Andrés Suárez: Hablamos con él de política y su opinión sobre Pablo Hasél
“Después del numerito dantesco de estos días, ojalá no acabemos en una segunda guerra civil”
Andrés Suárez ha demostrado en más de una ocasión que tiene opiniones creadas que no tiene reparos en defender públicamente porque considera que son honestas. Y eso nos gusta de él, que tenga esa capacidad para hablar de las cosas con las que todos podemos identificarnos y denunciar las cosas que no le parecen justas.
Muchos de sus puntos de vista entorno a temas muy de actualidad los refleja en A través de tus ojos, su nuevo libro en el que, en formato de relatos, nos cuenta historias que le han llamado la atención y que, de una manera u otra, le han tocado. Así denuncia ese acoso contra la juventud, la falta de humanidad con los que tienen que atravesar un mar en patera o la actitud de los políticos ante la pandemia.
Se enciende cada vez que habla del poco respeto por la disparidad de opiniones y asegura en su libro que “no se puede hablar de política sin crear un cisma”. Sin pronunciarse sobre cuál es realmente su color, deja claro que lo que impera sobre todo es la libertad y el entendimiento, obviedades que parece que escasean últimamente.
Pesimismo ante la situación política
“Después del numerito dantesco de estos días, no sé dónde vamos a acabar, ojalá no en una segunda guerra civil, ojalá no sea demasiado tarde. Y no quiero ser dramático, estoy siendo realista”, asegura sobre la crisis política que estamos viviendo en los últimos tiempos.
Él siempre ha entendido la diferencia de opiniones y formas de pensar, pero no por encima del entendimiento y el diálogo. “En esta mesa, cuando dejé la noche y los bares y me vine a vivir a la sierra, hubo amigas de la extrema derecha y amigos de la extrema izquierda, a punto de darse el lote cuando amanecía y llorábamos de la risa. Yo componía una orgía colectiva de todos los colores para animar la fiesta. Eso existía y se hablaba de política y no pasaba nada”, cuenta con nostalgia de otros tiempos.
Tiene claro que no va a hacer distinciones por ideología. “Jamás voy a permitir que se pida el DNI a nadie que venga a uno de mis conciertos. Me subo al escenario para cantar canciones. Empezó este desastre en el que todos estamos muy nerviosos porque nos ha fallecido alguien, por desgracia, o tenemos una situación de paro y crisis social y económica… no estábamos preparados. Desde entonces he visto chats de familia y amigos que se rompen: ‘Porque tú eres un rojo de mierda y tú un azul de mierda’. Yo lo he visto, lo estoy viviendo”, relata con cierta pena.
Después de vivir un confinamiento, él pensaba que la gente iba a actuar de otra manera, pero se equivocaba. “Cuando salimos, yo pensé que la gente se iba a reproducir públicamente en la calle y la gente se partió la cara, aquí, en la plaza del pueblo. Un país sin memoria está condenado a todas las guerras y eso me da mucha pena”, expresa.
Crítica a las redes
Toda esa tensión se ve reflejada en las redes sociales, algo que él tiene asumido. “Todo lo que digamos en esta entrevista, de dos amigos charlando en los salones de su casa, con muy buen rollo, todo será utilizado en tu contra. Si hablas del azul o el rojo, del nacionalismo o no, si es sobre política, voy a por ti. Si dices alcohol eres un cabrón, pero si dices ‘no tomes alcohol’, el de la empresa de alcohol me manda un privado ‘eres un cabrón’… lo he vivido”, intenta explicar con vehemencia.
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Y de eso habla también en su libro. “Hay un capítulo sobre los valientes en pantalla. Hay varios. Hablo de los críticos también, twitter es la cuna de la filosofía y la sabiduría donde todo el mundo sabe. Todo el mundo es epidemiólogo y sabían el 7, 8 de marzo lo que venía… ¿cómo no me avisaste y nos hubiéramos quedado todos en casa? La gente más sabia y más leída que he conocido en mi vida no presume de nada y acojona escucharles hablar. Todo el mundo tiene una opinión más importante que la otra que ha de dar 24 horas al día”, reflexiona sobre la autoridad con la que se habla en las redes sociales.
La libertad de expresión o Pablo Hasél
Últimamente se ha hablado mucho de libertad, sobre todo de la libertad de expresión a raíz de la condena de Pablo Hasél que ha dividido la opinión. “No comparto y no estoy de acuerdo con que por decirlo de una manera libre y dentro del arte entre en la cárcel”, asegura y añade que “no estoy de acuerdo con todo tipo de humor, hay humores que no me hacen ni puta gracia, pero es humor. El arte, la palabra, la música, la escultura, la creación… es mi manera de verlo”.
Es de los que creen que cada vez hay más miedo a expresarse por las consecuencias que puedan tener tus palabras. “No utilizaré la palabra miedo, miedo jamás, pero a raíz de esto no sé a dónde vamos a ir a parar. Yo haré una canción que igual te parezca ofensiva, te parezca una mierda, buena o mala, pero es mi creación y mi libertad, si me quitan esas alas, qué vuelo me queda”, reconoce.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...