Dani Rovira: “Debemos tener derecho tanto a decir gilipolleces como a ofendernos por ellas”
El humorista y presentador estrena mañana el especial de comedia 'Odio' en Netflix
Dani Rovira estrena Odio el 12 de febrero en Netflix, un especial de comedia irreverente y contra los ofendidos de casi hora y media en el que el humorista y presentador se ríe de todo y todos, empezando por sí mismo y su cáncer. Él nos ha contado de primera mano cómo ha sido vivir este proyecto, cuál es su razón de ser y por qué han elegido ese nombre tan simbólico, Odio, algo que cada vez parece estar más extendido en las redes sociales.
¿Crees que estamos más crispados que nunca, que hay mucho Odio en la sociedad?
Yo quiero creer que no hay tanto odio como el que se nos vende a través de las redes y los informativos, pero los sentimientos negativos siempre cobran mucho más protagonismo. El odio, la mentira, la violencia, el insulto, la crispación, el rencor, los exabruptos: es como lava, el fuego de un volcán, y eso hace mucho más ruido y recorre los lugares de una manera mucho más rápida que los sentimientos positivos, que son los tenemos que fomentar: amor, diálogo, comprensión, empatía. Pero eso nunca acapara titulares. No creo que haya más odio que amor en la sociedad, solo que el odio hace más ruido. Pongo el ejemplo de un incendio: el fuego es capaz de arrasar un bosque en cuestión de horas y acaparar titulares, pero la creación de ese bosque ha sido muy lenta y no hay un titular que diga: ¡Qué bonito se está quedando el bosque en la serranía de nosedonde! Los datos son un poco engañosos.
En tu monólogo eres capaz de satirizar con el cáncer.
Prácticamente el 95% del texto del esepctáculo es el mismo que el de hace dos años, solo que desde la última vez que lo hice pasaron muchas cosas: la pandemia a nivel mundial y mi enfermedad, que la viví de manera paralela, y eso sumado a que iba a ser un espectáculo que se iba a emitir en el mundo entero. No quería hablar en el espectáculo de manera monográfica de ello, pero tampoco no podía mencionar la pandemia, mi enfermedad y el tema de los ofendidos. Le di vueltas y creé un pequeño bloque que apenas me llevaba cuatro minutos para mencionar al elefante en la habitación. Y de ese bloque me quité de golpe las tres cosas.
¿Te resulta incómodo hablar de ello?
Yo digo la palabra cáncer cuando alguien me dice: '¿Y tú con lo tuyo qué tal?'. ¿Lo mío? El cáncer, ¿no? ¿Hablas del cáncer o de la ciática? Vamos a ponerle nombre a las cosas. La gente que está pasando por una situación así agradece que se naturalice sin frivolizar. Tampoco es una palabra tabú. El cáncer está ahí, así que vamos a analizarlo. Supongo que contar lo que a mí me pasó, más que como terapia para mí –que a mí me viene bien, eh, y no tengo problemas en hablar lo que me pasó–, ayuda a darle visibilidad.
Tú te diriges mucho a los ofendidos. ¿Alguna vez te puesto límites en tu humor? ¿Has escrito algo y has dicho: 'esto no puedo decirlo' porque va a ofender?
En estos tiempos en los que estamos la autocensura es algo que no utilizaba hasta hace cinco o seis años. Yo lo que he aprendido es que el humor es una herramienta que yo uso para trabajar, pero también lo uso para vivir y pasármelo bien. Dependiendo del tipo de humor que pasa por mi cabeza lo que tiendo a hacer es a contextualizarlo. Si hay un tema que a mí me divierte mucho y yo lo digo en un monólogo o programa de televisión o redes sociales... debo ser lo suficientemente sensato para saber que eso lo debo decir o no. El humor depende del contexto. Si a mí me dice El País que quiere que escriba una columna en tono de comedia sobre tal tema no voy a hacer lo mismo que si me lo pide El Jueves, donde entiendo que ahí me puedo permitir ciertas licencias porque tiene un contexto adecuado para eso.
Entonces todo depende del contexto...
Es como en la vida: si estoy con mis amigos tomándome un café me puedo permitir la licencia de soltar una burrada porque el contexto es ese. La gente muchas veces saca las cosas de contexto. Yo te suelto ahora una broma y su tú coges ese titular... pues me has jodido la vida. El lector y el que recibe la información de fuera no se puede quedar solo con el titular. Es como en el instituto: el buen profesor no te dice que alguien dijo tal o cual frase, sino en qué contexto vivió, cómo se encontraba en la vida, etcétera. Contextualizar es tan importante en la vida...
¿Tienes miedo de que el humor acabe siendo censurado? Vemos ahora el caso de Pablo Hásel, que ha sido condenado por unos tuits por enaltecimiento del terrorismo. No es lo mismo, obviamente, pero dentro de unos años unas sátiras incómodas para el poder pueden correr la misma suerte.
Pues no lo sé, sinceramente. A nivel de actualidad estoy un poco pez. Desde marzo puse un cordón sanitario respecto a las redes sociales, los informativos. Y no te lo digo por escurrir el bulto, de verdad. Sería una pena que ocurriese eso. La libertad de expresión es maravillosa, pero eso no quita que lo que tú digas a lo mejor sea una gilipollez. Tienes derecho tanto a decir todas las gilipolleces que quieras como a ofenderte por ellas. Yo me ofendo con muchas cosas, y lo que hago es tratar de no consumirlas más. Si no te gusta la comida en un restaurante no vayas más, pero no te dediques a hacer una campaña en el barrio para que nadie más vaya a ese restaurante. '¡Es que ponen mucho picante y deben cerrarlo!'... pero es que hay gente a la que le gusta el picante. Hay muchos artistas y humoristas que se dedican a la expresión creativa y literaria y da miedo, pero no creo que lleguemos a ese punto.
Odio se estrena en Netflix el próximo viernes 12 de febrero de 2021.