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China está contaminando menos (y te contamos por qué)
El gigante asiático ha reducido en un 8% sus emisiones, la mayor caída en una década.
China. El tercer país más grande del planeta, sólo superado por Rusia y Canadá, con nueve millones y medio de kilómetros cuadrados. Pero sobre todo, el más poblado del mundo, con más de 1.400 millones de habitantes. Un país cuyo destino afecta a la Tierra en su conjunto, también en lo que respecta al cambio climático. China es, con diferencia, el país más contaminante que existe a nivel global, con 9,9 mil millones de toneladas de emisiones de CO2, seguido de EEUU (4,4 mil millones) e India (2,3 mil millones).
En medio de todo ese océano de datos mareantes, una buena noticia: las emisiones de dióxido de carbono (CO₂) del gigante asiático disminuyeron un 8% en el segundo trimestre de 2022. No es un dato menor: se trata del mayor descenso en la última década, en la que la mejora de la calidad de vida y el incremento de la renta per capita de los ciudadanos chinos se habría traducido en una huella de carbono desbocada.
Más dinero, más emisiones
Y es que China ha cambiado mucho en los últimos tiempos: en menos de una década, el país ha sacado de la pobreza extrema a casi 100 millones de personas. Y en los anteriores 40 años, esa cifra asciende hasta los 800 millones, según el informe “Cuatro décadas de reducción de la pobreza en China”, publicado conjuntamente por el Ministerio de Finanzas, el Centro de Investigación para el Desarrollo del Consejo de Estado de China y el Banco Mundial.
Todo ese desarrollo acelerado se ha traducido, claro está, en un incremento de las emisiones. Entonces, ¿a qué se debe el parón drástico de lo que llevamos de 2022? No existe una única razón.
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El primer motivo hay que buscarlo en las restricciones por la crisis sanitaria. Al contrario de lo que ha ocurrido en otros muchos países del globo, el Gobierno chino ha seguido imponiendo duras restricciones a sus ciudadanos, lo que ha limitado enormemente el uso de vehículos privados.
Al mismo tiempo, eso ha llevado a parar en seco la construcción, en la que se basa un importantísimo porcentaje del crecimiento económico, así como al cierre temporal de muchas de las industrias del país. La llamada política de COVID cero, que China se ha tomado muy en serio, también afecta a la economía y, por supuesto, al volumen de emisiones.
China quiere alcanzar la neutralidad climática en 2060
Pero no todo es resultado de un virus minúsculo. Aunque a un ritmo mucho más lento que otros países, China también empieza a apostar por las energías renovables. De hecho, el país aspira a que en 2030 un cuarto de su consumo energético provenga de fuentes no fósiles, según los compromisos adquiridos con la comunidad internacional. Todo ello, con un objetivo claro: alcanzar la neutralidad climática en 2060. Si lo consiguen, no sólo será bueno para los chinos: ganaremos todos.