Especial
Ni camisas ni jerséis: el gran número de manías de esta comensal de 'First Dates' acabó con su cita
Anabel confesó que no podía tener nada con hombres con camisas ni con jerséis de lana
First Dates lo volvió hacer y reunió a comensales de los más variopintos que lejos de poder tener un poco de feeling, fueron más bien trenes a punto de descarrilarse. Y esto es exactamente lo que pasó entre Anabel (51 años) y Luis (49 años), que, pese a que él lo intentó todo hasta el final, Anabel tenía unas manías y unos gustos un tanto “exigentes” o peculiares, según se mire, que los llevaron a vivir una velada cuanto menos curiosa.
Anabel acudió al programa con las ideas muy claras y pese a tener pensamientos radicales en algunas cuestiones, confesó ser "ordenada” en otros aspectos de su vida. Nada más empezar el programa quiso recalcar qué es lo que no querría encontrarse en esta cita. “No me gustaría que me sentarais a un mozo de escuadra ni a un policía ni a un guardia civil", le comentó a Lidia Torrent. Además, por si fuera ya poco este requisito quiso dejar claro que da mucha importancia a la forma de besar. “Para mí es más importante un beso que un polvo”, expresó a los micrófonos del programa.
Y no basta con eso. La comensal añadió que tampoco le gustaban los “hombres con camisa” ni con “jerséis de punto”. Por suerte, su cita apareció sin camisa, pero desgraciadamente sí con jersey de lana. Y esto ya vaticinaba que nada iba a salir bien... Al poner cara a Luis, Anabel pensó que First Dates cometió un grave error y alegó que prefería a otra persona. “Un chico más joven o al menos, que no parezca ni mi padre ni mi hijo”, declaró.
Anabel era una mujer de armas tomar y un tanto pizpireta, que, entre otras cosas, también confesó ser una apasionada de la pintura. La mujer utilizaba su propio cuerpo como lienzo, en el cual ella misma creaba, divagaba y experimentaba. Algo que parece que no gustó del todo a Luis: “El hecho de que se tatúe ella sola me parece una arrogancia más de Anabel”, compartió él en esta ocasión a los micrófonos del dating show.
Sin embargo, el momento más incómodo para Luis y más risueño para Anabel llegaba cuando él le confesó que se encontraba en esos momentos retomando el deporte poco a poco tras una lesión y que la actividad que realizaba era un tanto atrevida. “Ahora estoy haciendo deportes de riesgo como la petanca”, comentó. Algo que desató la risa un tanto maliciosa de Anabel, que no entendía como podía catalogar la petanca como un “deporte de riesgo”.
Luis parecía incómodo un poco con toda esta situación y trató de mantener el tipo hasta el final. “La forma de ser de ella no me inspira tranquilidad. Supongo que alborotaría un poco mi manera de ser”, afirmó un tanto sorprendido con su cita. Anabel, sin filtro alguno y sin pensar en el verdadero significado de sus palabras, quiso también recalcar su problema con los celos. “Soy una mujer celosa de mi propiedad. Propiedad en el sentido de que sí yo soy tía, tú eres mío”, manifestó. Una frase que terminó por desencantar a Luis y ver claro el futuro de su cita.
Para finalizar, no contenta con todas las manías o particularidades que ya había expuesto, Anabel lanzó una pullita final alegando que Luis no era lo que esperaba para su cita. “Yo no quería un hombre guapo ni tampoco que fuese al gimnasio, pero han acertado. Sin embargo, no han acertado con el resto”, zanjó la cita.
Los dos comensales partían de vidas y estilos diferentes y como no podía ser de otra manera siguieron con sus caminos por separado.
Teresa Moreno
Periodista a ratos, SEO todo el tiempo, aunque a veces también me verás escribiendo algún que otro salseo....