Enrique ‘El Drogas’: “No disfruté de mi oficio con cabeza”
El ex líder de Barricada pasó por El Faro de la Cadena SER
Enrique Villareal Aemendáiz, ex de la banda Barricada y más conocido como 'El drogas', uno de los rockeros más reconocidos de la historia de nuestro país, ha pasado por los micrófonos de #ElFaro y se presentó ante Mara Torres bajo el seudónimo de 'El Dr. Gas', un alter ego con el que se identifica: "Me gusta inventarme personajes, o igual es que viven todos ellos en mi cabeza".
Sobre su carrera nos relata que "estuvieron los escritos, las letras, antes que la música. Para escribir la noche me ha acompañado, he tenido siempre un amor-odio. Me sirven los insomnios, pero le tengo miedo al día siguiente". Reconoce, además, que en esas noches en vela escucha el programa, en el anonimato de la cama y que se familiariza con nuestros oyentes habituales.
Además, sobre su propio sobrenombre El Drogas por el que todo el mundo lo ha conocido siempre, reconoce que ha tenido durante su vida diferentes relaciones: "Molaba tener un mote porque todos lo tenían. He tenido diferentes relaciones con ese mote pero está bien".
En una larga conversación con Mara Torres, se sincera sobre toda una vida. Desde su infancia, relacionada estrechamente con el río Arga, que atesora sus más tiernos recuerdos como patio de recreo, como lugar de encuentro y como escapada; a una madre que lo fascinaba canturreando copla española en un patio de vecinas con una misma banda sonora y a la que escuchaba escondido en otras habitaciones, obnubilado por el sonido que desprendía su voz.
El músico ha 'viajado' a tres escenarios en #ElFaroBaño. El primero de ellos es un bar en su barrio de siempre, La Txantrea, lugar de encuentro con sus amigos en los que empezaron a sonar los primeros discos y la primera música de su vida en una máquina a la que debían meterle siempre una moneda.
El segundo es el "baño de masas" que vivió en su época de mayor éxito con Barricada, el grupo que lo hizo saltar a la fama. De aquella época recuerda poco, reconoce una nebulosa de psicotrópicos y excesos. "No disfruté de mi oficio con cabeza como debía haberlo disfrutado. Tampoco tenía la edad que ahora tiene uno. Todo era un vendaval", ha explicado.
El último escenario es el que compartió con su madre, ya enferma de Alzheimer, cuando la aseaba en el baño de casa mientras la escuchaba cantar y compartían risas inocentes. "La enfermedad tiene un proceso muy cruel, asimilas cosas que nunca pensabas. Tienes que limpiarla y cantar con ella. Disfruté como nunca cuidar de mi madre".
Sobre la decisión de dejar las drogas ha sido también muy claro. "Mi generación pagó la ignorancia de muchas sustancias de una manera demoledora, muchos se quedaron en el camino. No reniego de esto porque no sirve de nada, quien pagaba el precio de todo esto eran las familias. Morías de sobredosis de porquería, no de heroína", ha explicado El Drogas.
Para terminar nos ha hablado de #ElFaro de su vida, Mamen, la persona que le robó el corazón desde aquel julio del 78 en unos San Fermines teñidos por la muerte de Germán Rodríguez 78 en la que reconoce "pólvora y sexo".