Especial
Daniel Craig explica por qué ninguna de sus hijas heredará su fortuna
“Creo que la herencia es bastante desagradable”
Es bastante habitual que muchos padres hagan patrimonio para poder dejar algo a sus hijos que les garantice una comodidad económica, pero no todo el mundo piensa así. Lo de las herencias ha dado más de un quebradero de cabeza cuando hablamos de fortunas y, quizás por eso, alguno ha decidido no dejar nada a sus hijos.
Ashton Kutcher y Mila Kunis ya comentaron que no dejarían nada a sus hijos porque no querían que se convirtieran en niños consentidos e irresponsables y que su idea era donar su fortuna.
Otro que piensa más o menos lo mismo es Daniel Craig. El último James Bond que tiene pendiente la nueva entrega de esta saga a finales de septiembre, está casado con Rachel Weisz con la que tiene una hija que no ha cumplido todavía los tres años.
Es bastante reservado con su vida privada y ni siquiera se conoce el nombre de la niña. Sí se sabe el de su hija mayor, Ella, fruto de un matrimonio de juventud con la actriz escocesa Fiona Loudon.
Desheredadas
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El caso es que ninguna de las dos puede esperar que una vez que muera su padre, llegue a sus cuentas bancarias una buena suma económica. Pese a que a Craig se le presupone una fotuna de 136 millones de dólares, parece que ninguno de esos millones será para ellas. No es que las vaya a dejar sin nada, pero ha asegurado que no recibirán tras su muerte una cantidad desorbitada.
“¿No afirma un viejo dicho que si te mueres siendo rico has fracasado?”, preguntaba durante una entrevista con la revista Candis. Y ha recurrido al ejemplo de un industrial estadounidense para explicar su pensamiento: "Creo que Andrew Carnegie regaló lo que hoy serían alrededor de 11.000 millones de dólares, lo que muestra lo rico que era porque apuesto a que también se quedó con parte. Pero no quiero dejar grandes sumas a la próxima generación”.
Lo ha dejado claro, no dejará un euro a sus hijas. “Creo que la herencia es bastante desagradable. Mi filosofía es deshacerme de ella o regalarla antes de irme”, anunciaba sin ningún miramiento. Una es muy pequeña para decir algo, pero la mayor, tampoco se ha pronunciado.
Y si alguno piensa que es un pensamiento poco frío y un gesto que revela poco amor hacia sus hijas, que se olvide. “Soy tan emocional como cualquiera, y puedo ponerme a llorar por cualquier cosa. Un buen anuncio puede hacer que se me salten las lágrimas si estoy en el estado emocional adecuado”, aseguraba sobre su forma de sentir.
Está claro que está poniendo sobre aviso a su descendencia, nada de convertirse en niños ricos que son ellos los que tienen que labrar su propio futuro y no depender de sus padres.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...