Dani Martín comparte un aluvión de confesiones sobre sí mismo y reconoce que lleva un año medicado
Habla de El canto del loco, redes sociales y lo mucho que le gusta gustar
“La juventud es un gran momento, pero el presente también”. Una idea sobre el paso del tiempo que le ha servido a Dani Martín para compartir toda una reflexión sobre asumir la edad.
“A veces busco esa frescura que tenía con 28, pero siento que eso es forzado ya. Prefiero sacar la verdad que tengo con 45, antes de hacerme el jovencito, que lo soy, pero me siento en otro lugar”, admitía sobre cómo se siente ahora.
El cantante está lo más alejado posible de un postureo forzado y ha optado por la naturalidad de una persona que asume su realidad y no busca aparentar otra cosa. “Me encanta enseñaros como ronco, que no estar delgado y comer patatas fritas si te lo pide el cuerpo es salud”, confesaba sobre las cosas que ha comenzado a aceptar.
Aluvión de confesiones
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Y no se ha quedado ahí: “Que tengo granos, que soy inseguro, que me equivoco mucho, que me encanta el vino, que me gusta boxear dos veces a la semana con Pablo, jugar al fútbol los sábados con mis Jareños, que hacer una gira de pocos conciertos me hace más feliz que hacer muchos. Que me encanta estar con María Amaro, con su hijo, con Raul, Delsi, Jorge, Jurete, mi Parti, Hussam, unidades de millar, con Caca, culo, pis…”, enumeraba.
Y puestos a hacer confesiones, ha continuado. “Que me encanta, el día que me veo guapo, hacerme una foto de perfil, que es como yo me veo bien, en Instagram”, admitía.
Y no se ha quedado en lo personal, también ha ido a lo profesional. “Estoy haciendo canciones, voy a hacer un disco, pero no me apetece seguir ningún canon, ni acercarme al sonido actual, ni hacer 34 duetos, ni trabajar con los productores de moda. Me apetece hacer lo que me salga, lo que sienta”, aseguraba.
Todo se reduce a una idea: “Creo que para alguien que se dedica a crear lo más importante es vivir, da igual la etapa: Hay que vivir, hay que dejarse afectar, sentir, viajar, observar, salir de casa, conocer, aprender, errar… O no, pero a mí me sale así. Ahí están mis canciones y ahí las busco”.
Y en esa actitud que ha tomado de aceptar realidades no duda en compartir lo que se le da bien y lo que no. “Yo no tengo un cuerpo esculpido, jamás lo tendré. Soy torpe haciendo cosas de manitas. Me encanta fantasear, crear, vivir, soy un desastre en muchas cosas y maravilloso en otras. Me encanta comer, beber, las sobremesas, las siestas, hablar de cosas escatológicas”, desvelaba.
Y se mete también en cosa de valores: “No me gustan las redes sociales creadoras de monstruos, me gusta más cuando se utilizan de manera natural y mostrando verdad. Respeto el uso que le da cada uno, pero tengo mi opinión”.
Y parece que se ha levantado inspirado y con ganas de descubrirse sin filtros: “Soy un niño pequeño en cosas y me enfado como tal: cuando me enfado, me voy al sofá de los enfadados como un niño de 6 años y no como, ¡cómo si a los demás les fuera a importar, jajajaja!”.
Y ahora que se habla tanto de la salud mental, no ha dudado en pronunciarse al respecto: “Estoy medicado desde hace un año y me está ayudando mucho, acompañado de mi terapia”.
“No me gusta casi nada el dulce. Siempre me ha gustado gustar, soy seductor, a todo el mundo. Agostador…”, añadía.
Con recuerdo a El canto del loco
Y sí, ha hablado del grupo con el que llenó estadios junto a su primo. “El canto del loco me lo inventé yo, jajajajaja, y lo siento muy mío. Recuerdo mucho mi infancia porque parte me hizo daño, también porque otra fue preciosa”, reconocía.
“Echo de menos a mi hermana, a mis amigos de la infancia. Echo de menos sorprenderme más por las cosas, echo de menos pasar más desapercibido. No me gustan los abusones, los ladrones, los rencorosos, orgullosos, victimistas…”, seguía contando sobre sí mismo.
“Me da miedo la droga y me gustaría que la gente apreciara más aún la verdad que la inmediatez, aunque yo compuse La madre de José. Aunque me siento orgulloso. Cuantas contradicciones, ¿eh? Pues ese soy yo. Daniel”, terminaba.
Y claro, con semejante ristra de confesiones no podía más que recibir un montón de aplausos porque cuando la gente se abre y se desnuda ante el mundo, es de agradecer y valorar y él lo ha hecho… una vez más.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...