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Antonio Orozco: “Este es el secreto mejor guardado de mi vida”
Tony Aguilar descubre lo que esconde ‘Aviónica’, su nuevo disco
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Ha llegado el día. El nuevo vuelo de Antonio Orozco ha despegado este 30 de octubre y lo mejor de todo es que nos ha invitado a compartir el viaje con él, con tarjeta de embarque incluida. Cinco años después de haber publicado su último disco, nos presenta Aviónica que supone algo más que una experiencia musical. Es una lección de vida que a muchos les servirá en estos tiempos tan complicados que estamos viviendo.
Se trata de un disco de superación, de optimismo, de carpe diem y de aprovechar lo que tenemos hoy sin pensar en lo que vendrá mañana porque la incertidumbre en la que vivimos, hace imposible saber lo que va a pasar. Y todo eso se refleja en sus nuevas canciones. Las que le han servido a él como terapia en un momento personal muy complicado para su familia tras el fallecimiento de la madre de su hijo.
A veces hay que romper con todo para empezar de nuevo. Es algo que ha experimentado en primera persona y que ahora quiere compartir con todos. Porque no siempre somos capaces de verlo y viene bien que nos lo recuerden.
De esas nuevas canciones, de las dos personas más importantes de su vida, de Eva González y sus compañeros de La Voz, de su pasión por el mar o de cómo ha vivido el confinamiento y cómo se está enfrentando a la pandemia, habla con Tony Aguilar en una entrevista con verdad, la de un hombre que ha logrado superar las adversidades y ha encontrado la manera de devolver todo el apoyo que ha recibido.
Preparados para volar
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La preventa nos ha dejado claro que hay ganas de viajar en compañía de Orozco. Parece que su avión va a estar completo y van a ser muchos los que compartan su mensaje. “Es una filosofía bonita para emprender un proyecto. Yo creo que mezclar la música con la ciencia de esa forma tan bonita de volar, se puede volar de tantas maneras… se puede volar desde las emociones, se puede volar físicamente, se puede volar musicalmente… Y Aviónica te propone un viaje que tiene un punto de partida. Tiene un despegue y tiene un aterrizaje y tiene un tránsito por un montón de emociones, sensaciones, que tú has vivido o has sentido en algún momento”, explica el cantante.
Sus últimos cinco años han sido una montaña rusa de emociones y experiencias vitales. “Han sido años difíciles para mí en lo personal porque la vida es así, es caprichosa y te las da todas juntas, pero creo que este es un proyecto que antes que nada pretendía devolverme a un estado vital y la música ejerce de bálsamo”, confiesa.
Para muchos, el significado de la palabra aviónica puede que no esté claro, pero él no duda en explicarlo: “Aviónica, técnicamente es todo lo que permite que un avión se sostenga en vuelo y lo que he tratado de hacer a través de este disco es decirle a la gente que, gracias a ellos, después de todo este tiempo que ha sido tan complicado y difícil… igual que para los aviones, la aviónica es imprescindible, para mí, mi aviónica sois vosotros”.
Momentos difíciles
Ahora, el catalán se presenta cargado de optimismo pese a los momentos de pandemia tan complicados que vivimos. Ha optado por sacar lo positivo de esta situación: “Tengo un hijo que tiene 13 años y todos los días me desvivo por explicarle que nos está tocando vivir una época complicada, pero que no podemos mirar hacia otro lado, que este es nuestro presente y cada día cuenta. Que tenemos que ser hábiles para sacarle provecho a lo que estamos viviendo”.
Siente que este disco puede servir de ayuda a mucha gente que esté buscando respuestas en estos momentos. “Mucha gente se va a sentir identificada con las historias que se cuentan en este disco y van a encontrar solución a muchas de las preguntas que se están haciendo cada día, como me las hago yo. Este disco es el resultado de una búsqueda incansable de tratar buscar soluciones a un momento complicado de mi vida. Aviónica puede ser terapéutico”, reconoce.
“Este es el secreto mejor guardado de mi vida. Yo no sé cómo hoy, después de todo lo que hemos vivido, puedo estar aquí, puede haber remontado. A mí me parece un milagro”, asegura para intentar explicar lo que este disco le ha ayudado en los últimos años.
“Para poder seguir adelante, a veces, hay que romper con todo. Hay que olvidar, hay que perdonar, hay que reiniciar, hay que sentir que se puede hacer. Hoy en día, los factores son tan complejos, la gente no tiene trabajo, todo es tan difícil que somos incapaces de ver la luz al final del pasillo, pero está y te lo está contando alguien que lo ha vivido. Se puede”, intenta animar.
En contacto con sus seguidores
Asegura que pese a lo que está pasando con la cultura en estos momentos, cantará. No contempla la posibilidad de no hacerlo. De hecho, tiene algo preparado. “Este álbum viene con una solución que puede ser una solución para los próximos meses o próximos años. Creo que hemos conseguido técnicamente encontrarnos con el público y crear un espacio de vínculo unido donde no existe el contacto físico. Todo el mundo que ha comprado Aviónica, tiene una tarjeta de embarque que es un código con el que tienes acceso a un lugar que hemos diseñado durante los últimos nueve meses. Un espacio donde vamos a poder encontrarnos con la gente de una forma como nunca antes ha ocurrido. Es un espacio virtual donde el contacto, obviamente, no existe, que es contra lo que tenemos que luchar, pero sí existe una comunicación, un enlace, una forma de contar las cosas y, sobre todo, sobre todo, sobre todo, mucha música”, avanza.
Ese contacto tan cercano con sus seguidores es algo que ya potenció durante el confinamiento con su programa diario de buenas noticias en Instagram.
“Buscaba que las personas que estaban al otro lado se sintiesen un poco mejor. Estábamos aturdidos dentro del confinamiento y, si lo recuerdas, todo eran malas noticias. Había muy poquita gente que estuviese viendo los informativos o leyendo los periódicos. Realmente era tan pesado todo y la gente lo pasaba tan mal que, a través de las redes sociales yo detecté que, a partir de las 11 de la noche, muchas de las personas que estaban solas entraban en una especie de colapso. Como no sabíamos muy bien cómo ayudar a los que más lo necesitaban, se me ocurrió que, a través del canal, que hay mucha gente conectada, ‘si te apetece, guay y, si no te apetece, sencillamente, no te conectes. como nos están contando las malas noticias todo el día, yo, a partir de las 11 de la noche, te voy a contar sólo buenas noticias, porque hay muchas. Pero había tanta mierda y estaba todo tan colapsado, que la gente no lo veía”, recuerda.
La persona más importante
En esos programas contaba con la ayuda de su hijo Jan, uno de los dos grandes protagonistas de este disco aparte del propio cantante. Las dos personas más cercanas en su vida. Una, sin duda, su hijo Jan, que le sigue los pasos de cerca. “Tengo que decir que en mi casa ha nacido un músico, no sé explicarlo. Nosotros nunca hicimos porque el niño tuviese esa afición, pero lo que sí es cierto que el niño pasa muchas horas del día relacionado con la música. Recuerdo que el piano en casa estaba cerrado. Muchas veces la gente me dice, pero cómo toca, cómo busca, cómo… en realidad no le dijimos nada más que para poder tocar el piano primero tenía que aprender. El piano no es una cosa para jugar. Él y su gusto por la música ha ido hacia unos lugares a los que yo ya no llego”, admite.
Parece que Jan cogerá el testigo de su padre, de tal palo tal astilla, como suele decirse, aunque sus gustos vayan por caminos diferentes. “En el West Side de Los Ángeles está toda su historia. El hip hop, J Cool… Todo lo que tiene que ver con el renacimiento del rap es su mundo. Para él, su futuro definitivamente es Berkley, lo tiene clarísimo”, anuncia.
Parece que no hay instrumento que se le resista. “Mi hijo toca la batería de una manera que yo tampoco soy capaz de entender, está en otra pantalla, porque él tiene una cosa que yo no tuve nunca, y es que está muy preparado. Ha crecido con un piano, con instrumentos a su alrededor y él toca, compone”, relata con el orgullo de un padre.
Y, atención porque, “en este disco, una de las canciones la ha compuesto él dejándonos sin palabras. Dije, no puedo no grabar esto”, asegura sin dar más detalles porque prefiere que la gente se dé cuenta por sí misma.
Pasión por el mar
Este verano le hemos visto dar la vuelta a España a bordo de un barco. “Durante los últimos años de mi vida yo estuve preparando un proyecto que se llamaba La regata. Tengo un hobbie que es el mar y lo he vivido de muchas formas. Me dediqué a bucear muchos años, tuvimos una escuela de buceo...”, intenta explicar sobre esta afición que tiene.
“De unos años para acá, la vela se convirtió en un hobbie. Tenía un barco muy chiquitito de vela con el que aprendí durante muchos años y un proceso para hacer esta regata. Fueron 3600 km de los cuales, 1700 los hice con mi hijo. Esto era un proyecto de vida, no era un antojo”, aclara.
Una experiencia que le ha aportado mucho. “Era el primer verano que yo tenía libre después de 20 años de trabajo dedicándome a esto y ha sido con mucha diferencia, el sitio donde he sido mejor persona, mejor padre, mejor amigo, mejor compañero… porque el mar te da una serie de factores que son inalterables. Tienes que vivir los momentos bonitos que te da, que no son tantos. Te cultiva una cosa que en estos tiempos viene muy bien que es la incertidumbre”, relata.
El pilar de su vida
Si Jan es la persona más importante de su vida, su madre Carmen, no se queda atrás. Sin duda, es su gran pilar y abuela de su pequeño. A los abuelos, precisamente ha querido dedicar su A vuelos… jugando con las palabras.
“Los abuelos son los que nos pusieron las alas, son los que nos empujaron por primera vez, están en la primera línea de batalla. Han llevado siempre los primeros golpes y son, para nosotros, el tesoro más importante y el que debemos guardar. Esta canción que parece oportunista, lamentablemente, está escrita hace más de un año. La necesidad que yo tengo de agradecer porque lo que yo soy lo soy gracias a mis abuelos. Este confinamiento nos dio una conciencia brutal sobre nuestros abuelos. De repente no ha habido nadie que no los haya tenido presentes”, reflexiona sobre el papel tan importante que están jugando en estos tiepos.
Hacia su madre no tiene más que palabras de amor, con mayúsculas, y con admiración. “Es la protagonista de todo el disco, mi madre. La protagonista literal de todo lo que ocurre en mi vida, aunque ella no lo vea así. Cada vez que te dice, ‘niño, no me llamas’, pues de eso hablo yo. Es la protagonista de todo lo que es importante en mi vida, es el principio y el final. No hay nada importante que hiciera en esta vida que ella no supiese”, admite.
Una madre muy peculiar que podemos conocer en su faceta instagramer. Es una mujer muy activa: “Ella tiene una agenda muy completa, es como la ministra. Ella queda para bailar, queda para comer, queda para desayunar… el otro día llegó un colega al cortijo a trabajar y cuando le llevé al aeropuerto a las 8 y media de la mañana, dije, ‘voy a llevarle unos churros a mi madre’. Y llegué y ya no estaba, ya se había ido de casa. Ahora ya sé por qué salgo tanto”.
Solidario y amigo
En el disco también nos encontramos con La nana del camino, una canción que ya conocíamos de la película que protagoniza Dani Rovira, un actor y amigo que se ha convertido en otro ejemplo de superación en los últimos meses en los que ha tenido que enfrentarse al cáncer.
“No he hablado con él de este tema. Tengo la suerte de conocerlo, de haber podido compartir con él algunos momentos de mi vida, me siento afortunado por la capacidad abrumadora que tiene para afrontar la situación, pero no le voy a dar más importancia a esta historia de la que él le da. Desgraciadamente me ha tocado convivir con esto en los últimos años y creo que la única forma de superar esta historia es haciéndolo como lo está haciendo Dani, dándole importancia que tiene, pero no quitándoselo a todo lo demás. Hay que seguir generando sonrisas”, explica.
Y todo lo que generen los derechos de esta canción irán destinados al Hospital San Juan de Dios. Y de Dani Rovira a Eva González que le acompaña en el vídeo de Entre sobras y sobras me faltas. Unas imágenes que son testigo de la bonita pareja que hacen.
“Lo de que hacemos una bonita pareja es muy aspiracional. Tengo que decir que ella es bonita y yo parezco la lámpara de cobijo, pero ha sido un regalo poder estar con Eva, que no se puede ser más talentosa y, a la vez, más humilde y tener esa capacidad de empatía tan hermosa con un proyecto que es tan importante para nosotros y que se ha comportado como lo que es, una profesional como la copa de un pino. Nos lo ha dado todo”, reivindica sobre su amiga.
“Yo no enseño las canciones a nadie porque a mí me da mucho miedo que la gente me diga que no les mola. Cuando se las pongo a Pablo López o a Alejandro Sanz, a Laura Pausini, en los impases que estamos es como que me pueden poner mala cara y entonces no enseño nada. Y aquella noche que nos habíamos quedado después de la grabación de La voz, estábamos tomando algo y al final me convencieron y se lo puse. No estaban Pablo ni Alejandro, había cinco mujeres, Eva entre ellas, y puse esta canción y recuerdo la reacción de Eva. Dije, ‘si esto algún día esto se convierte en single de este disco, ella tiene que estar porque era como que lo había entendido a la primera’”, explica sobre la historia de esta colaboración.