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Segundo y tercer episodio del documental de Rocío Carrasco: Embarazos, infidelidades y separación
Nuevas confesiones llenas de dolor y malos recuerdos
La última semana, el país ha vivido la conmoción que ha supuesto ver los dos primeros episodios del documental Rocío: Contar la verdad para seguir viva. Rocío Carrasco ha tardado más de dos décadas en hablar y compartir su verdad, pero cuando lo ha hecho, ha supuesto todo un terremoto social con connotaciones políticas. Raro es el que no se ha pronunciado al respecto de lo que pudimos ver en esos dos primeros episodios. Y no era más que el comienzo.
Este domingo, el programa que ofrecía dos nuevos episodios de su historia comenzaba con un audio de la protagonista tras esta semana de locura: “Hola soy Rocío y quería mandaros este mensaje. Es para deciros que estoy bien, que estoy aquí en mi casa con los míos. Estoy un pelín desbordada por todo lo que ha acontecido esta semana, pero al mismo tiempo estoy tranquila y estoy serena”.
Primer embarazo
El primero de los episodios comenzaba en febrero de 1996 cuando Rocío Carrasco se quedó embarazada de Rocío Flores. "Cuando supe que estaba embarazada fue uno de los días más felices de mi vida. Cumplí uno de mis sueños. Iba a tener un hijo. Para mí era lo más importante y lo más grande que me podía pasar", explica.
Tras un día de falta se hizo un predictor porque sabía que estaba embarazada. Luego compartió la noticia con Antonio David que mostró su miedo de contárselo a los padres de ambos. Fue ella la que, tras hacerse un análisis de orina que confirmara la noticia, tomó el toro por los cuernos.
Primero se lo contó a Rocío Jurado. "Mi madre estaba en Málaga en el camerino sonrió y me dijo ‘¿estás preñada a que sí?’ y dije sí". Con su padre, fue algo más complicado: "La reacción de mi padre fue totalmente diferente. Cuando se lo dije me dio un bofetón y la cabeza me dio vueltas. Me dijo ‘te lo dije, te ha arruinado la vida’. Después me dio un abrazo y me dijo que había sido tonta que Antonio David había conseguido lo que quería".
El recuerdo de sus suegros no es muy agradable y compartió una anécdota sobre el nombre que barajó y la respuesta que le dio su suegra, nada reconfortante. Confesó que fue una amiga suya llamada Cristina la que filtró la noticia del embarazo a la prensa.
La boda
Ya estando embarazada llegó la boda que asegura que organizaron su madre y Amador. “No fue una imposición sino una guía. Era mi deseo no voy a decir que no quería. Fue un día muy feliz. El look fue muy criticado, pero lo diseñé yo", explica sobre aquel momento.
Se ha especulado mucho sobre lo que sucedió aquel día y sobre el papel de Amador aquel día. “La exclusiva por la boda y la luna de miel fueron unos 30 millones. Mi tío Amador era el intermediario y se llevaba beneficio. Nadie sabía a dónde íbamos de luna de miel. Solo mi tío", aseguró.
Ya no conserva nada de aquel día, se deshizo de todo lo que le recordaba al que se había convertido en su marido.
Siempre se ha especulado sobre si fue Amador el que desveló a la prensa que la pareja se había ido de luna de miel a las Islas Mauricio y en el capítulo de ayer pareció confirmarlo. “Sonó el teléfono de la habitación y alguien me habla en inglés, pero conocía la voz: Carlos, un fotógrafo amigo de mi familia. Colgué y advertí de que un fotógrafo estaba allí. Cuando volvimos a España se publicaron las fotos. La única persona que lo sabía era Amador y el director de la revista", recordó.
El nacimiento
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Pasó un embarazo feliz, comiendo y durmiendo mucho. "Rocío nació el 13 de octubre del 96. Era una muñeca. Para mí fuel el día más feliz de mi vida. Para él no lo sé, pero sí fue el día que se aseguró el futuro", admitió.
En aquellos primeros momentos todos estaban locos con la pequeña, incluso el padre. "Antonio David con la niña era locura también, pero estaba menos porque empezó a trabajar. Hasta que me separé me pareció un muy buen padre", confesó.
El primer mes lo pasaron en casa de su madre porque tenía 18 años y era primeriza y quería estar cerca. Fueron buenos momentos. “Cuando me quedé embarazada noté un cambio en él a mejor hacia mí. Me confié en que siempre iba a ser así. Pero no fue así. A mi madre había cosas que no le gustaban: la prepotencia, las discusiones...”, relató.
Infidelidad
Hablaron de tener un segundo hijo y llegó un nuevo embarazo. Pero también las infidelidades. “Empecé a ver cosas que no me gustan cosas con una determinada chica, llamada Sonsoles. Demasiado toqueteo y brazo por encima. Demasiada complicidad. Detalles que no eran normales con una persona que acabas de conocer", contó.
Ella no se quedó callada y quiso compartir con él sus inquietudes. “Lo hablé con él y su respuesta fue que yo estaba loca y que el embarazo me estaba afectando a la cabeza, que las hormonas me estaban sentando fatal. Yo le tenía terror a la noche. Yo le decía de hacer otras cosas y me decía ‘si no quieres no vengas yo me voy’", recordó.
Pero cuando una está con la mosca detrás de la oreja, hace cualquier cosa por confirmar sus sospechas. “Opté por salir porque delante mío se cortaría. Un día me dijo ‘voy a por una copa’ y yo me quedé con mis amigos y vi que tardaba y fue a buscarle. La curiosidad mató al gato y me lo encontré comiéndose la boca con la tía detrás de la barra", confesó.
Salió corriendo del lugar y Antonio David la persiguió diciendo que estaba loca. Entró en pánico y le dio un ataque de ansiedad estando embarazada de su hijo. “Me dijo: ‘¿te quieres ir a casa? Yo no te llevo te vas andando porque yo me quedo con esta y me fui andando a las seis de la mañana llorando por toda la calle. Solo quería meterme en la cama yo no se lo iba a contar a nadie. En ese instante decido que yo me separo”, acabó diciendo en el segundo episodio.
Segundo hijo
El tercer episodio comenzó en julio de 1998 cuando Rocío Carrasco decidió separarse. Llegaron los malos tratos. Los tonteos con Sonsoles y los desplantes. El episodio en el que ella asegura que intentó tirarla por la ventana. “En ese momento gire la cabeza como pude y le dije ‘procura que cuando llegue abajo me haya matado’. En ese momento tomó conciencia de lo que estaba haciendo y me soltó rápidamente", recordó.
Leyó un testimonio que contradice la defensa que hace su ex sobre este asunto. “Él dice que eso no podía haber pasado porque había rejas en la ventana. Esa reja se pone en 2010 y tengo el certificado del cerrajero que pone la reja", aseguró.
Tuvo un susto con su embarazo y el médico le recomendó reposo. "Yo temía por la vida de mi hijo, él me decía que iba a mal parir. Yo sabía que ese embarazo no estaba bien", aseguró.
"El niño nació con 2.700 kilos y no entraré en los problemas que David tuvo al nacer. Solo diré que hubo que trasladarlo de hospital, que lo trasladaron mi padre y su padre y no sé si su abuelo. Se lo llevaron al 12 de octubre no al hospital de La Paz como ha dicho esta persona en alguna ocasión", explicó sobre el nacimiento de su segundo hijo.
Rocío confesó que llegó a sentirse culpable por lo que le había sucedido a su hijo. “Siempre me salía el sentimiento de protegerlo. En algún momento me llegué a sentir culpable. Con el paso del tiempo entendí que no era así", aseguró.
La separación
"Llega junio y yo decido que ya se acabó y que me separo. Hago las maletas y le digo que me voy a Chipiona con los niños y que en septiembre presento los papeles de separación. Él entró en cólera y me gritó. Me dijo ‘Te vas a cagar. No vas a saber de dónde te van a venir’, siguió contando sobre el momento en el que decide que su matrimonio se acababa.
Hasta su madre tuvo que sufrir sus enfrentamientos. “Te vas a levantar de una y te va a venir otra. Mi madre lo escuchó y subió las escaleras corriendo. Se enfrentó a él y este le dijo: ‘Tú te callas, Jurado. No conoces a Antonio David Flores’. La acojonó. Se calló, se dio la vuelta y se fue", recordó.
Y ahí termina el tercer episodio de su vida. Habrá más.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...