La Sonrisa Asesina de Joker es una de sus mejores historias
¿Cuánto daño puede hacer alguien sólo hablando?
Cuánta ilusión hace ver el distintivo ‘Black Label’ en un comic de DC. Esa etiqueta que te dice “aquí hay calidad”; que la editorial se ha asegurado de que esa historia y ese equipo creativo convertirá tu dinero en el mejor gastado de la semana.
Joker: Sonrisa Asesina llega con credenciales. Al mando de la historia está Jeff Lemire (Sentient, Berserker, The Question…), uno de los guionistas más prolíficos del momento, de esos que convierte en clásico prácticamente cualquier página en blanco.
Pero, en este caso el lienzo no está en blanco. No es poca cosa que caiga en tus manos un personaje tan versátil y profundo como el Joker. Es difícil que alguien con las credenciales de Jeff Lemire falle con algo así; un tiro a tablero...
La propuesta es simple: Joker está encerrado en Arkham y comparte un ratito diario con el Dr.Arnell, un psiquiatra empeñado en encontrar algo de luz donde sólo hay oscuridad que tiene al Joker como su proyecto de recuperación personal.
En esas charlas, el Dr.Arnell intenta indagar en la psique del criminal con la esperanza de ser quien encuentre la clave de su trastorno, pero poco tardará en darse cuenta de que conversar diariamente con alguien como Joker puede tener efectos perjudiciales.
No debemos contar más para no poner en peligro la experiencia de futuros lectores; a fin de cuentas, no es una historia larga y seguir esbozándola sería terriblemente negligente. Pero sí podemos decir que es una de las historias más refrescantes que hemos leído del personaje. Jeff Lemire, que parte de una situación no inusual para Joker (¿cuántas historias habrá arrancado este personaje desde la cárcel?), sabe dirigir la historia en una dirección totalmente diferente a lo contado hasta ahora.
El otro 50% de esta ecuación ‘Black Label’ ganadora es Andrea Sorrentino; un ilustrador italiano que se ha convertido en ojito derecho del guionista desde su colaboración en ‘Gideon Falls’, que está esperando la resolución de tres categorías enlos premios Eisner de este año.
Con pocas líneas, muy quebradizas y un tratamiento simplista para todo el conjunto, Sorrentino se las apaña para convertir la Sonrisa Asesina en un cómic cercano a la foto-novela; un estilo de dibujo prodigioso que acompaña de maravilla en esta historia de diálogos, no sólo por ser complemente perfecto para el ritmo pausado que tiene la historia, sino por la facilidad con la que saca emociones en las caras de los personajes.
‘Joker: Sonrisa Asesina’ se publicó originalmente en tres volúmenes (tanto en EEUU como en España) y la historia tuvo una cuarta entrega protagonizada por Batman que cambió el título a “Asesino de Sonrisas”. El tomo que hoy presenta ECC Comics recopila esas cuatro partes de la historia en un tapa dura que no pierde el gran formato que tenían en la edición original. A cambio piden un mísero billete azul (20 euros); lo que convierte esta historia, dicho mal y rápido, en una de las compras más atractivas que podemos encontrar en todo el catálogo de la editorial.