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Isabel Gemio reflexiona sobre su última experiencia en el supermercado que le ha hecho creer en el ser humano
Bonitas historias que invitan a la reflexión
Isabel Gemio es una de esas mujeres con popularidad que a veces trasladas una imagen de perfección que nos hace olvidar que es humana y le suceden cosas como al resto de los humanos. En las últimas horas ha querido compartir una reflexión sobre algo que le ha ocurrido en el supermercado y que ha emocionado a muchos.
En un momento en el que la gente está especialmente crispada por la crisis mundial provocada por el coronavirus. Crispada por las continuas muestras de violencia injustificada que lleva a chavales a matar a otros de una paliza. Crispada por lo que está sucediendo con los talibanes y la respuesta mundial a ese ataque contra los derechos humanos. A veces se pierde la confianza en el ser humano.
Pero en medio de esa crispación, de vez en cuando, suceden pequeñas cosas que hacen que uno siga confiando en la humanidad e Isabel Gemio ha compartido una de esas historias.
Historia con moraleja
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“Perdí mi cartera, bueno, dejé el bolso en el carrito del súper al que fui a comprar. Llevaba siete u ocho tarjetas, además de DNI, el carné de conducir, el de prensa, el de familia numerosa, tarjetas bancarias… etc. cuando volví a buscarlo, nadie lo había dejado en caja. Desolación. Llevaba 40 minutos en comisaría cuando me llamó María, la directora de www.fundacionisabelgemio.com”, empezaba relatando.
“Un señor tenía mi bolso. Me puse a llorar. Juan Felipe y Pilar, él Informático, ella teleoperadora, me contaron: llamaron a la fundación, y aun estando de vacaciones, le cogieron el teléfono. Gracias María. Lo demás, podéis imaginarlo”, continuaba. Pero no hace falta imaginárselo porque ella misma lo ha contado.
“¿Cuantas personas hubieran hecho lo mismo? El azar quiso que fueran dos personas honestas, sensibles, generosas, las que vieran mi bolso en la puerta del súper. Los abracé. Me hicieron tener esperanza en el ser humano. Hay gente maravillosa por ahí dispuesta a hacer acciones que cambian las cosas. Ellos cambiaron el color del día. De sentirme fatal, a sentir una inmensa alegría. Y todo, por ellos, su gesto, el azar, la suerte. 💐💐👏👏👏”, contaba sobre su final feliz.
Un suceso que le ha ayudado a reflexionar sobre la buena y la mala suerte: “¿Conocéis la historia de aquel campesino al que se le escapó el único caballo que tenía, imprescindible para el trabajo? El vecino al saberlo le dijo, qué mala suerte. Él contestó: mala suerte, buena suerte, quién sabe. Lo mismo contestó cuando el caballo volvió con varios caballos más, o cuando su hijo cayó del caballo partiéndose la pierna y no podía trabajar; o al librarse de ir a la guerra por estar impedido. Cada vez que el vecino le decía qué buena o mala suerte has tenido, él contestaba siempre lo mismo: buena suerte o mala suerte, quién sabe. Ayer durante unas horas pensé en mi mala suerte. Juan Felipe y Pilar, la transformaron por completo. ♥️♥️”.
Fe en el ser humano
Una buena historia para cualquier clase de valores y que le ha llevado a Gemio a lanzar una pregunta: "Hacer aquello que nos gustaría que los demás hicieran con nosotros, es reconfortante. ¿Os ha pasado algo así? Devolverías una cartera con dinero?”.
Las respuestas nos han llevado a pensar que queda mucha gente buena en el mundo.
- Si, la he devuelto y un móvil muy, muy bueno 👌 y de momento me puse en contacto con el dueño y vino al restaurante a por el. Un abrazo y buen día amiga 🤗
- Nosotros encontramos y se la llevamos y mi hija perdió los papeles y también nos los entregaron en los dos casos había dinero. Siempre se encuentran buenas personas
- Sí, lo hicimos. A un turista japonés se le cayó la cartera al bajar de un bus en Granada. Mi hija corrió tras él y se lo entregó. Algunas personas aplaudieron y mi niña se sorprendió diciendo ‘es lo que hay que hacer, ¿no?’. SI.
- A mí me paso en un cajero, los que iba delante, sacaron el dinero y se marcharon, cuando fui estaba el dinero corrí a dárselo ... eran extranjeros. Que bien me sentí en dárselo
- Un día volviendo del cole, mi hija se encontró en la acera de casa una cartera con mucho dinero, nos la dio y mi marido vio que era del vecino. De inmediato fue a su casa y se la devolvió. Hasta un carné de transporte público tirado en la calle hemos devuelto. Sería Incapaz de quedarme con algo que no es mío y se lo intento transmitir a mis hijos.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...