La singular historia de los 89 peces koi de Freddie Mercury: “Finalmente encontré lo que estaba buscando”
El líder de Queen dejó un fascinante y valioso legado dentro de sus peceras
Cuando Freddie Mercury murió, además de un inmenso legado musical, dejó en su testamento una valiosa colección de peces koi, 89 en total, considerada una de las mejores de Reino Unido. Poco antes le había pedido expresamente a Mary Austin, su expareja y principal heredera de su fortuna, que los cuidara. Ella le prometió que lo haría y cumplió con su palabra durante más de 10 años. A principios de Julio de 2002, murieron casi todos. Solo se salvaron cinco. Las carpas de colores fueron las desventuradas víctimas de un accidente por el que el centro de jardinería Clifton Nurseries recibió una demanda el 24 de Julio de 2002. Esta es la singular historia de los peces koi de Freddie Mercury.
Los peces koi
Los koi no son simples carpas orientales. Se trata de pez de brillante colorido que puede alcanzar un gran valor. Incluso hay competiciones en las que se llega a pagar hasta 150.000 euros por un ejemplar. Son muy longevos: pueden vivir entre 30 y 50 años, aunque algunos llegan a los 100. Tienen un carácter tranquilo y su movimiento sinuoso es un eficaz antiestrés. Hay todo un culto en torno a estas carpas de colores que circulan mansamente por los estanques de todo jardín japonés que se precie.
La fascinación de Mercury por sus "joyas vivientes"
Y Freddie Mercury tenía un jardín japonés y un estanque con peces koi. Es más, se sentía fascinado. Había empezado su colección con solo 15 koi, pero con los años fue comprando más y más hasta que su colección se convirtió en una de las más famosas del país. Llegó a alcanzar los 89 ejemplares. Y con gran entusiasmo, se refería a ellos como "joyas vivientes" o "flores nadadoras".
Los koi de Freddie medían más de medio metro de largo y su precio superaba los 11.600 euros cada uno. Se alojaban en un estanque construido y diseñado expresamente para ellos. Era la pieza central del bello jardín japonés que tenía en Garden Lodge, su casa de Kensington. El cantante descubrió que ese entorno le ayudaba a superar la tensión mental de su devastadora enfermedad y disfrutaba enormemente de esas sinuosas carpas multicolores. Formaban parte de su retiro y le daban tranquilidad.
"Si muero mañana, me importa un bledo"
Junto a su novio, el ya fallecido Jim Huttton, se intercambiaba estos peculiares y valiosos "regalos" en fechas tan señaladas como cumpleaños y Navidades. Llegaron a convertirse en algo cada vez más importante en su vida.
Tal era la pasión de Mercury por sus koi que cuatro años antes de morir dijo: "He tenido una vida plena y, si muero mañana, me importa un bledo. Finalmente encontré lo que he estado buscando a lo largo de mi vida. Tener mi maravilloso jardín japonés con todas esas carpas koi compradas recientemente, es algo que adoro". La estrella de Queen murió en Noviembre de 1991 habiendo encontrado la felicidad con sus peces.
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La promesa de Mary Austin y su disgusto
Consciente de su inminente fin, Mercury pidió expresamente a su amiga Mary Austin que cuidara de sus queridas "flores nadadoras". Y Mary se lo prometió.
En su testamento, Farrokh Bulsara le dejó a quien había sido su novia durante seis años, su mansión de Garden Lodge, la mitad de su fortuna, futuros ingresos en concepto de derechos de autor... y su colección de 89 peces koi valorados en casi un millón de libras.
Mary Austin y su marido, Nick Hulford, se instalaron en la mansión de Freddie y cuidaron con mimo el jardín japonés y las valiosas carpas durante más de 10 años. A principios de Julio de 2002, encargaron un trabajo de limpieza y jardinería a la empresa Clifton Nurseries. El empleado, Mark Bradley, trasladó los peces a un contenedor especial. Supuestamente, la bomba de aire no funcionó y los peces murieron por falta de oxígeno. En realidad, no murieron todos. Cinco lograron sobrevivir.
Mary se quedó desolada. "No es una cuestión de dinero", comentó un amigo. "Freddie le pidió expresamente a Mary que cuidara sus peces. Ella está muy muy disgustada".
Y la demanda
Según Austin, el accidente ocurrió porque el trabajador apagó el sistema el sistema eléctrico del contendor. Su abogado, Russell Conway, emitió este comunicado: "Mary Austin se siente extremadamente afligida por la muerte de 84 peces koi que temporalmente se habían trasladado a un contenedor a la espera de ser transferidos a un nuevo estanque. La muerte de los koi la originó un empleado de Clifton Nurseries cuando apagó el sistema eléctrico del contenedor".
Los letrados contratados por Mary se pusieron contacto con Clifton Nurseries para darles a conocer los detalles de la demanda por daños. Aunque no se facilitó una cantidad exacta sí dijeron que "sería sustancial".
Alicia Sánchez
Periodista en busca de historias chulas del pop