Jonas Brothers, a examen en Barcelona
Dos visiones del mismo Happiness Begins Tour en la ciudad condal
Tras más de un lustro de silencio, el pasado año se reunieron de nuevo los hermanos de la factoría Disney. Un reencuentro que prometió nuevas canciones, nuevo álbum, un documental y una gira mundial que ha pasado por nuestro país. Este lunes, Joe, Kevin y Nick Jonas regresaron a Barcelona en concierto después de una década de no actuar en nuestro país y tras brillar una noche antes en Madrid.
La nostalgia no entiende de edad (por Adrián Soler)
Puede que te hayas levantado preguntándote si ayer cantaste como si no hubiera un mañana Gotta Find You de Jonas Brothers en Barcelona o si salieron lenguas de fuego de un escenario para Burnin' Up. La respuesta a todo es que si y vaya que si fue real. Los hermanos volvían al escenario barcelonés para demostrar que aún siguen teniendo esa conexión con su público y que pueden lograr la afonía de sus fans sin apenas despeinarse. La locura se desató a eso de las 21:17 de un lunes cuando Kevin, Joe y Nick bajaron del Olimpo en una plataforma desde el techo del Palau Sant Jordi, ni yo mismo vi venir lo que sería una de las entradas más épicas a un escenario que recuerde. Poco importaba si sus voces apenas se escuchaban ante la locura del momento pero eran 12 años esperando su vuelta a la ciudad y solo había una opción posible, dejarse llevar.
El Happiness Begins Tour había empezado fuerte con S.O.S o Rollercoaster himnos que provocaron el temblor del suelo y gradas pero no nos olvidemos que esta gira presentaba nuevo disco mucho más maduro y con hitazos como Only Human que sonaron con notable alto. Aunque con What A Man Gotta Do en Barcelona se montó una fiesta final de curso donde solo faltaba el ponche para sentirte en la Nueva Jersey de los Jonas Brothers. Y como en un buen baile no pueden faltar unas buenas lentas románticas, llegó el momento que todas esperaban. El recuerdo a Camp Rock y con un Sant Jordi cantando a coro como si estuviéramos en aquel campamento para convertirnos en estrellas del rock.
Los tres funcionan como un rayo , pero cuando van por libre también tienen todo lo que una súper estrella necesita. El caso de Nick Jonas es un buen ejemplo, el más 360º como diría Paquita Salas, tanto es protagonista de una serie como hace de Coach en la nueva edición de The Voice en Estados Unidos. Con Jealous nos conquistó a todos en minuto y medio. Acto seguido llegaría el exitazo de la noche Cake By The Ocean con Joe y Nick cantando juntos y lo revolucionaron todo apretando el acelerador del show.
Seguramente nos faltó más interacción con el público, hasta la cuarta canción no hubo un "Hola Barcelona" y después de tantos años se echó de menos algo de calor humano. La gira de Jonas Brothers se despide de nuestro país y quieras o no la última canción del hilo musical para desalojar el recinto no podía ser mejor resumen de lo que vivimos allí y fue Forever Young.
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El regreso de Jonas Brothers prometía un show espectacular a la altura de las ganas de miles de fans que se congregaron anoche en el Palau Sant Jordi. Nervios en forma de griterío antes de comenzar un concierto donde había puestas miles de ilusiones. Lo cierto es que en cuanto a repertorio dieron en el clavo: sus clásicos de la etapa Disney y Camp Rock, arrancaron coros, exclamaciones de alegría y alguna que otra lágrima entre las asistentes. Y evidentemente, no dejaron de presentar sus nuevas canciones, What A Man Gotta Do, Only Human o Sucker, de su quinto y último álbum que daba nombre a la gira Happiness Begins. Un repertorio postadolescente que bebía del recuerdo de todas las emociones y recuerdos vividos desde inicios de la pasada década. Esa esencia embriagó durante todo el show entre gritos histéricos y piropos hacia los norteamericanos.
Su puesta en escena, que se esperaba más espectacular, fue suficiente para contentar a todas las que hacía meses que guardaban sus entradas como oro en paño hasta la pasada velada. Fuego y pirotécnica para hacer brillar un escenario que se retroiluminaba señalizando su perímetro en forma de antifaz y una enorme pantalla curva fuero suficientes para ofrecer unos 100 minutos de directo. En contraposición, en la otra punta del estadio, un tímido y pequeño escenario que conectaba mediante un pasillo con el principal. Un acierto de los chicos para poder estar más cerca todavía de sus seguidores.
Los protagonistas de la noche sorprendieron hablando en español. Enloqueciendo más si cabía al público al grito de "¿Cómo están? ¿Bien? ¿Hermoso?". Aunque, un cuerpo de baile hubiera vestido su actuación, los chicos algo tímidos al principio, se fueron soltando hasta el punto de brindar con todos para celebrar su regreso a nuestro país.
Eso sí, el momento icónico de la noche corrió a cargo de Nick Jonas y su hermano Joe cuando interpretaron algunos de sus temas en solitario. Un Jealous que emocionó cantándolo a dúo entre ambos hasta la gran fiesta a ritmo del himno de los DNCE, Cake By The Ocean.
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