Especial
Ernesto Sevilla, en 'La Resistencia': "No soy un dios"
El cómico quiso humanizarse con dos divertidas anécdotas
La Resistencia nos dejó esta noche un programa repleto de buen humor y momentos memorables aunque no todo salió como estaba previsto. El lanzallamas de Jorge Ponce en plena Gran Vía que se quedó sin gas o la visita de la cantante Deva en la que se convirtió Santander en Antigua y Barbuda fueron el preludio perfecto para la visita de Ernesto Sevilla.
El cómico quiso humanizarse con dos divertidas anécdotas con las que quiso dejar las cosas claras: "Vengo para poner calma en la gente que me ve en sus casas. Hay demasiada euforia. Quiero que sepan que soy una persona como cualquier otra. No soy un dios, ni siquiera un semi dios. Quiero que la gente me vea como una basura humana. Quiero que la gente que vea a Rafa Nadal y a mí a su lado, sepan diferenciar quién es el bueno. Traigo unas anécdotas que me dejan como eso, como una basura humana".
La primera de ellas fue una historia marcada por el amor. "Ya estaba saliendo con una chica que me gustaba y le escribí un anónimo. En vez de decirle lo que sentía, le escribí un anónimo. Como era muy lista supo que había sido yo y entre clase y clase me devolvió el anónimo con las faltas de ortografía corregidas en rojo. Más tarde le grabé una cinta de casette porque me dejó. En la cara A le decía que hacíamos buena pareja y le daba razones. Y en la cara B me desmoroné y le suplicaba que no me dejara. ¡No me dejes!", explicó Ernesto Sevilla.
"Una vez se murió un amigo de mi padre y me pidió que fuera al funeral por respeto a la familia. Un día antes yo tuve unas aventuras y se me hizo larga la noche. Aventuras de las que suelo tener... La anécdota no va por ahí. Y así llegó la hora de coger el tren para ir al funeral. Pensé en llamar para decir que no iba o si me ponía unas gafas de sol y disimulaba. Me animé y fui tomándome una cerveza en el tren, porque si lo dejas es cuando caes. El cuerpo es sabio: te pide siempre de lo mismo. Nada más entrar al tanatorio toda la gente me miraba. Fui entrando diciendo 'lo siento mucho' y se me acercó alguien que pensé que era de la familia me dijo 'ya bueno a otra cosa, eres un crack, me parto contigo en la tele" confesaba entre risas el cómico.
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Era solo la primera parte de la historia que iba a mejorar: "No hay que olvidar que yo había ido sin dormir. Y entonces vi a una mujer mayor junto al cristal que pensé que era la viuda y fui a dar el pésame. Cuando dos personas se saludan a veces ponen la cabeza en la misma dirección y a esa señora le di un pico. Pero me di cuenta de que me había equivocado de sala. Entonces me fui a la sala correcta con mi padre. Pasó el tío que me había abordado la primera vez, se quedó en la puerta, me vio en este otro tanatorio y dijo entre risas: 'Qué cachondo eres'. Como si todo formase parte de una broma: 'No tienes arreglo, míralo, ahí está'", terminó contando Ernesto Sevilla entre la ovación y las carcajadas del público.
Juan Ignacio Herrero
Redactor de LOS40 desde 2005