Carmen Alcayde desvela sus retoques estéticos y lo que pagó por su nariz al cirujano de la Reina Letizia

Una comparativa de fotos nos demuestran el cambio

Carmen Alcayde repasa sus retoques estéticos en 'Sálvame'. / Pablo Cuadra/Getty Images

El cirujano estético, Luis Vecilla, se ha pasado por Sálvame para repasar los retoques estéticos de Carmen Alcayde, uno de los últimos fichajes del programa. La primera parada fue la nariz, que se notaba perfectamente cómo ha cambiado en la comparativa de fotos de distintas épocas que pusieron en pantalla.

“Ha hecho muy bien porque está muy bien el resultado”, afirmaba el especialista cuando Jorge Javier Vázquez le preguntó si había hecho bien en operarse. “Hay gente por la que no pasan los años, estás cada año mejor”, piropeaba a la colaboradora.

Confesó que se había retocado la nariz en varias ocasiones, una de ellas con el cirujano que retocó la nariz de la Reina Letizia que le cobró, en 2010, 25.000 euros. “Yo nunca he tenido complejo, lo que pasa es que no me cogían en los castings para la tele porque me decían que me salía del plano. Entonces la mujer real no se llevaba tanto, o no daba bien en cámara, no lo sé”, confesó.

A Jorge Javier le llamaba la atención el cambio en los ojos, pero Alcayde aseguró que “no me he hecho nada en los ojos”. Una afirmación que quiso matizar, “no hay que mentir a la gente, yo mujer real, sola la miento en Instagram con mis filtros, lo que sí me hago cuando voy a hacerme un refresh es darme un punto y un punto de botox que me abre la mirada”.

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Intervención en quirófano

En cuanto a los últimos retoques que se ha hecho, Alcayde confesó que se ha hecho “una abdominoplastia porque de los tres embarazos se me quedó como abierto y me lo recomendaron, aparte de para lucir tipo en Instagram, que con el paso de los años te puede crear una hernia. Aparte una lipobase y todo lo que quiso el médico”.

Tuvo un percance que le hizo volver al quirófano. “Tengo tres hijos, anestesia general, me da mucho miedo, y me dio miedo porque la verdad es que con esta operación se pasa mal. La abdominoplastia hay que pensársela bien. Son tres días…los peores de mi vida, pero luego estoy encantada, me lo haría otra vez”, admitía.

“Ya que entro en quirófano, por mis niños, no quiero volver a entrar nunca más, eso digo ahora, entonces me subí el pecho. Esto no lo había contado. Lo tenía bien, pero yo siempre lo he tenido grande, pero no lo tenía caído, lo tenía bastante bien, pero no me metí prótesis”, reconocía.

Y, por último, confesó que con lo que le quitaron de la tripa se lo pusieron en el trasero. De momento, no tiene intención de volver a pasar por una anestesia general.

Aunque nunca se sabe, que esto de la cirugía estética acaba siendo adictivo.