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Adele llora, celebra, pide perdón a su hijo y resurge de sus cenizas en ‘30’
Ya hemos escuchado el nuevo disco de la británica
Adele ha vuelto. Esa es la noticia que, sin duda, está ocupando las portadas de todos los medios. Y es que después de seis años de sequía musical, la británica va a lanzar este viernes 19 de noviembre su disco 30.
Gracias a la escucha organizada por Sony Music, he podido conocer las historias que la británica trae en este nuevo proyecto, y puedo decir que es el más personal hasta el momento. He escuchado a una Adele como nunca antes lo había hecho. Una Adele que llora, que pide perdón, que celebra, que grita a los cuatro vientos lo enamorada que está y que narra lo oscuros que han sido algunos episodios de su vida. Una historias que ya amenazan con aterrizar en los puestos más altos de las listas de éxitos.
El disco empieza con Strangers By Nature, una canción al más puro estilo blues y soul que tanto la caracteriza y en la que sin duda predominan los coros. Se compadece de sí misma por todo el dolor que ha tenido que atravesar a lo largo de su vida. Es, sin duda, una canción fácil de digerir que nos abre todos los sentidos para disfrutar del resto de su repertorio.
Easy On Me es el segundo tema del tracklist y el primero que avanzó cómo iba a sonar este disco. Ya con él nos advertía de que este trabajo iba a llegar cargado de emociones y muchas historias personales. En él nos abre las puertas de su dura infancia y los altibajos que ha tenido a lo largo de su vida. Sigue siendo una buena carta de presentación que resume a la perfección lo que el resto de canciones va a ir desengranando poco a poco.
La tercera es, sin duda, mi canción favorita de este disco. El título de My Little Love augura ternura y una historia relacionada con su hijo. En lo segundo acerté, pero no en lo primero. Adele pide perdón a su pequeño con el sonido del piano de fondo y con un toque soul que perfectamente podría sonar en la banda sonora de 007. Es la nana que nadie esperaba. La artista abre su corazón y se siente culpable del daño que le ha podido ocasionar a su hijo a lo largo de su vida.
Pero ahí no acaba la cosa. Para aportarle un toque aún más personal, incluye audios caseros grabados junto al pequeño. Una conversación de lo más tierna y personal que refleja la que cualquier madre podría tener con su hijo. Adele concluye con una voz quebrada y entrecortada que deja en evidencia que haber dejado que sus altibajos se reflejen en la vida de su hijo es algo que le persigue hasta el día de hoy.
Pero 30 no iba a ser un recopilatorio de baladas que podrían sonar a lo mismo. Adele marca la diferencia con respecto a sus anteriores proyectos y se atreve, comenzando en su cuarto tema, con ritmos más animados. De esos típicos que cambian tu mood por completo. En el caso de Cry Your Heart Out, incluso, nos regala unos toques de reggae a los que no nos tiene acostumbrados. Adele grita, se desahoga y deja claro la vida está para disfrutarla, y un primer paso a llevar a cabo es el de soltar todo lo que nuestro interior guarda.
En 30 también escuchamos pop. Oh My God llega con unos ritmos de lo más pegadizos, algo que también escuchamos en Can I Get It. Comienza con los sonidos de una guitarra y rompe con un beat que mantuvo mi cabeza en movimiento durante los minutos de canción. Esta vez, la artista saca su lado más sensual para lanzar una declaración de intenciones a la persona que le atrae. Quiere que sea suyo, y no en el sentido de la propiedad, sino en su ámbito más íntimo.
Volviendo a las baladas y a esas historias que salen desde el dolor y la supervivencia, Adele nos regala I Drink Wine. Un tema que ya hemos podido escuchar también hace unas horas. El blues y el soul vuelve para acompañar a esta historia que podría estar relacionada con su divorcio. Un tema que protagonizó una escabrosa etapa de su vida en la que la culpabilidad volvía a aturdir cada minuto de sus días.
La intención de Adele con 30 es abrirnos las puertas de su vida sin escrúpulos. Una figura que forma parte de su felicidad es Rich Paul, el agente deportivo que, según nuestra protagonista, se ha convertido en la primera relación que le ha abierto a amar y a ser amada. En All Night Parking deja muy claro que la tiene completamente conquistada. El sonido que le acompaña está protagonizado por toques lo-fi y un piano que nos trasladan directamente a una noche de sofá, manta y el sonido de la madera crujiendo en la chimenea.
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Volvemos a las baladas en Woman Like Me. Como mencioné, Adele se ha cruzado con el amor propio y lo ha acogido en su vida para siempre. Esto es salgo que deja muy claro en esta canción, cuya letra está cargada de empoderamiento y confianza en una misma.
Otra canción que avanzó una de las historias que íbamos a escuchar en esta nueva etapa de la británica es Hold On. Su voz se potencia junto a una preciosa melodía a piano que rompe con la temática de confianza de su anterior canción para mostrar también la oscuridad que la ha atormentado en diversos episodios de su vida. "Juro por Dios que soy un desastre. Cuanto más lo intento, más retrocedo", dicen algunos de sus versos.
La penúltima canción de este cuento es To Be Loved, una balada también a piano que arranca alguna que otra lágrima a nuestra protagonista. Adele llora, se desahoga y deja claro que después de todos estos altibajos, después de no haber disfrutado del amor, de desconfiar en ella misma, va a ser ella la que se salve y la que deje pasar la tormenta para salir de este agujero. Unas vivencias estremecedoras.
30 concluye con Love Is A Game, una canción que parece haber sido creada en Broadway para protagonizar un musical o una película de Disney. La mezcla de blues y soul con los sonidos del violín nos recuerda a la música emblemática del mismísimo Frank Sinatra. Un guiño a una de sus mayores influencias que no podía faltar en este disco. Para ella, el amor es un juego en el que está dispuesta a apostar todo.
Porque si algo ha comprobado Adele a lo largo de todos estos años es que vida solo hay una y merece la pena vivir cada segundo de ella.
Laura Coca
Redactora de LOS40 y LOS40 Urban. Probablemente cuando leas esto estaré viendo vídeos de gatitos, escuchando...