The Beatles y su visita fugaz a la España franquista: “Fue en el momento menos oportuno”
Los de Liverpool abanderaban unos aires de modernidad que chocaron con las ideas de la dictadura de Franco
El 2 y el 3 de julio de 1965, fueron dos días únicos e irrepetibles. E históricos. Los Beatles actuaron por primera y última vez en España, en Madrid y Barcelona. Pero la llegada de los cuatro ‘melenudos’ y ‘degenerados’, como les llamaba la prensa franquista, fue un ‘largo y tortuoso camino’. Si finalmente pudimos ver a los cuatro de Liverpool bajando por las escalerillas del avión en el aeropuerto de Barajas, fue gracias al tesón de un empresario, pero también a la ayuda económica de Raphael y a una providencial resolución de la reina Isabel II de Inglaterra. De esos conciertos, Ringo Starr recuerda que “la policía era muy violenta” y McCartney, que sus auténticos fans “no pudieron conseguir entradas” y se quedaron fuera. Joaquín Luqui, reconocido admirador del grupo, creía que el momento era el “menos oportuno”.
El Tour Europeo de The Beatles había arrancado el 20 de junio de 1965 en París (Francia) e incluía un total de 15 conciertos en nueve días. Los dos últimos en España. Ambos en Plazas de Toros. El 2 de julio en Las Ventas de Madrid y el 3 en la Monumental de Barcelona. El repertorio era el mismo en toda la gira: 12 canciones. Empezaban con Twist and Shout, y terminaban con Long tall sally, pasando por Can't buy me love o A hard day's night, entre otras
Para la mayoría eran solo ‘los cuatro melenudos’
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Cuando el cuarteto inglés llegó a España, ya contaba con millones de fans en Europa y Estados Unidos. Sin embargo, su popularidad no era tanta en una España franquista que controlaba exhaustivamente todo lo que llegara del exterior. El propio Luqui lo cuenta en uno de los artículos de su libro Tres, Dos o Uno: “muchos periodistas no sabían distinguir sobre quién era John o Ringo o George. Para la mayoría eran solo ‘los cuatro melenudos”.
Para el régimen autoritario de la época, los Beatles eran sinónimo de altercados y subversión. Simbolizaban modernidad y la libertad, y generaban todo tipo de suspicacias entre los adeptos al régimen de Francisco Franco. Traerlos a España no fue tarea fácil. Si finalmente se realizaron esos conciertos históricos, fue después de sortear un sinnúmero de obstáculos y gracias a un golpe de azar.
1.500 tocadiscos y la ayuda de Raphael
Ya el primer contratiempo lo tuvo que superar Francisco Bermúdez, el importante empresario artístico que quiso traerlos y que también representaba a Raphael o a Marlene Dietrich. Tuvo que vencer las reticencias de Brian Epstein, que no eran menores: cuando un disco de los Beatles vendía 700.000 copias en Inglaterra o 500.000 en Alemania, en España apenas despachaba 3.800. ¿Por qué ocurría eso? El periodista musical José Luis Álvarez (autor del libro The Beatles en España) fue quien persuadió al mánager del cuarteto contándole la verdad: en España solo había entonces 1.500 personas que tenían tocadiscos. El resto, supuestamente, compraba el disco y no podía escucharlo.
Una vez vencido el primer escollo, llegó otro más. El caché de la banda rondaba las 20.000 libras. Epstein accedió a rebajarlo una cuarta parte: 5.000 libras por los dos shows. Pero seguía siendo mucho dinero. El empresario pidió ayuda a su representado, Raphael. Y el ‘Ruiseñor de Linares’ aportó la cantidad necesaria para traer a los de Liverpool. Eso sí: también se redujo la duración del espectáculo: no más de 30 minutos.
“La atracción más famosa del mundo” gracias a Isabel II
El Régimen intentó evitar la visita Paul, John, George y Ringo, hasta el último momento. Cuando Bermúdez ya tenía todo preparado, el permiso del Ministerio del Interior no llegaba. Y entonces, ocurrió algo providencial. El 12 de junio de 1965, dos semanas antes del primer concierto en Madrid, se anunció que la Reina Isabel II de Inglaterra había nombrado a los Beatles miembros de la Orden del Imperio Británico. Eso lo cambió todo. Franco y la reina de Inglaterra mantenían muy buena relación, y al parecer, fue el mismísimo Generalísimo quien autorizó los conciertos.
Solo siete días antes de los shows, se recibió la autorización del Ministerio de Gobernación y se levantó el embargo a la venta de entradas y a la pegada de carteles. Tanto en Madrid como en Barcelona coincidían en anunciar a The Beatles como si fueran una atracción circense. En ambas ciudades, el presentador era el mismo, Torrebruno:
Francisco Bermúdez Espectáculos Internacionales presenta La atracción más famosa del mundo THE BEATLES Este espectáculo será presentando y animado por el gran "showman" de la televisión TORREBRUNO
Los teloneros y la hora variaban. En Madrid era a las 8'30 pm de la noche y en Barcelona a las 10’45 pm
Ringo Starr: “La policía era muy violenta”
La llegada de los Beatles a España estuvo rodeada de enormes medidas de seguridad, como era de esperar. Y el propio Ringo Starr estuvo a punto de ser golpeado por un agente de policía. Luqui escribía: “A Ringo un agente le tomó por un admirador más (la forma de vestir no distinguía a Ringo de sus fans, y los pelos tampoco). Le propinó un empujón de aúpa… y menos mal que un sargento se dio cuenta del traspiés y trató de corregirlo como pudo. Seguro que ese sargento habría estado días enteros aprendiéndose de memoria, por fotografía, la cara de los cuatro”
El batería recordaba sus vivencias en el coso taurino en Anthology: "Lo que recuerdo de Madrid, donde tocamos en otra plaza de toros, era que la policía era muy violenta. Era la primera vez que realmente veía a la policía golpeando a los chavales”.
Paul McCartney: “¿Por qué estamos tocando para todos estos malditos funcionarios?”
Por su parte, Paul McCartney explicaba: "Recuerdo tocando en un gran ruedo en Barcelona, la Plaza de Toros, donde las autoridades tenían los mejores sitios y toda la gente rica tenía su asiento, pero los chicos, nuestro público real, estaba fuera. Eso nos disgustaba. ‘¿Por qué estamos tocando para todos estos malditos funcionarios?'. Deberíamos estar tocando para la gente que se ha quedado fuera. Dejadlos entrar...' Pero, por supuesto, no lo hicieron".
En la misma línea se manifestaba cuando inauguró el estudio de LOS40 que lleva su nombre: “Lo más importante que advertimos entonces, fue que parecía como si todos los auténticos fans estuvieran fuera de la Plaza de Toros. Todos los chicos jóvenes no pudieron conseguir entradas. Había multitud de gente. Esperábamos que hubiera un poco más de gente normal y corriente en el concierto".
Luqui: “Resulta triste que los Beatles actuaran en un momento menos oportuno”
El periodista musical Joaquín Luqui, rendido admirador de los cuatro de Liverpool, y testigo directo de las únicas actuaciones en España del grupo, criticaba en uno de los artículos de Tres, Dos o Uno a los calumniadores y envidiosos que decían en aquella época que los Beatles estaban en decadencia "y por eso venían a actuar aquí", o la demencial rueda de prensa en la que "hubo preguntas desafortunadas y topiqueras como la de '¿Teméis enfrentaros a Dalila?'.
Señalaba que "sectores diversos de la prensa y radio hicieron una anti-campaña Beatle. Por un lado, diciendo que estaban ya en declive y, por otro, aludiendo a sus melenas, su mala influencia en la juventud”. El precio de las entradas, que oscilaban entre 75 y 450 pesetas... “también influyeron. Demasiado para entonces. Todo contribuyó a que en la Plaza de Madrid no registrara el lleno que tiempo después lo hubiera conseguido sin ninguna duda. pero en aquel verano del 65…”
Por todo lo expuesto concluye: “Visto así, desde ahora a entonces, uno piensa en lo que pudo ser esa actuación y lo que fue a escala de medios de comunicación. Resulta triste llegar a la conclusión de que los Beatles actuaran en España en un momento menos oportuno de lo que podía haber sido precisamente después. Los envidiosos hicieron maniobras muy eficaces”.
Alicia Sánchez
Periodista en busca de historias chulas del pop