¿Por qué se conoce a David Bowie como 'el Duque Blanco?
El artista del que todos hablan gracias al documental musical 'Moonage Daydream', se confundió por momentos con su alter ego más cruel
David Bowie era el hombre de las mil caras. El eterno camaleón. Durante el más de medio siglo que duró la carrera de este músico británico, Bowie consiguió fascinar a su público con algo que iba más allá de su música. El cantante y compositor llegó a crearse tantos alter ego diferentes como necesitó para expresar su arte. Él siempre actuó a favor de su obra y jamás dudó en entremezclar su personalidad con la de unos personajes ficticios cada vez más estridentes.
Pero, aunque todos ellos han pasado a la historia de la música, desde el primero al que apodó Hunky Dori, hasta el último, El Profeta Ciego, pasando por el delgado Duque Blanco que siempre lucía camisa y chaleco; por Aladdin Sane, con el que gran parte del mundo le sigue recordando gracias al icónico rayo que le estampó en la cara y por Ziggy Stardust, un alienígena bisexual andrógino, con el paso de los años podemos decir que ha habido uno de ellos que especialmente ha sido capaz de dejar un poso imborrable en la historia de la música. The Thin White Duke, o El delgado Duque Blanco en su traducción al español, fue un personaje que lo cambió todo, que le llevó al límite y que, por mucho que pasen los años, nadie es capaz de olvidar.
Aunque el nombre de Duque (Duke) ya sonó en la gira de Young Americans, el disco que había lanzado en 1975 no fue hasta 1976 cuando The Thin White Duke entró en acción. Después de una época en la que su alienígena andrógino habiá derivado en un glamuroso rockero capaz de conquistar al público y a la crítica con Pins Up y Diamonds Dog, David Bowie decidió dar un vuelvo a su carrera, y en cierto modo también a su vida, creando un nuevo alter ego tras el que esconderse: un caballero con un aura oscura y enigmática que siempre se presentaba con camisa blanca, un chaleco y el pelo teñido de rubio platino que, junto a su esbelta figura fue lo que le acabó por dar el sobrenombre por el que el artista ha pasado a la historia.
Al contrario que sus alter ego anteriores, el Delgado Duque Blanco no fue puramente una evolución de su anterior personaje. Se dice que Bowie mezcló en este una parte del brillante Aladdin Sane con el personaje ficticio de Thomas Jerome Newton a quien interpretó en la película de Nicholas Roeg El hombre que cayó a la tierra.
Pimientos, leche y cocaína
A David Bowie, tres décadas después de que se convirtiese en una superestrella, todavía se le conoce como el Duque Blanco y esto no es casualidad. Lo que hizo y lo que consiguió a través de su personaje más siniestro, fue tan relevante para su carrera como destructivo para su vida personal. Bowie se entregó tanto al Duque Blanco que en ocasiones sus fans no tuvieron claras las líneas que los diferenciaban. Él se había sumergido en las drogas y su Duque coqueteaba con el ocultismo e incluso parecía hacerlo con la cultura nazi... especialmente a la figura de Adolf Hitler.
En 1976, cuando surgió este Duque Blanco, la Guerra Fría seguía abierta, Alemania estaba dividida por un muro que habían levantado desde la RDA y varias declaraciones polémicas de Bowie fueron interpretadas como de tinte fascista, lo que en un momento puntual le puso en la diana y además, provocó preocupación sobre su estado de salud mental.
Tampoco ayudó la crisis de pareja que sufría por entonces con Angela, su mujer, y el deterioro físico que estaba experimentando por entonces. Una supuesta adicción a las drogas, más concretamente a la cocaína, estaba llevando al extremo a su vida sentimiental y a su ya natural delgadez. De hecho, en esta época fue cuando se empezó a decir que Bowie solo se alimentaba de pimientos, cocaína y leche, una dieta verdaderamente explosiva que comulgaba con la excentricidad del personaje ficticio del Duque Blanco.
Envuelto en mil polémicas
Aunque le nombre sonaba un tanto aristocrático, la realidad es que The Thin White Duke fue el alter ego de Bowie más cruel, tanto que, como recogen ahora varias de sus fan page, el cantante llegó a decir que su otro yo era "un tipo fascista muy ario, un aspirante a romántico sin emociones en absoluto" y mostró desprecio hacia él.
Pero aunque después pareció lamentarse del punto al que había llegado con su personaje, la controversia en torno a este Duque Blanco en 1976 era tal que llegó a publicarse un artículo en la revista New Musical Exprés titulado Heil y adiós al que acompañaba una fotografía de Bowie recibiendo a sus fans con un gensto que se asemejaba al saludo nazi.
La caída del Duque Blanco, pero no el fin del sobrenombre
Bowie, que durante esta oscura época estaba afincado en Suiza, se trasladó a Berlín Oeste a finales de 1976 para presuntamente tratarse de su adicción y trabajar en su carrera musical de la mano de su gran amigo y compañero de piso Iggy Pop.
No se sabe si bien por sus avances naturales en su música, tal y como había pasado hasta entonces, o por un hecho aislado que tiene algo de leyenda que dice que el Duque Blanco e Iggy se encontraron el nombre de Bowie pintado en la parte occidental del muro de Berlín con las dos últimas letras formando una esvástica, pero fue justo entonces cuando el británico dejó ir al Duque Blanco.
Puede que Bowie necesitase una bocanada de aire fresco o que se diese cuenta de que había cruzado líneas que jamás quiso rebasar con un personaje... "En esa época estaba desquiciado, totalmente enloquecido. Funcionaba solo a base de mitología", llegó a decir años después sobre el año en el que vivió como un falso duque y creó Station to Station.
Carolina Martínez
Periodista y SEO editorial en LOS40. Propongo estrategias y escribo sobre todo lo que mande la actualidad....