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Dos ojos de halcón, mejor que uno
De lo mejor que tiene Marvel ahora mismo.
Si la etapa de Ojo de Halcón de Matt Fraction y David Aja parecía crear un precedente a partir del cual nada iba a ser suficiente, llega el testigo a la mano de Jeff Lemire, uno de los guionistas más prolíficos y galardonados del momento (Sentient, La Sonrisa Asesina) y la fiesta que parecía acabar continúa.
Ojos de Halcón es la continuación inmediata a la galardonada etapa de David Ajá y Matt Fraction, un paréntesis en la vida super-heroica de Clint Barton para poner los pies en la tierra y acompañar el personaje en algo más próximo a su día a día. Como decíamos, los números de Fraction y Ajá se ganaron la admiración de crítica y público y se posicionaron como uno de los mejores productos que ha tenido Marvel en su historia.
Lógicamente, este precedente hizo que miráramos al futuro con temor, pues de cualquier cosa que llegara se esperaba un bajón cualitativo súbito; pero la gente no esperaba la llegada de Jeff Lemire ni los lápices de Ramón Pérez.
En Ojos de Halcón irrumpiremos en la actividad de Clint Barton y Kate Bishop como dúo súper-heroico en una misión de infiltración en una base de Hydra en busca de un arma de destrucción masiva.
Lo que parece ser un fracaso absoluto por parte de la inteligencia de S.H.I.E.L.D acaba siendo el descubrimiento más truculento de cuantos han presenciado los héroes; Hydra tiene cautivos a tres niños que tienen un poder incontrolable, al más puro estilo ‘AKIRA’.
La conciencia de Kate se adueña del equipo y los héroes deciden rescatar a los pequeños para llevarlos a la base de operación de SHIELD, movimiento que no resulta ser el indicado, pues ‘los buenos’ también tienen planes militares para los niños.
A partir de ese momento, la historia se convierte en una huida constante para poner a salvo a estos niños en ‘Wunderkammer’, el arco argumental de los primeros cinco números recopilados en este libro para acabar dando un salto en el tiempo y seguir contando la historia treinta años después en el volumen 2 de All-New HawkEye (también incluido en este tomo).
Considero este ‘Ojos de Halcón’ uno de los mejores trabajos de Jeff Lemire y, sin duda, el mejor que he leído del guionista dentro del ecosistema ‘Marvel’. Lemire mantiene constantemente una historia de dos hilos que repasa la infanción de Clint Barton al tiempo que ocurren los hechos en el presente. En la segunda mitad mantiene la estructura narrativa, pero las historias pasan a ser ‘presente’ y ‘futuro’.
Este doble hilo nos sirve de puente al trabajo de Ramón Pérez (Stillwater), uno de esos artistas que pueden haber escapado a tu radar y que deberían ser prioridad en vuestra lista de compras.
El dibujante se las ingenia para dar un estilo distinto a cada tiempo narrativo. El tiempo presente tiene un estilo cómic simple y delicioso, con un aroma a Darwyn Cooke que simplifica todavía más el estilo habitual de Ramón. La historia de la infancia de Clint, que pertenece al recuerdo de personaje, está pintada en acuarela, en formato casi monocromo y con línea poco dibujada. Y la historia del futuro tiene un trazo mucho más duro, en lápiz y esta coloreada con tintas planas mucho más veladas que las utilizadas en el tiempo presente.
El trabajo de Ramón Perez no debe valorarse sólo por una ejecución excepcional, tan importante como el dibujo es haber encontrado una solución para que Lemire se pueda permitir saltar entre tiempos casi de viñeta en viñeta sin marear al lector, dejando el paralelismo entre historias claro y sin entorpecer la lectura.
Y no hace falta más. Esta edición de ‘Ojos de Halcón’ (en tapa dura y de formato ligeramente mayor al habitual) recopila las dos etapas de All-new Hawkeye y el trabajo conjunto de estos dos genios y es una de las mejores compras que puedes hacer de todo el catálogo de Marvel.