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El influencer Víctor Pérez y su visión más realista de las redes: “Hay gente que se pasa mucho, es muy tóxico”
Tiene millones de seguidores, pero ahora busca otros objetivos
Víctor Pérez tiene 9,2M de seguidores en TikTok y 2,2M en Instagram. Es un influencer en toda regla, aunque a él no le guste esa etiqueta. Iba para futbolista y acabó siendo modelo, aunque la música y la interpretación están en sus proyectos de futuro, o más bien, de presente.
Ya ha sacado varias canciones, le hemos visto en el último episodio de La reina del Flow y acaba de terminar de rodar una nueva serie juvenil de Netflix. Y no es más que el principio.
Pero sus seguidores le siguen reclamando en redes donde no deja de subir contenido para no defraudar a sus millones de seguidores. Hemos querido hablar con él para conocer la visión real de esta escena que tanto llama la atención de niños que ya no quieren ser policías o bomberos, sino que quieren ser Víctor Pérez.
Muchos dirían que eres un chico de éxito por los millones de seguidores en redes, ¿qué es para ti el éxito?
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Para mí es conseguir algo que te has propuesto desde hace mucho tiempo y, al final, se ve desde las redes que tengo mucho éxito, pero no he conseguido todavía lo que yo quiero.
¿Y qué es?
Llegar a donde yo quiero en la música y como actor, que es donde estoy empezando ahora, porque el mundo de influencer como que ya lo he exprimido al máximo y quiero más.
¿Cuándo empezaste con las redes sociales?
Empecé de casualidad. Yo jugaba al fútbol y esa era mi prioridad desde siempre y en las redes empecé por un amigo. Él empezó a estudiar cine y un día me pidió que le hiciera el favor de aparecer en unas fotos para un trabajo que él tenía y le dije que sí. Me hizo cuatro fotos que empezaron a gustar, las empecé a publicar y empecé a publicar dos o tres fotos al día y me empecé a hacer viral.
Eres creador de contenido, ¿y consumidor?
Antes igual estaba más enganchado porque estaba más metido en qué contenido crear cada día y ahora como que no me preocupo tanto. Es sacar el móvil en cualquier lado y sacar una foto buena, antes era más perfeccionista y me pasaba horas y horas mirando para copiar contenido y buscar ideas.
¿Qué significa para ti la palabra ‘postureo’?
Igual estar todo el día haciendo fotos a todo lo que pillas. He dejado un poco eso porque es incómodo estar todo el día publicando dónde estás y qué estás haciendo y como que al final te quita un poco de privacidad. Hay gente que vive otra realidad y enseña una vida que no es. Al final, yo intento ser un poco transparente en redes sociales.
Ahora los niños ya no quieren ser policías, maestros o bomberos. Ahora quieren ser como tú, influencers, youtubers, twitchers… ¿eso te supone una responsabilidad?
Yo a veces lo pienso. Me he encontrado con padres que me dicen que sus hijos quieren ser youtuber, influencers… cada uno tiene que hacer lo que le guste, pero como es algo que a mí me ha llegado de casualidad, no lo he buscado, no sé hasta qué punto… yo siempre les digo que estudien y que busquen algo mejor.
¿Tú lo has hecho?
Yo lo hice y lo dejé por dos motivos. Estaba jugando al fútbol y era acabar de estudiar y a las cuatro tenía que estar entrenando y tenía que comer y lo tenía como a una hora de casa. Luego me rompí la tibia y el peroné en el fútbol y como todo era práctico, lo dejé, pero no por las redes.
Triunfar en las redes sociales es cada vez más difícil por la tantísima competencia que hay, ¿tú cómo lo has conseguido?
Eso me pregunto yo también muchas veces. Creo que es por la constancia, porque al final. Todo el mundo me decía que cómo podía publicar dos fotos al día y era cuando Instagram era como TikTok ahora, que era super fácil viralizarse. En TikTok subes un vídeo y en nada tienes cuatrocientas mil visitas. Ahora en IG es muy complicado y antes era así. Si tenías una foto así guay, se viralizaba si subías un montón. Yo lo que hacía era innovar fotos. Buscar ideas de fotógrafos y las hacía y subía dos o tres al día y eso hacía que me viralizaba.
¿Y qué papel jugó tu familia en esta decisión de dejar de estudiar y dedicarte a las redes?
Mi madre siempre tuvo miedo, pero sí es verdad que siempre me ha apoyado y siempre me ha ayudado, nunca me ha dicho que no lo haga. No se fiaba, pero cuando llegó la primera campaña fue un poco más seria la cosa y nos metimos de lleno.
¿En qué momento dejó de ser un divertimento para ser algo profesional?
En el momento que empecé a trabajar con marcas más profesionales, como modelo, Pull & Bear, Bershka, Paco Rabanne, Gillette… en el momento en que empecé también a subir de seguidores y me empezaban a parar por la calle.
¿Recuerdas esa primera vez que te pararon por la calle?
Aún recuerdo a la chica y todo. Fue en Ibiza. Cada año voy a Ibiza y cada año me la encuentro y me enseña la misma foto, en el mismo lugar. Fue en una cala que estaba llena y me paró y me preguntó si era Víctor Pérez y me quedé flipando porque tenía 16 años y todo era nuevo. Me pidió una foto y me morí de la vergüenza. Ahora ya te acostumbras.
¿Hay límites en las redes?
Yo he trabajado muchos trabajos por cuidar mi perfil. Prefería crecer mi perfil para tener mi nombre y luego aceptar los trabajos que me pudiera permitir. Si estoy creciendo y en el momento de mi crecimiento empiezo a meter promociones donde no se ve mi cara es como a que los seguidores les cansa, no les gusta. Quieren verte a ti, no la promoción.
Hay quién critica que las redes generan mucho hate. No sé si es tu caso, pero, ¿cómo se lidia con eso?
Es difícil. La gente se piensa que vivimos del cuento, pero, al final, si muchos estuvieran en nuestra posición, o al menos en la mía, no aguantarían ni la mitad. Con las redes tengo una imagen más de chulo y, al final, solo me ven detrás de una pantalla y lo que no saben es que detrás de esa pantalla hay una persona con sentimientos y te machacan. Yo lo aguanto, pero no las leo. Si las leo, según qué cosas, no me afectan, pero hay cosas que, si las leyera otra persona más débil, igual se tira por la ventana. Hay gente que se pasa mucho, es muy tóxico.
Tienes un hermano más pequeño que tú, ¿qué le aconsejas respecto a las redes sociales?
Él pasa un poco más de esto, pero sí le gusta y le aconsejo, a veces, sobre lo que tiene que subir y no.
Al final es un trabajo muy esclavo. En cuanto desapareces unos días ya hay seguidores preocupados, ¿eso no llega a agobiar un poco?
Sí, por eso ahora ya me he relajado un poco y a veces dejo de subir cosas. Antes en TikTok subía igual 20 vídeos diarios. Era una forma de intentar hacerme viral, copiar trends de Estados Unidos y todo el día innovando. Pero llega un punto en el que te cansas y hay un límite y dices ‘paras’.
¿En alguna ocasión has dicho ‘me gustaría ser anónimo’?
No, porque ya me he acostumbrado a la vida que tengo y estoy muy contento.
Al final, tener tantos seguidores, hacen que haya mucho interés por tu vida privada, ¿cómo llevas eso?
Hay cosas que no me gusta. Mi vida es privada es mi vida privada y no todo lo que ves en las redes sociales es real. La gente engaña mucho y yo no te digo que engañe, pero hay cosas de la vida privada que no tengo por qué enseñar y no las enseño.
Instagram, YouTube, Twitch, TikTok, OnlyFans… las plataformas se van multiplicando, ¿cuál es tu favorita?
Favorita…Instagram porque empecé con ella. Y ahora TikTok porque me quedo viciado. No porque me guste hacer vídeos, que no me gusta, pero sí que me quedo viciado viendo los de los demás. Me salen muchos de fútbol y de gracia.
Ahora se empieza a hablar del Metaverso, ¿interesado?
No estoy muy metido, la verdad. He escuchado hablar y sé de lo que va un poco, pero no estoy.
Hay cada vez una mayor tendencia hacia lo natural, hacia el body positive, auto aceptación y diversidad. Tú eres el chico guapo que a priori es el que triunfa en redes, pero, ¿has notado ese cambio?
No te creas todo lo que veas en redes sociales. Lo ves en pantalla y luego lo ves en persona y cambia porque se retocan muchísimo en las fotos. Yo veo bien que salgan más naturales y te lo digo yo que también me he retocado, pero a mí me mola que la gente apueste por la naturalidad. Yo lo estoy empezando a hacer y mola.
La llegada de campañas te lleva al modelaje, ¿qué te aporta esa faceta?
Me encanta hacerme fotos. Yo no sabía que me gustaba hacerme fotos, pero mi amigo me enganchó y antes me pasaba todo el día haciéndome fotos. Me mola y es mi trabajo y, además, también porque gano dinero.
La que menos muestras en redes es la de futbolista, ¿en qué punto está eso?
Ahora estoy jugando al fútbol en el pueblo con mis amigos, ya como hobbie. Antes lo tenía como un sueño. Tuve muchos problemas personales. El fútbol es un mundo en el que tienes que estar muy concentrado y si tienes la cabeza en otro lugar, te jode y yo la tenía en otro lugar, en otras cosas que me superaban. No tenía la cabeza donde tenía que estar, me agobié y lo dejé.
Pasamos a la faceta que más nos interesa a nosotros, la de cantante, ¿de dónde viene?
A mí la música siempre me ha gustado mucho y siempre he querido hacer música y siempre había pensado que si me metía en la música lo tenía que hacer bien, no me podía meter con cualquiera. Conocí a JuanFran que me presentó a David y todo tiene su proceso. Yo ahora tengo la etiqueta de influencer que a mí no me gusta, cuando me llaman influencer me enfado porque al final todos influenciamos, todos somos influencers. Si tú llevas una prenda que a mí me guste, ya me estás influenciando, solo que yo tengo más seguidores y puedo llegar a mis personas, pero al final todos somos influencers. Yo prefiero que me conozcan como personaje público.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...