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El triunfo del reggaetón: Anuel AA abarrota el Wizink Center de Madrid
15.000 personas corearon absolutamente todas sus canciones
El viernes 4 de octubre el Wizink Center de Madrid vivió una verdadera fiesta, un macroconcierto a la altura de una superestrella. Anuel AA llenó el estadio hasta la bandera. Aquello no fue un falso sold out, anoche no había ni un hueco libre entre las gradas.
15.000 almas esperando a ver al Rey del Trap, que se subió puntual a las 22:30. Anuel aparecía entre gritos, aplausos, humo, serpentinas y lleno de diamantes, porque aquello de brillar sobre el escenario iba a cumplirse de manera literal. Pendientes, anillos, cadenas, un carísimo reloj… todo en él brillaba más que su sudor, inevitable a medida que avanzaba la noche. De hecho, apareció abrigadísimo y por el calor de los focos decidió desprenderse de la chaqueta y regalársela al público. Concretamente, un abrigo Philipp Plein con un precio de 1.498 €.
Con un look que podría estar valorado en un millón de euros (sin exagerar) comenzó a cantarle a la cultura de la calle. Anuel AA recorrió casi todo su repertorio, interpretó algunos de sus hits más comerciales como Baila Baila Baila, Ella Quiere Beber o Adictiva pero también hubo hueco para el trap más duro como el de 47, donde nos canta: “Yo sé que me quieren matar, pero después de que yo tenga dinero pa' comprar pistolas y rifles, con balas yo voy a guerrear”.
Anuel AA pasó dos años en prisión por tenencia ilícita de armas, desde 2016 a 2018. Un hecho que afirma que le cambió la vida. De hecho, al compartir el vídeo del concierto en el Wizink Anuel AA volvía a recordar esta experiencia. “Hace tiempo estaba solo en mi celda, doblé rodillas y le pedí a Dios que me cambiara la vida. Ahora mírenme. Sin FE nada es posible, pero con FE nada es imposible”.
Por ello fue especialmente emotivo cuando interpretó Delincuente, una canción que tiene a dúo con Farruko y que utiliza algunas partes de Bandolero de Don Omar. En las pantallas del escenario proyectaron la ficha policial de Enmanuel Gazmey Santiago, nombre real del trapero. Una reivindicación en toda regla: “dicen que soy un delincuente. Por mí que hablen, que comenten, que a nadie le debo nada”. Además, esas mismas pantallas se llenaron de fotos junto a Karol G cuando cantó Secreto, la canción con la que confirmaron su relación.
El público estuvo entregadísimo durante todo el show, que finalizó a la hora y media. No había canción que no se escuchara a los asistentes corear, todas ellas son hits internacionales. El puertorriqueño no tiene tema que no supere los millones de reproducciones y aunque puedan pensar que las visualizaciones de YouTube son compradas, lo de anoche era bien real. Allí estaba buena parte de la juventud madrileña, la media de edad era de 18 a 25 años y había tanto hombres como mujeres.
Entre canción y canción el puertorriqueño se tenía bien aprendida la forma de entretener a su público. “¡¿Real hasta la qué?!” preguntó Anuel una media de 50 veces en hora y media, “¡¡Hasta la muerte!!” respondíamos. “Uaaaa”, “bebesitaaa” y otro grito que no sé transcribir fueron las palabras que más repitió durante la noche, hasta el extremo de resultar un poco cansino. Pero, allí disfrutamos como enanos.
Anuel AA tuvo dos gestos con los que demostró su lado más humano. El primero fue cuando un espontáneo se subió al escenario. En una fracción de segundo ya estaba el hombre de seguridad a punto de abalanzarse sobre él, sin embargo, Anuel le dijo que no pasaba nada y dejó que el chico le acompañara durante unos versos de la canción. La emoción del chaval era evidente, incluso derramó alguna lagrimilla. El segundo, cuando a mitad del concierto invitó a subir a un niño de unos 12 años que estaba en primera fila. Ya lo hizo en su show en Granada y en Madrid volvía a repetirlo. El puertorriqueño es padre y eso se notó, hizo algo que a él no le costaba nada pero que el niño recordaría durante el resto de su vida.
“¿Qué quieres que cante?” preguntó al chaval. El niño respondió lo que todos habríamos respondido: “China”. Anuel AA se rio nerviosamente porque no podía hacer realidad sus deseos, China tenía que cerrar el concierto. Porque sí, porque es un temazo que en España ha reventado las listas de éxitos y ha conseguido 3 Discos de Platino.
Entonces cuando sonó supimos que aquello llegaba a su fin. Hicimos el paso de la silla de ruedas, cantamos más fuerte que nunca y el cañón de confeti puso el punto final a una noche que demuestra que el reggaetón es capaz de llenar estadios. Queda muy guay menospreciarlo y decir que no es música, pero Anuel AA reunió a 15.000 personas, cantó en directo (sin tener una voz de tenor) y nos hizo bailar durante hora y media. Un espectáculo que nada tiene que envidiar a las estrellas del pop. Les guste o no y tal y como nos dijo cuando le entrevistamos: “El reggaetón llegó para quedarse, este movimiento está haciendo historia a nivel mundial”.