B.B. King: Vida y anécdotas de "un tipo que deseó haber podido ser mejor"
El hombre que inspiró a miles de músicos con su estilo único
B.B. King era el 'Rey del Blues'. Aclamado internacionalmente como uno de los artistas más influyentes e innovadores del género, fue la personificación del 'bluesman' viajero. Hacía una media de 250 shows al año y actuó incansablemente a lo largo de toda una carrera que abarcó más de 60 años y superó los 15.000 conciertos. A pesar de su avanzada edad y de la diabetes con la que estuvo luchando desde 1990, siguió encontrándose con su público. Armado solo con su voz carismática y con su inseparable Lucille… con la que también cantaba: "Cuando canto, toco en mi cabeza; cuando dejo de cantar oralmente, empiezo a cantar tocando a Lucille".
Riley B. King nació el 16 de Septiembre de 1925, en una plantación de algodón de Itta Bena, en Mississippi. Desde que empezó a grabar discos, en los años 40, hasta el fin de sus días, publicó más de 50 álbumes, muchos de ellos, clásicos como Live at the Regal (1964), que influyó a toda una generación de guitarristas, y hoy está considerado uno de los mejores álbumes de blues de todos los tiempos. El mayor éxito de su carrera fue The thrill is gone de 1970.
Mezclando blues tradicional, jazz, swing o pop, King desarrolló un estilo de guitarra único, uno de los más identificables en el mundo, que sirvió de modelo a miles de músicos. Desde Eric Clapton a Keith Richards, pasando por Jimi Hendrix, George Harrison o Jeff Beck. El maestro agradeció siempre todos esos magníficos cumplidos. Pero, según manifestaba en Up Worthy: "No estoy inventando nada que vaya a curar el cáncer o la atrofia muscular. Me gusta sentir que mi tiempo y mi talento está siempre ahí para la gente que lo necesite".
B.B. King falleció en Nevada, Las Vegas, un 14 de Mayo de 2015. Tenía 89 años. Además de su inmenso legado musical, el 'Rey del Blues' nos dejó una biografía extraordinaria salpicada de experiencias y anécdotas personales sorprendentes. Repasamos solo alguna de ellas.
Casi pierdo la vida por salvar a la guitarra
Prohibido el blues para el "rey del blues"
Al King le prohibieron cantar blues cuando era niño. En los años 30 y 40, en las comunidades negras del sureste de América, existía la creencia mayoritaria de que el blues era "la música del diablo". El pequeño Riley, obediente, cantaba gospel: "No quería faltar al respeto a mis padres, así que nunca cantaba blues en casa. Entonces sabía, como lo sé ahora, que no estaba haciendo nada malo. Creo que antes de que murieran, ambos se sintieron orgullosos de mi".
Pobre y tartamudo
"Yo era pobre. Nunca tuvimos nada, nunca tuvimos nuestra propia casa. Yo recogía algodón por un dólar al día", decía B.B. King en una entrevista a Larry Widen publicada en el libro Tombstone Blues. Después, ganaba 3 dólares al día por conducir un tractor. Pero una vez le fue mejor con la guitarra y ganó 50 o 60 dólares por noche. Entonces ¿qué necesidad tenía de seguir conduciendo un tractor o recogiendo algodón?. En esa época, era un joven que tartamudeaba… y después, algunas veces, siguió haciéndolo. Sin embargo, cuando cantaba, nunca tuvo ese problema. "No puedo decir por qué, pero la tartamudez se evapora cuando canto. Con el tiempo aprendí a controlarlo".
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Una deuda de un millón y un año sin descanso
En 1958, B.B. King trabajó cada día del año, los 365, sin descanso. El autobús de su gira quedó reducido a chatarra después de colisionar con un camión de butano en Texas. Dos días antes, su compañía de seguros quebró y King tuvo que responsabilizarse del vehículo. Contrajo una deuda de un millón de dólares, que tardó años en saldar.
"Casi pierdo la vida por salvar la guitarra"
Lucille, su famosísima e inseparable guitarra durante más de medio siglo, es un icono. Fue inmortalizada en una canción de 10 minutos, y en un álbum llamado igual de 1968. Su historia es sorprendente y merece la pena recordarla. En 1949, King tocaba en un club de Arkansas. Para calentarlo, el dueño llenaba de queroseno un cubo de basura y lo prendía. Esa noche, dos hombres empezaron a pelearse por una mujer y uno de ellos derribó el cubo. La planta completa, que era de madera, se incendió al instante. Era como un río de fuego, y todo el mundo salió corriendo. B.B. también lo hizo, pero se dio cuenta de que se había dejado la guitarra en el interior.
"Corrí para recogerla, pero el fuego era tan intenso que el edificio empezó a derrumbarse alrededor de mí. Casi pierdo la vida por salvar a la guitarra". Cuando mas tarde supo que la pelea que había provocado el incendio era por una mujer llamada Lucille, decidió bautizar así a su guitarra: "para recordarme a mí mismo que nunca volvería a hacer una estupidez semejante". King utilizó varios modelos de guitarra Gibson, y todos ellos se llamaron Lucille.
"Tengo 15 hijos de 15 mujeres diferentes"
King se casó y se divorció dos veces. El músico atribuyó su fracaso matrimonial a su extenuante agenda de conciertos, y al hecho de que priorizaba su carrera musical a su vida personal. Además, como él mismo reconocía: "Tengo 15 hijos de 15 mujeres diferentes. Ya sé que no soy el mejor padre, porque siempre estoy en la carretera, pero les mantengo a todos, buena educación y esas cosas". Nunca cuestionó la paternidad de ninguno y, a pesar de su consentimiento, se especuló que algunos de esos hijos no eran suyos en realidad. En el libro de Charles Sawyer 'The Arrival of B.B. King: The Authorized Biography', se señala que los médicos descubrieron que sus espermatozoides eran excesivamente bajos como para concebir hijos.
Piloto hasta los 70 años
B.B. obtuvo la licencia de piloto en 1963 y a menudo volaba y manejaba él mismo el avión con el que acudía a los conciertos. Dejó de pilotar a los 70 años, cuando su compañía de seguros y su manager le pidieron que solo volara junto a un co-piloto.
"Un tipo que deseó haber podido ser mejor"
En Tombstone Blues (colección de entrevistas a músicos de blues), B.B. King confesó su opinión personal sobre algunos de los artistas más grandes de la historia. Por ejemplo, de Elvis Presley dijo: "¡El Rey!. Y un tipo muy agradable". Idolatraba a Eric Clapton ("Toca el blues mejor que todos nosotros") a Ray Charles ("Llamarle genio es subestimarle") o a The Rolling Stones ("El mejor grupo de rock and roll y auténticos hombres de blues también"). Admiraba a Tina Turner ("Hermosa. Y la cantante más trabajadora que he visto jamás") y a Frank Sinatra ("Le adoro. Nunca habrá otra voz como la suya").
Y B.B. King… ¿qué opinión tenía de B.B. King?: "Un tipo que deseó haber podido ser mejor".
Alicia Sánchez
Periodista en busca de historias chulas del pop