Especial
Sonia Ferrer comparte su historia con el cáncer y admite que si hubiera sido chico podría haber sido distinto
Visitó a muchos médicos que le diJeron barbaridades
Hace unos días conocimos la noticia del fallecimiento de la periodista y fotógrafa Olatz Vázquez a causa de un diagnóstico tardío de cáncer gástrico. Se había pasado un año quejándose de dolor y nadie le dio solución. Una noticia que dejó conmocionado al país y que ha inspirado a Sonia Ferrer para contar su caso.
La presentadora y actriz pasó por algo parecido, aunque con un final más feliz. Un cáncer acabó con sus sueños de ser bailarina clásica. “Recuerdo que me faltaban horas. Lo que para todo el mundo era una educación demasiado intensiva, demasiadas horas, yo pensaba, si la gente supiese que, estando interna, robábamos las llaves para seguir subiendo al aula grande que teníamos para seguir bailando”, recordaba con nostalgia en Sálvame.
La llamaban tras ver el tuit que publicó a raíz del fallecimiento de Olatz. “Yo tenía 15 años y un tumor de hueso en la columna que me estrangulaba la médula. Una supuesta eminencia en traumatología le dijo a mi madre que tenía un dolor imaginario y que solo quería llamar la atención”, compartió.
Periplo médico
Unos le dijeron que la regla duele, otros lo achacaron a un problema de gases. Un periplo por la medicina tanto pública como privada hasta que dio con un doctor que tardó diez minutos en dar con lo que tenía.
“Me he tirado muchos años sin hablar de esto. Para mí era tema tabú, yo no lo he hablado con nadie. No sé si era porque no era capaz de gestionarlo o no lo tenía superado, pero siempre me ha dado mucho pudor dar pena”, explicaba Sonia.
“No sólo es que un neurólogo le dijese a mi madre que a saberse con quién me había ido a la cama, viviendo sola en el extranjero, y la infección que podría haber pillado o que tenía un dolor que yo sentía, pero que era inventado porque necesitaba llamar la atención y que me diesen cariñito o que pusiesen un alza en el pie porque una pierna era un centímetro más alta que la otra”, relató.
Y no fue lo único. “Fui a un curandero que me tocó de arriba abajo y sólo le faltó meterme los dedos. Fui a todos los médicos que te puedas imaginar. En Francia, en España, públicos, privados y todos tenían un diagnóstico que evidentemente no era y ninguno me dijo, ‘mira Sonia, es que no sé lo que te pasa’”, relató.
Contó que tenía un dolor extremo a modo de descargas que duraba horas. “A modo preventivo me pinchaba nolotiles todos los días, me bebía las ampollas, me tomaba voltarenes, todas las pastillas que yo viese, relajantes musculares, claro, me destrocé los riñones, por el camino me destrocé todo, pero yo intentaba controlar ese dolor para poder tener una vida medianamente normal”, explicó sobre lo que tuvo que soportar.
Testimonio para inspirar
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Unos tiempos que volvieron a su cabeza cuando ocurrió lo de Olatz Vázquez. “Cuando murió Olatz a todos nos generó una indignación porque en pandemia estábamos siguiendo sus fotos, pensábamos, ‘ojalá haya un milagro y la veamos poquito a poco que le crece el pelo, que va cogiendo peso, que va mejorando’”, contó sobre lo que le produjo el caso de la periodista.
En una de las entrevistas que le hicieron a raíz del tuit le preguntaron si creía que hubiese pasado lo mismo si hubiera sido un chico. Algo que no se había planteado nunca, pero que ahora cree que es posible porque seguro que a un chico no le hubieran tachado de histérico, le hubieran hablado de la regla, ni le hubieran planteado el hecho de que viviera solo en el extranjero.
Ahora, ha querido contar su historia para decirle a todos los que sienten un dolor, que no se cansen de ir de médico en médico hasta encontrar al que le solucione el problema, que no se conformen con las pastillas para calmar el dolor.
A ella le cambió la vida, la prepararon para quedarse en silla de ruedas, y al final fue todo bien. Dentro de lo que cabe, tuvo suerte.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...