Especial
Elena Furiase sobre el “sustazo” de María Castro: “Qué tremendo, con hij@s todo se hace un mundo”
La actriz cuenta con todo detalle lo que le ha sucedido con sus hijas
La Navidad es un tiempo de reencuentros con la familia y eso, en muchas ocasiones, conlleva viajes y desplazamientos. Es lo que le ha ocurrido a María Castro que ha volado para reunirse con sus padres. “Ya en casita de ‘los papás’… y después del SUSTAZO de ayer, nunca celebré tanto el ‘vuelve a casa vuelve’!!!”, compartía en redes.
Le tocó coger un avión y parece que el viaje fue toda una odisea. “El periplo de viaje ya de entrada, era importante, al menos lo que yo me había montado en la cabeza, teniendo en cuenta: - que me ‘movía’ yo sola con las dos…(Jose está trabajando duramente con unos elfos en Madrid…) - que tenía, como os digo, dos vuelos de por medio, - que la escala era escasa, para correr con dos a las espaldas y sin silla - que viajando me pillaban las horas de la siesta de Olivia y su comida, - y que está última no para, ni en tierra ni en aire….”, empezaba contando.
Solo los que son padres pueden entender lo que supone todo esto que ha detallado María y ella es consciente. “Igual a algunos les parecerá una ‘chorrada’ todo esto… pero igual tamb es que no tienen hij@s, o que los suy@s son más tranquil@s que l@s nuestras jajajjaja… que hay niñ@s de niñ@s!!!”, añadía.
Pero ella es de las que piensan que los niños no pueden paralizar los planes, que tienes que probar, experimenta y adaptarse a los planes siempre que se pueda. El primer vuelo fue todo bien, de hecho, la pequeña Maia, como cuenta la actriz, ejerció a la perfección como hermana mayor.
Aterrizaje complicado
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El problema llegó en el segundo aterrizaje. “A un metro de tocar Vigo y después de muchísimo meneo, los motores del avión vuelven a rugir y con un impulso violento, otra vez despegamos hacia algún lugar… Dónde? No lo sé. Por qué? Tampoco lo sabía, porque no suelen dar muchos explicaciones cuando hay caos. Hasta cuándo? Ni idea tampoco”, relataba sobre el momento clave de su viaje.
En ese momento empezó su odisea. “Yo creo que Maia también intuyó que por mucho que preguntase, no iba a tener una respuesta real, que no dijo ni mu. Me dio la mano y se dedicó a mirar al frente, expectante. Entonces Olivia se despierta y ajena a todo, quiere salir de su atadura. Maia se marea. Yo sin bolsa. Yo me mareo, pero paso de oír a mi cuerpo, no era momento”, explicaba.
En momentos de tanto estrés, lo mejor es guardar la calma. “Abro el aire, recuesto ligeramente a Maia, le acaricio la cabeza tratando de que se duerma, para que se le pase más rápido y el mareo se esfume, y así solo tenga una en combate para el próximo intento de aterrizaje. A Olivia, le ‘casco’ dibujitos del móvil, que en esos momentos lo que sea con tal de ‘sobrevivir’… nunca mejor dicho. Y yo, aguanto las lágrimas como puedo!”, relataba sobre las medidas que tomó para intentar que sus hijas lo pasaran lo mejor posible.
Reconoce que no es la primera vez que le sucede algo así, pero que es distinto vivirlo sola que con niños. “No podía parar de pensar en Jose. Y si nos pasaba algo? Y si todas las complicaciones que pensé a priori en el viaje, se quedaban en nada al lado de lo que podía pasar…? Son tan pequeñas… y yo me sentí tan pequeña tamb…”, reflexionaba en esos momentos.
Llegó un segundo intento de aterrizaje y todo fue bien. Aplauso generalizado y temblor de piernas. “Y abrazo inmenso a las dos, cuál mamá gallina, siendo sólo una durante unos instantes. Qué miedo! Ojalá fuese una inocentada! Pero no!”, aseguraba tras su relato.
“Maria Que tremendo! Parecerá nada, pero con hij@s todo se hace un mundo, aquí una servidora te entiende perfectamente!😍 felices fiestas!!”, comentaba Elena Furiase que también es madre y puede entenderla.
Después del susto, ahora toca disfrutar de la familia.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...