Pink Floyd y la inesperada aparición de Syd Barrett en Abbey Road: “¿Sabes quién es ese tipo?”
Apareció de forma inquietante y, después de ese momento, nadie volvió a verle
Aquel 5 de Junio de 1975, los miembros de Pink Floyd se dieron cuenta de que alguien andaba merodeando por el estudio de Abbey Road en el que trabajaban. Era un hombre grueso, rapado, de mirada perdida y una bolsa de plástico en la mano. No le reconocieron… al principio. Era Syd Barrett. El hombre que, diez años antes, había co-fundado la mítica banda londinense y del que prescindieron cuando su salud mental se deterioró. Apareció de repente. Y lo hizo cuando sus antiguos compañeros mezclaban Shine on you crazy diamond. Paradójicamente, era una canción sobre él, inspirada en ese ‘diamante loco’ que desapareció sin decir adiós. No volvieron a verle.
Syd Barrett, un lastre
Syd Barret fue uno de los miembros fundadores de Pink Floyd en 1965, junto a Nick Mason (batería), Roger Waters (bajo, vocalista) y Richard Wright (teclista, vocalista). Bajo el liderazgo de Barrett, lanzaron su debut The piper at the gates of dawn (1967). Pero su inestabilidad mental, su comportamiento errático sobre el escenario o su adicción al LSD, le convirtieron en un lastre. Cuando grababan el segundo disco, A Saucerful of Secrets (1968), su salud psíquica se había deteriorado tanto, que decidieron prescindir de él. Entró en su lugar David Gilmour (casualmente, amigo del colegio de Syd).
Los miembros de Pink Floyd se sintieron tan culpables, que no le comunicaron que ya no seguía en la banda. Según relató Wright, que en aquel momento vivía con él, le dijo que salía a comprar tabaco cuando en realidad iba a tocar en un concierto. Regresó horas más tarde, y le encontró en la misma posición, con un cigarrillo consumido entre los dedos. Cuando emergió de su ensimismamiento y se dio cuenta del tiempo que había pasado, preguntó “¿has comprado los cigarros?". El 6 de Abril de 1968, Pink Floyd anunció oficialmente que Barrett había dejado de pertenecer definitivamente a la banda.
‘¿Sabes quién es ese tipo?’
Aun así, no le habían olvidado y después de The dark side of the moon (1973) - uno de los discos más aclamados en la historia - la banda le dedicó Wish you were here (1975). El noveno álbum de Pink Floyd era un sentido tributo a su antiguo compañero, quien en 1972 se había retirado de la vida pública y guardaba celosamente su privacidad (después de publicar dos álbumes en solitario). El 5 de Junio de 1975, el grupo estaba reunido en los estudios Abbey Road finalizando las mezclas de Shine on you crazy diamond, una canción sobre muerte y pérdida, compuesta expresamente para Syd. Ironías de la vida. Ese fue el día elegido por el ex líder de la formación inglesa para aparecer por sorpresa… nadie sabía por qué.
El grupo notó la presencia de un hombre grueso, con la cabeza y las cejas afeitadas, la mirada perdida. Llevaba gabardina y zapatos blancos y una bolsa de plástico en la mano. No le reconocieron. Algunos pensaron que era alguien del equipo de EMI. “Se presentó en el estudio” rememoraba David Gilmour en la revista Musician. “Estaba muy gordo… al principio ninguno le reconoció. Era solo una persona extraña merodeando por allí, sentado en la sala de control… si alguien me lo hubiera contado, no lo habría creído. Estar allí sentado durante horas, en una habitación pequeña, con quien había sido un amigo cercano durante años y años… y no reconocerle”.
Su carrera fue dolorosamente corta, aun así, llegó a mucha más gente de lo que jamás hubiera imaginado
Por su parte, Richard Wright contaba: “Recuerdo que llegué y Roger ya estaba trabajando en el estudio. Entré y me senté a su lado. Después de 10 minutos me dijo ‘¿Sabes quién es ese tipo?’. Y le respondí: ‘No tengo ni idea. Suponía que era un amigo vuestro’. Él me dijo ‘piensa, piensa’. Y de repente me di cuenta de que era Syd”.
“Fue algo rarísimo… y un poco inquietante”
La reacción de los miembros de Pink Floyd fue una mezcla de desconcierto, incredulidad y tristeza. Se habían quedado en shock. Waters se vino abajo: “Cuando apareció en las sesiones de Wish you were here - una ironía en sí - ver a esta gran persona, gorda, calva, demente... me rompí en lágrimas”. Richard Wright diría posteriormente: “Fue algo rarísimo… y un poco inquietante… particularmente cuando ves a un tipo que no puedes reconocer y resulta que elige el mismo día en el que queremos empezar a poner voces en una canción sobre él”. Nick Manson se sintió "horrorizado con su cambio físico" y según escribió en su biografía: "no parecía que tuviera amigos. Su conversación era intermitente y no se le entendía mucho... yo no lo había visto desde que dejó el grupo en 1968".
“Listo para hacer mi parte”
Tras reconocerle, alguien intentó romper el hielo preguntado cómo había engordado tanto, él replicó “¡Tengo un frigorífico muy grande en la cocina, y he estado comiendo un montón de chuletas de cerdo!”. Barrett tenía entonces 29 años, aunque su aspecto era de hombre maduro. Waters le pidió su opinión sobre la canción en la que trabajaban - Shine on you crazy diamond - y pareció no sentir ninguna conexión, ni fue consciente de que tuviera que ver con él. Dijo que sonaba “un poco pasada de moda”.
Syd les comunicó que se sentía feliz de prestarles sus servicios y que estaba listo “para hacer mi parte”. Algunos testigos de aquella visita recuerdan que Barrett, que entonces tenía 29 años, saltaba arriba y abajo mientras se cepillaba los dientes frenéticamente.
Desapareció como había llegado
Desapareció sin decir nada, tan extrañamente como había llegado. Sin despedirse. Fue la última vez que vio a sus antiguos amigos. Solo años después, Waters le vio saliendo con bolsas de los almacenes Harrods.
Barrett falleció en 2006, a los 60 años, de cáncer de páncreas. Fue incinerado. A su funeral no asistieron ninguno de los miembros de Pink Floyd. Aunque Wright emitió un comunicado: "La banda está muy triste... Syd fue la luz que guio la primera formación y deja un legado que continúa inspirándonos". Por su parte, Gilmour le dedicó estas palabras: "Encontramos tiempo para tocar algunas canciones de Syd y le recordamos como el genio alocado que nos hizo sonreír con sus canciones maravillosamente excéntricas sobre bicicletas, gnomos y espantapájaros. Su carrera fue dolorosamente corta, aun así, llegó a mucha más gente de lo que jamás hubiera imaginado".
Alicia Sánchez
Periodista en busca de historias chulas del pop