Especial
Momento de conocer mejor a Travis Birds, la cantante de series que se ha ganado a público y crítica
‘La costa de los mosquitos’ sonará en el Circo Price el 16 de enero
Si todavía no has escuchado el nombre de Travis Birds, abre bien los oídos porque es uno de esos talentos por descubrir por el público mayoritario. Ya ha logrado ganarse a buena parte de la crítica y va día a día va multiplicando seguidores con su forma diferente de hacer las cosas.
Es una joven intensa, reflexiva, con mucho mundo interior y gran sentido del humor (a veces del negro) y todo eso lo plasma en su música a través de unas canciones difíciles de catalogar con mucho de folklore, fantasía y drama.
La escuchamos en la sintonía de El embarcadero. También sonó su música en Sky rojo y no son los únicos logros de esta chica que también fue capaz de poner voz a la ex de Joaquín Sabina en su versión de 19 días y 500 noches.
La costa de los mosquitos es su último disco y el que presentará en directo el próximo 16 de enero en el escenario del Circo Price de Madrid, su mayor escenario hasta ahora. Y de eso y muchas otras cosas, hemos hablado con ella.
Hablamos porque el 16 de enero actúas en el Circo Price. ¿Sensaciones?
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Estoy alucinando. La verdad es que todos los conciertos que he visto allí han sido como un sueño a largo plazo y que de repente llegue así, la verdad es que m e tiene muy nerviosa pero muy ilusionada.
¿Lo estás preparando de alguna manera especial?
Un concierto más es imposible que sea siendo allí. Cada concierto en Madrid que es como el que va marcando los pasos, lo preparo de una manera especial, me gusta pensarlo como que es el mejor concierto que hemos dado hasta la fecha y el Circo Price no va a ser menos. Lo estoy planteando como un concierto en el que se nota todo el crecimiento que hemos tenido después de la gira. Va a ser guiado por La costa de los mosquitos, aunque llevaremos alguna novedad.
Ya llevas muchos conciertos a tus espaldas y en muchos has agotado entradas, ¿qué enseñanza te ha dado eso?
Aprender de una forma mucho más rápida a meterme en el sitio desde el que necesito dar el concierto, desde el que necesito cantar. Sí noto un entrenamiento mucho mayor y donde me cuesta mucho menos entrar que antes. Cada concierto parece una cosa lejana desde fuera, pero necesitas estar metido en la música y muchas veces después de un viaje y después de estrés, es difícil estar ahí. Esta gira me ha dado esa primera experiencia de tener que hacerlo e intentar ser la mejor siempre, dar siempre el mejor interpretativo siempre, aunque las condiciones no sean siempre las idóneas.
En el escenario has coincidido con muchos amigos, ¿qué momentos especiales te ha dejado cantar con colegas de profesión?
Este año ha sido algo que me ha sorprendido un montón. He tenido la suerte de que me hayan invitado a cantar personas a las que admiro muchísimo en escenarios que de alguna manera que quedaban grandes porque es como que me he saltado pasos para estar ahí como fue en el Wizink Center con Rozalén. Son tan familiares que hacen como que eso sea como una experiencia distinta de lo que se ve desde fuera cuando veo un concierto y veo a dos invitados que cantan juntos. Ellos han hecho que parezca una cosa muy familiar desde dentro.
Este concierto es una señal de lo bien que te han ido las cosas con este segundo disco, ¿lo esperabas?
No esperaba este nivel porque es un disco un poco oscuro, es un disco como que conlleva una escucha muy entregada, no es un disco fácil. Esperaba que la gente que viene siendo fiel, lo siguiera siendo, pero no que tuviéramos un crecimiento tan grande con estas canciones y en eso sí siento una acogida muy grande por parte de la gente y una especie de darme esa oportunidad de ‘me voy a sentar a escuchar esto, aunque así de primeras me parezca un poco complejo’, porque no es un disco fácil.
En La costa de los mosquitos hay obsesiones y demonios y una línea fina que separa la locura de la cordura, ¿qué te llevó a centrarte en este concepto?
Un poco vivencias personales y descubrirme a mí en una tesitura diferente. Ha sido un disco que se ha compuesto en una época en la que yo cambiaba radicalmente de vida, me iba de casa de mis padres, es un disco que tiene ya un tiempo. Me fui de casa de mis padres y empecé a vivir otro tipo de cosas y descubrir otro tipo de personas dentro de mí y entre ellas una faceta bastante obsesiva que me llevó a pensar mucho en ese concepto de las obsesiones y a una mirada más observadora respecto al entorno que me parece que todos estamos muy atados a ciertos cánones sociales y en realidad somos animales y venimos de ahí y esa parte más instintiva y animal, estamos en una situación en la que hay que despertar eso.
En unos tiempos en los que la salud mental está en boca de tanta gente, ¿se entiende mejor un disco así que en otros tiempos hubiera parecido más inquietante?
No lo sé. Me parece muy buena pregunta, pero no lo sé porque yo no lo he tratado desde un punto de vista demasiado realista y acorde a la realidad que estamos viviendo en este sentido, sino de una forma un poco más fantástica y más onírica. No de una manera realista, aunque sí que me parece el hecho de que esté eso ahora mismo haciéndose notar hace que se viva de una manera más presente, aunque yo no lo compuse desde ahí.
Volviendo al concepto del disco, ¿has logrado descubrir qué tipo de persona eres tras ese viaje de introspección?
Me voy liberando de ciertas cosas y voy aceptando otras, pero es un camino conocerse porque tenemos mil capas y sí que he conocido algunas que he terminado aceptando y explotando un poco, de cara a seguir componiendo desde un sitio cada vez más libre. En ese sentido me voy sintiendo cada vez más segura de mí misma y me voy quitando ciertos complejos que arrastramos todos cuando empezamos algo. En resumen, tengo más seguridad en mí misma como compositora y eso viene de ganar seguridad en mí misma, de conocerme como persona y aceptarme.
Estamos hablando de disco conceptual, algo que choca en unos tiempos de consumo tan rápido que cuesta asimilar conceptos, ¿te notas a contracorriente?
Ha sido de una forma bastante inconsciente, no ha sido muy premeditado de decir, ‘ostras, ahora no se está consumiendo así, lo voy a hacer’. No, simplemente tenía un concepto que me parecía que envolvía todas estas canciones y que me parecía que enriquecía. La costa de los mosquitos para mí es esa especie de isla que hay en la cabeza de cada uno, donde estamos solos con nuestra naturaleza. Pero ha sido muy orgánico.
Hablando de esa conexión con la naturaleza, ¿alguna canción surgió durante tu tiempo en la selva de Ecuador?
Yo creo que sí. Ahí se gestaron muchas cosas, pero no salieron en ese momento. Para mí fue un viaje que en ese momento presente fue muy fallido porque no fue lo que esperábamos y nos vimos un poco decepcionadas, pero creo que el haber estado allí, el haber respirado que llevaba mucho tiempo queriendo conocer la selva primaria, me ha llenado de cosas que me han dado recursos de imaginación para crear canciones. Maleza, a lo mejor, hace referencia a esa vivencia, pero ninguna se gestó allí literalmente.
Tu disco es un poco denso, intenso, para escuchar despacio, supongo que reflejo de ti misma, pero eso a veces puede resultar un poco agotador, ¿a qué te agarras tú para rebajar de vez en cuando algo de intensidad?
Al humor, es lo que me parece que siempre salva de cualquier cosa. Intento aplicarlo cuando me pongo intensa o un poco dramática. Digo, ‘tía, suelta de aquí’. Para componer en este disco he tirado mucho de drama, pero también tiene un punto de comedia, aunque a lo mejor está un poco escondido. Esas canciones tan desgarradas, yo no las he vivido de esa forma, intento vivirlo todo con un punto de humor. A mí me entra muy bien el humor negro también y no son cosas que me han desgarrado. Cuando vivo un drama fuerte lo que hago es componer una canción, intentar buscar un punto de humor o ambas.
Esa conexión con la naturaleza y la esencia de la que hablábamos antes supongo que nos lleva también a que en este disco hay mucho de música de raíz, ¿está todo conectado?
Está super conectado porque es difícil explicarlo, pero es una cosa que sale de cada tierra de cada lugar y la vivencia real que hay en ese lugar. Yo capto eso del folklore, hay un nervio y una garra especial, sea de donde sea. Es una música que representa muy bien eso, algo que sale de lo primario, de la vivencia real y presente y que se comparte entre todos los que lo viven a la vez.
De hecho, supongo que tú entiendes a artistas como C. Tangana que, de pronto salen cantando con La Húngara o creando temas como Ingobernable, ¿no?
A mí me encanta Tangana, soy admiradora del trabajo que hace y del personaje que tiene y no de todo lo que hace, soy bastante crítica con las cosas que oigo y si te digo que me gusta es porque me gusta de verdad, pero Tangana me parece un maestro en ese sentido y me parece que está haciendo una música muy guay, haciendo lo que le da la gana, mezclando todo tipo de cosas y a mí me encanta lo que está haciendo.
Mirando a tus orígenes, vamos al tema de tu nobmre artístico que sacaste de la película Taxi Driver, ¿Qué te llevó a dar ese paso?
Cambiaba de vida totalmente, empezaba en un sitio nuevo, con gente nueva. No seguía guardando conexión con nadie del pasado más que familiares y tal y decidí aprovechar ese cambio, que era un cambio a priori para mal, de la vivencia que yo tenía en ese momento porque no lo había elegido y estaba un poco enfadada con el mundo y lo único que podía elegir es que ya no me tenía por qué llamar como me habían puesto mis padres, que en verdad nunca me gustó y que iba a utilizar esa situación para presentarme de otra manera. Coló, todo el mundo se lo creyó, la gente lo respetó y aquello se hizo grande y hasta mis padres cambiaron el chip y pasé a ser Travis. Y me dio muchas alas porque el hecho de que le dieran credibilidad y lo respetaran me dio bastante fuerza en ese momento de mi vida que la necesitaba. Un poco de fuerza de creer en mí misma y en esa fantasía que había inventado una mañana y que me había puesto como reto conseguir.
Estás hablando de una adolescencia complicada…
Un poco, la verdad. Complicado también, depende de con qué se compare porque yo he sido siempre muy afortunada. En lo personal no fue una adolescencia demasiado fácil porque yo no era una estudiante demasiado buena y siempre he sido muy intensa y la adolescencia, que ya de por sí estamos un poco atontados, un poco complicada, pero tampoco creo que más complicada que la del resto.
Era uno de los nombres que resultaba más desconocido en el disco homenaje a Joaquín Sabina en el que participaste con una versión de 19 días y 500 noches con Benjamín Prado, ¿cómo fue eso?
Todo esto fue a través de la primera discográfica con la que estuve que formaban parte del proyecto. A los directores del proyecto les encajó muy bien que quien hiciera una versión distinta de esta canción, como cantada desde el punto de vista de ella, fuera alguien un poco más desconocido porque ayudaba un poco a alimentar esa fantasía de aquella ex novia de Joaquín Sabina. Si hubiera sido Rozalén, hubiera sido Rozalén cantando esa canción, pero el hecho de que fuera alguien que nadie conocía le sumó a esta voz de esta ex novia. Se alinearon los planetas, tuve la suerte de que me eligieran a mí. Nunca pensé que fuera a tener la repercusión que tuvo. Me parece una canción hecha con muchísimo cariño por una persona muy cercana a Joaquín. El texto es impecable, precioso, tiene mucho sentido del humor y lo intenté cantar desde ese lugar con toda la honestidad posible.
Tu espectro musical es amplísimo, eso hace difícil etiquetarte y supongo que también hace difícil hablar de referencias claras, ¿no?
Tengo gente de cabecera que siempre tengo ahí como Jorge Drexler, Amy Winehouse, Camarón… me dejo a mucha gente. Cosas muy diferentes, Chet Baker… Tengo facilidad para apreciar las cosas buenas musicalmente hablando.
¿Alguien que te haya inspirado últimamente?
Ufff, me queda en blanco… Alguien que me parece que está haciendo las cosas muy bien es Nathy Peluso. Me encanta lo que está haciendo. Ayer vi un vídeo de Guitarrica que no había visto y me resultó inspirador.
En este segundo disco repites productor que tengo entendido que apareció en tu vida como por casualidad.
Fue una coincidencia increíble. En realidad, es una persona que conoció mi hermana en un tren que conocía a Álvaro Espinosa que es el productor de mis dos discos y es una persona super importante en mi vida. Tiene un mundo interior increíble y mucha musicalidad. Darle los temas es como de repente, vas a ver mundos dentro de ellos.
¿Repite en lo que ya estás grabando? ¿Habrá un nuevo camino o ya has encontrado el tuyo?
Cambia la cosa porque han sido dos discos así y los dos necesitábamos un descanso y seguir abriendo camino. Lo siguiente que tengo en mente es trabajar con diferentes productores. No estoy pensando en disco sino preparando temas que me apetece sacar por separado, funciona un poco así. Me parece una putada cuando publicas un disco y no tiene vida porque el tipo de consumo no te lo permite.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...