Metallica: así salió de los círculos del thrash metal para arrasar con el ‘Black Album’
Con canciones legendarias como ‘Nothing Else Matters’ o ‘Enter Sandman’, la banda californiana marcó un punto de inflexión hace 31 años
En la industria musical, es habitual que, a medida que va avanzando la trayectoria de una banda, esta se deteriore. No es fácil encontrar un artista o grupo que, después de varios años de carrera, haya experimentado un enorme éxito. Sin embargo, hay excepciones que confirman esta norma. En 1991 habían pasado ya ocho años desde que Metallica publicó su primer disco, Kill 'Em All, entrando en la categoría del thrash metal como un nombre a tener muy en cuenta. Pero fue en ese glorioso verano en el que el grupo tocó la gloria con su quinto trabajo.
El lanzamiento homónimo, mundialmente conocido como The Black Album, no solo lanzó a la banda al estrellato, sino que revolucionó la industria de la música y cambió el panorama del rock, marcando las tendencias de las siguientes décadas. Los chicos de Lars Ulrich viraron a un sonido más comercial, más accesible para todos los públicos, acortando la duración de las canciones y con letras más introspectivas. Metallica abrió el abanico de su estilo y llevó el metal al mainstream para hacerse mundialmente conocidos.
Han pasado ya tres décadas desde el lanzamiento, y Metallica continúa recogiendo los frutos de un legado glorioso. James Hetfield y el baterista, Lars Ulrich, dejaron en un segundo plano las motivaciones políticas para impulsar un sonido más impulsado por las emociones, con claras influencias de compositores legendarios como John Lennon y Bob Dylan. Desde el duelo por la muerte de su madre en The God That Failed hasta la power ballad Nothing else matters, una de las más celebradas del álbum, las preocupaciones personales y los sentimientos afloraban por primera vez en su discografía.
A pesar de los enfrentamientos entre la banda y el productor, Bob Rock, a lo largo del proceso de grabación, el álbum demostró ser uno de los lanzamientos más exitosos de todas las listas de éxitos a nivel mundial y se vendió de una forma espectacular en todo el mundo. La crítica los aclamó desde el primer momento, su cambio propició que se colaran en la radio convencional y vendió 600.000 copias solo en la primera semana. Un dato más que pone de manifiesto su importancia es que nunca ha vendido menos de mil copias a la semana.
"Se alinearon un montón de planetas. Eran las canciones correctas, con el productor adecuado, con una nueva actitud, con el enfoque apropiado en el estudio y en el momento justo", contaba el batería Lars Ulrich en el documental Classic Albums: Metallica - The Black Album de 2001.
"Cuando vienes de canciones de diez minutos que viajan entre diez paisajes musicales diferentes y luego haces Enter Sandman no es un secreto que la gente te va a señalar y va a decir '¿qué está pasando aquí?", dijo el miembro de la banda en el libro Louder Than Hell (2014). "Pero en lo profundo de mi corazón y de mi alma sé que ésa era la dirección que queríamos probar, la única cosa que no habíamos explorado", añadió.
"Muchas cosas cambiaron para nosotros externamente tras la edición del Black Album", dijo james hatfield durante una entrevista. "La percepción de la importancia de Metallica cambió gratamente. Obviamente canciones como Sandman, Unforgiven o Nothing Else Matters fueron muy bien acogidas por todo el mundo, conseguimos un nombre. Cambió nuestras vidas y esperamos que ayudase a generar una conexión en el mundo".
La relevancia del Black Album en la historia es inmensa, no solo por su legado e influencia en las bandas posteriores, sino porque gracias a él, Metallica dejó la escena más underground para convertirse en una banda que llenaba estadios allí por donde pasaba.
Daniel Garrán
Jefe de producto de LOS40 Classic