Kiko Matamoros asegura en Sálvame que llevará a los tribunales a Makoke, Javier Tudela y su hijo

Hubo un tiempo en el que la relación entre Kiko Matamoros, Javier Tudela y Makoke era idílica. Parecía la familia feliz que viajaba junta, se dedicaban los mejores calificativos y difundían su amor por todos los platós. Pero… qué lejos queda. Ahora están en guerra y la cosa podría llegar a los tribunales.

Matamoros y Makoke rompieron y, al parecer, las cosas no acabaron en buenos términos. De ahí que el hijo de la colaboradora se alejara del que había sido el marido de su madre. De hecho, hace poco ambos se enfrentaron en Sábado Deluxe en un encuentro lleno de tensión y agresiones verbales.

Y parece que la cosa no queda ahí. Durante una conexión en directo del reportero Sergi Ferré en el restaurante de Javier Tudela, tres chicos irrumpieron en escena para insultar a Matamoros e increparle pidiéndole que pagara a Hacienda.

“No te preocupes, en eso estamos”, respondió con la tranquilidad que le caracteriza. “Y lo de hijo de tal, para el que te lo haya dicho, tontorrón. Se lo aplicas que a lo mejor aciertas”, respondió a los graves insultos que recibió.

Actuación en los tribunales

En el último programa de Sálvame, el colaborador desveló la identidad de uno de esos tres chicos supuestamente espontáneos. Se trata de otro de los hijos de Javier Tudela, aparentemente menor de edad. Kiko ha asegurado, que, de ser así, la responsabilidad civil recaerá sobre su padre. Asegura que está obsesionado con él y que lleva más de veinte años con un ataque de cuernos que no logra dejar atrás.

“Esto pone de manifiesto lo que hay detrás del discurso de Tudela en Sábado Deluxe, está todo orquestado y manejado por un señor que no tiene escrúpulos en mandar a su hijo a delinquir”, aseguraba sobre Tudela padre.

Considera lo sucedido un delito de injurias y ha tomado medidas. Y sospecha que hay una actuación conjunta en coordinación con su ex mujer. De ahí que haya tomado medidas contra los tres, padre, madre e hijo.

Parece que el enfrentamiento, lejos de remitir, está cobrando niveles importantes que no auguran un final feliz para alguno de ellos.