El éxito de Baby Shark continúa con su gira
Doo do doo do!
Una vez comienza su melodía infantil, quitártela de la cabeza se convierte prácticamente en una misión imposible. El fenómeno Baby Shark ha arrasado en países de todos los continentes conquistando al público infantil (y no tan infantil) independientemente de sus costumbres, cultura o lugar de procedencia. Una canción que roza la friolera cantidad de casi 4.000 millones de visualizaciones en YouTube. ¿Alguna muestra más de que es un hit en toda regla?
Pues como todo gran éxito, Baby Shark se ha ido de gira y, como no podía ser de otra manera, ¡arrasa por donde pasa! Un espectáculo que se presenta como "una aventura bajo el mar para cantar y bailar tus canciones favoritas". De momento, la familia de tiburones más popular del mundo solo está recorriendo el continente americano, pero ya tiene fechas cerradas hasta junio del año que viene con shows todas las semanas, incluso varios días dentro de la misma. Tras su paso por Norteamérica, el productor del tour se mostraba así de optimista: "Este es un fenómeno cultural y estamos muy contentos de como las familias han respondido a Baby Shark en vivo en el escenario".
Si hay algo más que evidente es que, detrás de la inocente canción infantil, se esconde una fortuna millonaria que no para de generar ingresos. Lo que al principio era una típica canción de campamento, evolucionó en esta especie de K-Pop para niños y, aunque parecía una moda pasajera, su fama se está asentando de una forma que ha sorprendido, los primeros, a sus creadores.
SmartStudy Co., la empresa coreana que se encuentra detrás de Baby Shark, ingresa unos 340 millones de dólares al año gracias, principalmente, a esta melodía tan pegadiza, según cuenta El País. Sin contar con que entró en la lista Billboard Hot 100 superando a artistas como Miley Cyrus o que hasta Céline Dion se ha arrancado a cantarla.
Una canción que ha protagonizado también momentos que han dado la vuelta al mundo, como el vídeo protagonizado por unos manifestantes en Líbano entonándola al unísono para calmar a un niño y otros menos tiernos como rutinas de entrenamiento al ritmo de este himno marino.
Hay ideas para todos los gustos pero, lo que está claro, es que Baby Shark ha llegado para quedarse.