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Megan Maxwell, la autora de éxito de literatura erótica, le hace una inesperada proposición a Jordi Évole
“Nunca una invitada me había hecho una propuesta así”
Seguro que, aunque nunca hayas leído alguna novela de Megan Maxwell has oído hablar de ella. Y es que no es por nada que haya vendido más de cinco millones de ejemplares de sus novelas eróticas, solo un millón de su saga Pídeme lo que quieras.
Los encuentros con sus guerreras son como los meet & greet de cualquier estrella de rock y aunque sus números se pueden comparar con los de Fernando Aramburu con Patria, el prestigio no es el mismo.
“Muchas mujeres con las que hemos hablado para hacer #LoDeMegan nos han contado que al sumergirse en los libros de Megan se olvidan de las vidas duras que llevan. Y disfrutan. Para eso sirve también la lectura, más allá de premios, críticas y clasificaciones literarias”, aseguraba Jordi Évole en sus redes. Y es que esta autora ha sido la protagonista de la última entrega de su programa.
“El fenómeno @MeganMaxwell debería hacernos replantear algo, como si existen placeres de 1a y de 2a, o por qué nos incomoda reconocer que nos gustan según qué cosas. Si no, no se explica que no conozcamos todos a alguien que ha vendido más de 5 millones de libros”, se planteaba el presentador.
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La historia de Megan
“Yo empecé a escribir un día que estaba aburrida en casa y es lo que le di a mi madre a leer. Como a ella le gustaba tanto leer. A ella le gustó mucho, pero claro, qué te va a decir tu madre. ‘¿por qué no lo mandas a editoriales?’”, contaba sobre sus inicios.
Al principio se lo pensó mucho porque no creía que fueran a hacerle caso y porque, además, tenía cierto complejo. “Había una cosa que a mí siempre me había parado mucho y es que, cuando leía la sinopsis de un libro, cuando venía la parte de la biografía siempre ponía periodista, licenciado en no sé qué y yo decía, pufff…”, le contaba a Évole.
Pero finalmente se decidió y mandó su novela a más de setenta editoriales. “Me decían que no, que los personajes femeninos que yo creaba tenían mucho carácter, que lo tenía que rebajar. Y yo decía que yo no los rebajaba porque yo, la vida que he tenido, hemos estado en una casa que éramos mi abuela, mis dos tías, mi madre y yo. Todo mujeres, ¿cómo no vamos a tener carácter? Yo prefiero no publicar a publicar algo que no me gusta a mí”, aseguraba.
Pasó más de una década hasta que alguien se decidió a publicarla. Ahora es la autora de novela erótica más vendedora de nuestro país. Aun así, hay mucha gente que todavía no la conoce o muchos otros los que desprestigian su literatura.
El desprestigio de sus novelas
“Me molesta muchísimo porque no creo que haga porno para mamás. Pienso que escribo novela erótica, Creo que cualquier cosa que hagamos las mujeres o que nos guste a las mujeres siempre se nos tiene que criticar. Si en este caso nos están gustando las novelas eróticas, donde nos aparecen unos tipos increíbles que te hagan soñar, entonces ya es porno para mamás. Sin embargo, lleva el porno para hombres toda la vida y yo nunca he escuchado porno para papás”, explica sobre uno de los apelativos más común.
Sus guerreras, que es así como se hacen llamar sus lectoras, están encantadas con las mujeres empoderadas que crea. Les gusta su sentido del humor y la capacidad que tiene de abrir mentes y liberarse de prejuicios.
No ha dudado en compartir detalles de una escritora madre que trabajaba en casa. “Cuando yo escribía, por ejemplo, Pídeme lo que quieras, yo no tenía ni siquiera despacho, yo escribía en el salón. Ellos estaban viendo Dora, la exploradora y yo al lado estaba escribiendo Pídeme lo que quieras. Y me decían, ‘mamá, sabemos cuándo has terminado una escena de sexo’ - ¿por qué?, les preguntaba -, ‘porque te enciendes un cigarrito y te echas para atrás’”, contaba como anécdota.
Évole, durante su charla, le preguntaba si ella experimentaba todo lo que escribe. “Esa pregunta me hace muchísima gracia porque es como si un escritor que escribe sobre asesinatos y crímenes tiene que ir matando a la gente para ver cómo va saliendo la gente. Yo me documento y, lógicamente, una hace lo que puede”, contestaba ella con toda naturalidad.
Y es que esa es la cuestión, se puede hablar de sexo sin tabúes. Admite que sus fuentes de información son la experiencia propia, la de amigos o San Google. “Pongo orgía caliente, trío sobre una silla, trío en una bañera, trío en una cama... Si busco que haya un trío en una bañera, lo que quiero es encontrar algo sobre tríos en una bañera para poder documentarme", explicaba.
Una proposición inesperada
Aunque Évole reconocía que siempre le ha dado pudor hablar de sexo en público, ella le ha invitado a tratar el tema con toda la naturalidad posible. Es una de las razones por las que María del Carmen Rodríguez del Álamo Lázaro (su nombre real) ha logrado romper estándares en la literatura para mujeres.
Antes de acabar, el periodista le preguntaba si había ido alguna vez a un swinger, uno de esos locales de intercambios de pareja. Entonces llegaba una proposición que logró descolocar al presentador por completo. “No, ¿vamos?”, le proponía Megan Maxwell.
Tras unos segundos de titubeo, contestaba: "Nunca una invitada me había hecho una propuesta así, pero vamos, que tenemos tiempo para pensarlo".
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...