La contundente frase con la que Rocío Carrasco acabó su documental

Rocío, contar la verdad para seguir viva ha revolucionado a la sociedad desde que en el minuto uno, Rocío Carrasco comenzó a contar lo que había sido el vía crucis de su vida desde que conoció a Antonio David Flores. Había estado callada todo este tiempo y, ahora, ha decidido contarlo todo y las mujeres que han sufrido violencia de género se han visto identificadas con ella y muchos periodistas que han estado hablando de ella todo este tiempo y se han posicionado de parte de su ex, que era el único que hablaba, han entonado un mea culpa.

Pero como todo, ha llegado el final. Hemos podido ver un último capítulo en el que Rocío resurge de sus cenizas y nos demuestra que ya nada será como antes. Lo que no está tan claro es si este paso tan grande que ha dado le servirá, o no, para recuperar a sus hijos.

Las razones de hablar

Rocío Carrasco confesó que, hablando de todo ello, por primera vez se ponía "por delante de mis hijos. Pero lo hago cuando ya sé que está todo perdido. Muy a mi pesar. No sé en un futuro, pero en un presente lejano, está perdido".

Aprovechó también para lanzar un mensaje a quienes estén viviendo lo mismo que ella: "Que no hagan lo mismo que yo. Que lo digan, que vayan a la puerta de quien pertenezca. Que lo digan, desde el minuto cero. Que no están solas".

Para acabar, le preguntaron si tenía miedo a un nuevo ataque por parte de Antonio David y su hija, a lo que respondió tajante: "Gracias a dios, el miedo se me va quitando. Porque eso es lo que él querría, que siguiera sin vivir. Pero no lo va a conseguir. De hecho no lo ha conseguido. Ha estado a punto. Pero no lo ha conseguido".

Y cerró con un: "Ya tiene que volver a florecer la persona que yo era".