Especial
Crónica de Ainoa Buitrago en Madrid: disparos de amor y desamor directos al corazón
La artista madrileña se da un baño de emociones en la presentación de su disco, 'La Ruta de las Flores', en la Sala Moby Dick
Todo lo nuevo puede ser difícil. O, al menos, diferente. En el mundo de la música, los cambios pueden sucederse muy rápido. Una velocidad vetiginosa que te lleva desde componer una canción sobre la ruptura de tu mejor amiga en casa, hasta tocarla ante los tuyos en una sala de tu ciudad.
Y, a todo esto, la canción forma parte de tu primer disco, el cual está entre los 100 más vendidos de España. En el puesto 70, para ser exactos. Esto es lo que está viviendo Ainoa Buitrago. La joven artista presentó ayer, 27 de octubre, su álbum La Ruta de las Flores en la Sala Moby Dick de Madrid.
Ella y su guitarra se subieron al escenario pasadas las ocho de la tarde. Se permitió el lujo de empezar hablando, algo que confiesa que se le da mucho peor que cantar. Leyó los agradecimientos de su disco y puso las primeras gotas del baño de emociones que nos acompañó durante toda la noche.
"Llevo siete años pensando qué poner en estos créditos", dijo entre risas. Lo cierto es que debe estar muy orgullosa del resultado. Sus palabras dirigidas a sus padres, su inseparable María y muchas más conectaron con todas las presentes. También tuvo palabras muy inspiradoras sobre el camino que le ha llevado a donde está: "si hay algo que te mueve, síguelo; no hay nada más fuerte que la verdad".
Desamor... y mucho amor
Comenzó el repertorio de ocho canciones (siete del disco) con La Apuesta. Un tema imprescindible para ella que tiene a su madre como protagonista. Por supuesto, estaba allí viendo a su hija.
Siguió con Dinamarca. Pista número 10 de su álbum que se inspira en una ruptura traumática, hasta tal punto que nos retó a superar el infierno amoroso que vivió hace unos años. Y es que tuvo lugar en un viaje en Copenague... "preferiste dejar todo, a solo dejarte llevar".
Lo siguiente fue Sácame de aquí, la cual llegó justo antes de Venecia. Este tema es fundamental para entender la trayectoria de Ainoa, ya que la lanzó junto a Andrés Suárez. Eso sí, el momento cumbre llegó a la hora de grabar el videoclip, ya que se desplazaron a la mismísima ciudad italiana para grabarlo. Pero para momentazos el de ayer: Ainoa cantó visiblemente emocionada con el público, que también se sabía la historia de desamor de la ruptura de su mejor amiga.
Luego vino el estreno de Te Quiero, que sin falta estará en su próximo disco. Para interpretarla, se alejó del micro y se paseó por el escenario para regalarnos esta pegadiza composición que muy pronto se podrá disfrutar muchas más veces.
Por y para todas las mujeres
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Antes de cantar Quema, nos dejó las palabras más importantes de la noche. Comenzó hablando sobre la salud mental (protagonista de la canción), en una reivindicación de lo crucial que es cuidar aquello que se nos pasa por la cabeza. Luego, habló sobre el papel de la mujer. Y es que más de la mitad de la población mundial es una de las grandes inspiraciones que tiene en su música, y ella pone su granito ayudando en todo lo que puede: toda su banda son mujeres y el merchandising provendrá de una organización que se dedica a la inclusión de mujeres en posiciones delicadas.
Quema fue un canto desgarrador, pero también necesario. Las lágrimas de tristeza se cambiaron por las de alegría con Dispárame. La canción que lleva meses sonando en LOS40 (para quienes tuvo una mención, y en especial para nuestra Cris Regatero) sonó de maravilla con las palmas y voces de las presentes.
El final lo puso Lo que fuimos, un tema que, como ella dijo, tiene una introducción que parece salida de un estadio de fútbol. Todas se la sabían y nos dejó con ganas de más. Especialmente, de Las Ganas, su último videoclip, o Qué dirías ahora junto a su amiga Yoly Saa, que estaba entre el público.
Exigencias aparte, vivimos una noche redonda: llena de emociones para Ainoa Buitrago, y de disparos de amor y desamor directos al corazón para nosotras, con reivindicaciones incluidas que convendría poner en un megáfono que recorriera todo el planeta.