mejores voces del pop actual. Por ello, su cara es lo último que esperamos ver, aunque a veces el viento le juegue malas pasadas.
Sia no aparece en sus vídeos oficiales
Ni falta que hace. Ella fue la gran descubridora de Maddie Ziegler, "su niña". Quizá fue Chandelier, y por supuesto, su fantástico videoclip, el tema que supuso un antes y un después en su carrera profesional.
Es raro que una cantante tan aclamada como Sia no sea capaz de bailar en un vídeo, o de mirar a cámara y guiñar un ojo... Es casi imposible de imaginar que cualquier diva del pop no sea protagonista de sus vídeos. Sia, de nuevo, rompe esta regla: su voz es suficiente.
Sia es secundaria en sus show
Claro está que si en sus clips no aparece, en sus shows no iba a ser la protagonista. Sia ha sido capaz de reinventar el show musical en televisión y en concierto. La profundidad de sus letras, sus melodías más que reconocibles y su voz desgarrada son los instrumentos únicos para sus espectáculos.
Estos son los ingredientes que ella aporta, nada de movimientos corporales o primeros planos seductores. Uno, dos, tres o cuatro bailarines acompañan y son protagonistas de sus puestas en escena, innovando de nuevo con sus vestuarios. Lo importante es transmitir: no hace falta agua, ventiladores o luces de discoteca.
Sia no aparece en sus redes sociales
Sería una contradicción si mostrase su día a día a través de su perfil de Twitter o de Instagram. Y estaríamos hablando de una incongruencia mayor aún si enseñase su cara. Las redes de Sia no publicitan producto alguno o no publican si la artista tiene un día mejor o peor.
Sus perfiles oficiales se dedican a hacer promoción de sí misma, a reírse de ciertos aspectos y a publicar fotos absurdas. Eso es todo, ni rastro de moda o de cualquier otro aspecto al que otras artistas nos tienen acostumbrados.
Sia conoce la industria y a su público
La cantante, antes de convertirse en un verdadero fenómeno musical, componía para otros artistas. Adele o Rihanna eran algunas de las afortunadas que contaban con su imaginación. Sin embargo, y quizá cansada de que el público no reconociese su verdadero valor, Sia decidió recopilar en This Is Acting algunas canciones que otros habían rechazado.
¡Y qué acierto! Éxito tras éxito, Sia ha demostrado conocer aquello que es necesario en el mundo de la música y aquello que su público demanda. Es conocedora de lo que gusta y lo que no gusta, por eso es número uno. Compone y canta sus canciones, eso es lo que mejor sabe hacer.
La fama y yo nunca estaremos casadas
Con esta declaración finaliza Sia su manifiesto, un texto que ha hecho que se haya convertido en una verdadera (anti)diva, en una contradicción de todo aquello a lo que la industria musical nos acostumbra y en un reflejo fiel de que la música puede ser música sin artificio que disfrace su baja calidad. Sia es un misterio.