Especial
Manuela Sánchez, la hija de Alejandro Sanz, se sincera en su primera entrevista
Es portada de Vanity Fair junto a su madre
A estas alturas cualquier seguidor de Alejandro Sanz conoce de sobra a Manuela Sánchez, su hija mayor, fruto de su matrimonio con Jaydy Michel. Tiene ya 19 años y, poco a poco, ha pasado del anonimato a una discreta popularidad y una cada vez más habitual presencia en sociedad.
Pero hasta ahora no había concedido ninguna entrevista. Y hay que decir hasta ahora porque ya se ha estrenado. Es la portada de noviembre de la revista Vanity Fair junto a su madre. Y lo que deja claro es que quiere ser artista. Eso sí, no está claro en cuál de sus facetas. Porque la hija de Alejandro sabe cantar, coser o pintar.
Aunque, en el juego que han grabado para saber cuánto se conocen madre e hija, Manuela deja claro que, de momento, va a centrarse en ser diseñadora de moda. De hecho, su ‘happy place’ es el estudio que tiene en su habitación donde pasa horas cosiendo. Le encanta la pasta siempre que no lleve productos del mar. Le gustaría vivir en Madrid, Nueva York, París o Londres, aunque ha pasado su mayor tiempo en México y ahora se ha mudado a la capital con su madre. Su sabor de helado favorito es el de chocolate-menta o café.
No descarta la música
Es hija de uno de los grandes de la música y no sólo dentro de nuestras fronteras. A su hija le dedicó Y solo se me ocurre amarte y Mi niña. Y algo de su arte le ha dejado en el ADN, de hecho, ya han compartido escenario en alguna ocasión. “Me encanta el pop, el rap… y también el flamenco”, dice Manuela. “Lo hace muy bien. Canta genial”, añade su madre.
Ya tiene una pequeña trayectoria musical. Tenía solo cinco años cuando apareció en un disco de su padre, El tren de los momentos. “Salía tocando el violín en la canción Se molestan. Otros de los instrumentos que sé tocar son el clarinete, el piano, la guitarra… Pero son como la bicicleta, ¡si no practicas, se te olvida!”, asegura.
Su padre se ha encargado de mantenerla cerca de los grandes, uno de ellos, su admirado y querido Paco de Lucía. ““Conviví con él en varias ocasiones. Era padrino de mi hermano Dylan. Muy gracioso y ocurrente, el mayor ejemplo a seguir para mi padre. ¡Siempre estaba de broma!”, recuerda sobre el maestro.
En cuanto a su relación con la música, le gusta y no descarta sacar un disco, “me gustaría”.
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Relación con su padre
Padre e hija están muy unidos como han dejado ver en alguna ocasión. “Me alegro de que todo el mundo lo quiera y admire tanto, pero para mí es mi padre. Yo no sé lo que se siente teniendo un padre empresario. Lo importante es que es buena persona y que siempre que puede, intenta ayudar a la gente”, cuenta sobre él. Aunque no ha dudado en desvelar uno de los secretos de su padre antes de salir a escena: “un sorbo de tabasco es lo mejor para no dejar de salivar”.
En España, uno de sus planes favoritos, es disfrutar de su padre y sus hermanos en Jarandilla de la Vera, en Cáceres. “Salimos de ruta, jugamos a las cartas, vemos películas”, confiesa, “somos una familia moderna y funcionamos muy bien. A nuestra manera”.
Reflexión sobre la fama
Siendo hija de dos personajes tan populares, ha estado relacionada con la fama desde que nació. "Desde pequeña mis padres me han mantenido fuera de la fama. Lo agradezco porque he podido crecer como yo quería, sin tanta presión. No me da miedo, pero tampoco estoy buscando ser famosa", explica.
Ahora ese anonimato ya lo ha perdido. Es más activa en redes y acompaña a sus padres a eventos públicos. "No me considero influencer. Abrí mi perfil de Instagram para darme a conocer como persona y ayudar a cosas en las que creo, como la lucha contra el maltrato animal”, asegura sobre su actividad en redes.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...