Especial
Dirt Rally 2.0 nos pone de 0 a 100
¡Y en muy pocos segundos!
Comenzaré este análisis diciendo que siempre he sido un fiel seguidor de los juegos de conducción de Codemasters. Hace años perdí la cuenta de las monedas que gasté en las recreativas con el Colin McRae de distintas épocas. Y títulos como Dirt Rally 2.0 me siguen poniendo de 0 a 100 en muy pocos segundos.
Partiré de la base de que no a todo el mundo le gustan los juegos de conducción pero Dirt Rally 2.0 (como cualquier Fórmula 1 de los últimos 2-3 años) es la oportunidad perfecta para iniciarse. Es exigente, es bastante completo y sobre todo es muy divertido.
Simulación y desafío
Son dos de las palabras que mejor pueden definir la entrega más reciente de Codemasters. Un videojuego en el que cada detalle del coche, cada física relacionada con la velocidad, con el rozamiento de la superficie, con la climatología... está perfectamente simulado. O al menos eso me gusta pensar ya que yo nunca he conducido un coche de rallies. Quien sí lo ha hecho, los pilotos del mundial, siempre han dicho maravillas de la simulación de esta entrega.
En cuanto al desafío para el jugador, es constante y creciente. Cuando creas haber conseguido acostumbrarte a la respuesta del coche, cambiará el estado de la pista o cambiarán las condiciones climáticas o cambiará la hora de la prueba que debas disputar (conducir de noche es una auténtica obra maestra en Dirt Rally 2.0).
Y cuando ya hayas conseguido dominar todos estos aspectos en tus primeras 30-35 pruebas, los créditos que has obtenido te permitirán ampliar tu equipo y adquirir coches más potentes y todo volverá a empezar de 0: la velocidad, la superficie, el trazado, la lluvia...
Lo de pisar a fondo el acelerador, después pisar el freno o tirar de freno de mano mientras movemos ligeramente el stick para negociar la trazada ya es cosa del pasado. Aquí un bache, un cambio de rasante, una mala posición del coche o la grava / asfalto en el suelo te va a sacar de la pista como vayas de listo.
Y salirse de la pista es el primer paso para que empiece una escabechina de segundos en nuestra contra.
Daños, gráficos y sonido
Lo mejor (o lo mejorable) de casi todos los juegos de coches viene en este apartado: los daños, los gráficos y el sonido.
Los daños que sufrirá el coche van desde la apariencia (chapa y pintura) hasta las colisiones letales que dejarán seco el motor y te obligarán a usar uno de los reinicios de los que dispones al comenzar un evento. Es brillante cómo cada elemento del circuito puede generar una serie de daños al coche dependiendo del ángulo de impacto. Los frenos, las ruedas, el radiador, la caja de cambios, el motor... Cada reparación te costará tiempo y créditos. Solo así se valorará la precaución en la trazada y el esfuerzo de los diseñadores en crear la trazada.
En cuanto a los gráficos, Dirt Rally 2.0 produce, como casi todos los juegos de conducción, el efecto túnel cuando estamos conduciendo. Lo que queda fuera de la pista se suele perder a la vista pero el nivel de detalle creado por Codemasters sobre todo en lo que a iluminación se refiere es magistral (carreras al amanecer, al atardecer o de madrugada se convertirán en vuestras favoritas).
Lo mismo podríamos decir del apartado sonoro. Ya no sólo es que los sonidos y los ruidos de un rally hayan sido trasladados a nuestra consola; es que los motores de los coches y hasta los impactos contra piedras, árboles, vallas, casas... es distinto y diferente. Subaru suena muy diferente a Mitsubitshi, a Opel...
Las licencias
Sin ser el plato fuerte de este Dirt Rally 2.0, el juego apuesta por escenarios reales de rallies (Australia, Polonia, España, Nueva Zelanda, Argentina y Estados Unidos), 50 coches de competición e históricos y el campeonato oficial FIA World RallyCross con buena parte de sus circuitos (Holjes, Mettet, Trois Rivières, Silverstone, Lohéac, Hell, Montalegre y Montmeló).
Una vez que completemos los modos de carrera principal, el juego seguirá ofreciéndonos incentivos en forma de desafíos diarios y semanales. A ello hay que sumar los rallies históricos divididos en cuatro modalidades que se irán desbloqueando a medida que vayamos conduciendo.
Lo mejorable
Con respecto a sus hermanos de franquicia, echamos en falta en este Dirt Rally 2.0 las carreras landrush (buggies y camiones) de su predecesor y el editor de tramos que nos maravilló en Dirt 4.
Y si eres de los que siempre les ha dado algo de rabia el tema de los contenidos descargables de pago, las dos temporadas del juego llegarán vía DLC por lo que te quedarás sin nuevos contenidos, circuitos... si no pasas por caja.
Terminamos nuestra lista de cosas por mejorar con el único pero que podemos ponerle al EGO Engine, el motor gráfico usado por Codemasters: las condiciones climatológicas son brillantes pero... ¿dónde está la nieve?
Juan Ignacio Herrero
Redactor de LOS40 desde 2005