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La línea de la vida de ‘Secret Story’ nos descubre a una Brenda luchadora que ha pasado mucho en su vida
No pudo evitar emocionarse contando los aspectos más complicados desde su infancia hasta ahora
Igual que sucedió en la primera edición de Secret Story con los vips, en esta ocasión, también vamos a ir conociendo un poco mejor a cada uno de los concursantes cuando les toque trazar su línea de la vida. La primera en hacerlo ha sido Brenda, la barrendera madrileña de 40 años.
La suya no ha sido una vida fácil. Se ha remontado a su infancia para contar que cuando solo tenía dos años, sus padres se separaron, “por eso puedo decir que soy hija única, a pesar de tener seis hermanos”.
Tuvo grandes problemas con su madre, “chocaba bastante y no era consciente de que siempre tenía un vaso de vino en la mano. Luego me di cuenta de que lo que había era un problema de alcoholismo y ahí es donde empezaron mis enfrentamientos con ella, con 13, 14”.
Eso le creó también muchos problemas con su padrastro al que llama papá Juan. “Es mi padrastro, pero es que me crio desde los dos años, porque él venía cansado de tanto trabajar. A lo mejor eran las 2 o la 1 de la mañana y me levantaban porque mamá le tenía que decir a papá Juan todo lo malo que había hecho yo”, contaba.
“Papá Juan cambió mucho, pero en aquella época era muy estricto y también llegó un momento en el que me enfrenté a él porque yo no me di cuenta de la rabia que estaba mamando”, admitía. Ese mal ambiente hizo que se escapara de casa en varias ocasiones y que tuviera grandes broncas, alguna de las cuales acabó en comisaría.
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“Me puse a trabajar a los 15 años para pagarme el instituto desde un inicio. Me tenía que pagar los libros, todo. Hasta para pagar parte de las facturas de casa”, seguía contando. Aunque en esos momentos conoció a alguien clave.
“Entre medias, a los 14 años, que es de lo más importante y de lo más bonito que me pasó, conocí al que es el padre de mis hijos. Me ayudó bastante a salir de todo eso”, explicaba.
La muerte de su madre
Se rompió especialmente cuando contó el momento en el que le comunicaron la muerte de su madre. “Me independicé a los 19 años. Me fui de casa sin hablarme con mi madre, sin hablarme con papá Juan. Me fui con lo puesto, no me dejaron llevarme absolutamente nada porque me dijeron que ellos me compraron todo. Me tiré un año sin hablarme ni con mi madre ni con Juan. Me prohibieron ver a mis hermanos”, cuenta sobre la situación en ese momento.
“Me llamó a casa mi papá Juan, llevaba año y pico sin hablar con él. Era una persona terca, ruda, orgullosa, y me dijo, ‘necesito que vengas corriendo a quedarte con tus hermanos’. Yo sabía que algo gordo había pasado. Me dijo, ‘tu madre ha muerto’. Murió durmiendo en la cama. La encontró mi abuela, su madre. Yo no me podía creer que la que estaba en la cama era mi madre”, decía completamente rota.
En su línea de la vida hay altos y bajos. “Con 26 años me caso con el papá de los peques. Tenemos dos hijos y en el primer embarazo, el de la nena, sufrí problemas de mobbing laboral. Fui una de las primeras mujeres camionera en la recogida selectiva de Madrid, en la recogida de basura, para mí fue una auténtica maravilla ser la primera mujer”, contaba.
Luego tuvo varias bajadas tras la muerte de papá Juan 19 años después de la muerte de su madre. “Cuando murió papa Juan es como que me iba con él porque ya no podía más. De ahí solo quedaba subir para arriba”, expresaba.
Su hija se puso mala, cree que por consecuencia del covid y acordó una separación de su marido, aunque todavía conviven juntos porque los problemas económicos no les permiten vivir separados.
Una mujer luchadora, que ha pasado por mucho, y que ahora puede contar con una curva hacia arriba con esta oportunidad que le han dado de pasar por esta experiencia en la casa.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...