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La importancia de proteger los océanos: ¿aún estamos a tiempo
La Directora General de la UNESCO, Audrey Azoulay, advierte de que “quedan menos de 10 años para invertir la tendencia”
Los océanos ocupan el 71% de la superficie total de la Tierra: por algo se la conoce como el planeta azul. Y su importancia es absolutamente esencial para la vida de todos los que lo habitamos. Los mares hacen la función de regular el clima, las precipitaciones y el agua potable, pero también proporcionan buena parte del oxígeno del aire que respiramos.
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Lisboa acoge estos días la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos, una de las citas internacionales más destacadas en lo referente a la protección de nuestros mares. Convocados por Marcelo Rebelo de Sousa, Presidente de Portugal, y Uhuru Kenyatta, Presidente de Kenya, el foro ha reunido en la capital portuguesa toda una serie de expertos en la materia para abordar las actuaciones más urgentes.
Una de las voces más relevantes ha sido la de Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO. Azoulay ha mandado un contundente recado a los mandatarios del mundo: “Quedan menos de 10 años para invertir la tendencia”. Una advertencia que puede sonar apocalíptica, pero que no lo es.
“El océano sigue estando demasiado a menudo en el punto ciego de la conciencia y de las políticas públicas”, denunció Azoulay. “No lo entendemos ni lo protegemos lo suficiente. Es urgente revertir radicalmente esta tendencia”, pidió a los dirigentes públicos y a los socios del sector privado.
Más inversión, más conciencia
La Directora General de la UNESCO señaló que, en este momento, la prioridad es “avanzar en el estado del conocimiento”. La investigación oceanográfica sólo representa una media del 2% de los presupuestos nacionales de investigación, mientras que sólo el 21% de los fondos marinos están cartografiados. Sin embargo, estos datos son esenciales para comprender las corrientes e identificar los recursos pesqueros y los riesgos geológicos.
La segunda prioridad es proteger más y mejor el océano. “Ello implica aumentar rápidamente la superficie de las zonas marinas que se benefician de las medidas de salvaguardia”, apuntó Audrey Azoulay. Por último, explicó que “para que estas acciones tengan éxito y consigamos resultados tangibles, necesitamos también que la sociedad se sume a ellas. Este es el papel principal de la educación”.
La sobrepesca y la sobreexplotación de los recursos, los vertidos incontrolados o la contaminación por basura y plásticos son algunas de las principales amenazas a las que se enfrentan los océanos del mundo. Una realidad que sufren millones de especies vegetales y animales que tienen en ellos su hábitat.