Climabar: "La ciencia no es una opinión: debería ser delito debatir si hay cambio climático o no”
Belén y Carmen, creadoras de la cuenta de Instagram más divertida y pedagógica sobre el cambio climático, pasaron por el Eco de Los40. Esto es lo que nos contaron.
¿No sería todo un poco más fácil si los asuntos relacionados con el cambio climático se explicaran de manera sencilla y didáctica, como hablamos las cosas a nivel de barra de bar? Esa es la premisa que llevó a Belén Hinojar y Carmen Huidobro a crear Climabar, una cuenta de Instagram en la que, de manera desenfadada y didáctica, desgranan infinidad de temas relacionados con el medio ambiente.
Belén, creativa publicitaria, y Carmen, ambientóloga, se conocen desde los 3 años. De esa amistad surgió Climabar. “Cuando nos juntábamos para hablar de estos temas, me daba cuenta de que dentro de mi propia burbuja verde del mundo ambientalista se conocía mucho la crisis climática y todo lo que conlleva, pero en mi grupo de amigas estaban muy verdes”, recuerda Belén. “No era su culpa, sino la consecuencia de que estos temas se han contado fatal. La crisis climática ha tenido la peor campaña de marketing de la historia, por lo que decidimos contarlo de otra manera”.
Belén responde a su amiga : “Qué bien te ha quedado lo de que estábamos verdes, ¿eh?”. Ambas ríen. “Yo soy una persona un poco más mainstream”, reconoce. “Estudié comunicación audiovisual: con mis amigas hablaba de Rosalía, de C. Tangana, de Nathy Peluso y de ‘Aquí no hay quien viva’. No todo el mundo tiene una amiga que le esté concienciando sobre estas cosas. A menudo estos temas se cuentan prestando atención sólo al aspecto ambientalista, y dejando de lado el factor humano. Al final, el cambio climático nos afecta a todos: da igual a quién votes y dónde vivas. Por eso queríamos acercar un poco el cambio climático a lo mainstream”.
La crisis climática ha tenido la peor campaña de marketing de la historia
“Yo era una niña traumatizada”, reconoce Belén. “Desde que era una niña veía los documentales de La 2, me leía las revistas de National Geographic… Llegaba un punto en el que sabía de cosas muy turbias: deforestación, pérdida de biodiversidad. Por eso acabé estudiando Ciencias Ambientales. Quería que mi carrera y mi vida girase en torno a intentar minimizar el impacto que tenemos en el planeta. Luego me di cuenta de que no se trata de salvar el planeta, sino de salvarnos a nosotras. De hecho, el planeta no necesita que lo salven: somos las personas las que estamos en riesgo”.
Un éxito inesperado
Lo que ni Carmen ni Belén imaginaban era el éxito que iba a tener su propuesta. “No lo esperábamos para nada”, reconocen. Eso sí: a lo largo de los últimos dos años han ido evolucionando. “En un principio el formato no era para nada así: eran vídeos mucho más largos. A medida que los hemos ido haciendo más cortos a la gente le han ido gustando más”, explican. “Y seguiremos evolucionando: es algo que está vivo”. Y sus fans, encantados de esa evolución.
¿La clave del éxito? La naturalidad que emanan todos y cada uno de sus vídeos. “Al final, la única diferencia con cualquiera de nuestras conversaciones es que nos grabamos”, apuntan. “Somos dos amigas de toda la vida y siempre estamos dando la turra con estas cosas. Nuestras amigas están hartas… pero que se aguanten”, ríen.
El otro ingrediente fundamental es el humor. “Dime un tema más deprimente que el fin del mundo. Es muy tremendo. Si no nos podemos reír con esto, apaga y vámonos. Está comprobado que meter miedo no funciona. Se han estudiado muchísimo las miles de narrativas con las que se podía contar y está comprobado que el miedo no funciona. Así que… vayamos a otro lado”, aseguran. “A nadie le importan los osos polares: la gente no empatiza. Te dan pena, pero no lo ves en tu día a día. Pero si te explican que no vas a poder ir a veranear porque va a subir el nivel del mar y tu casa se va a quedar en lo que viene siendo bajo mar, o que el precio de la electricidad va a subir, ya dices: ay”.
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Hay algo que pone especialmente nerviosas a Belén y Carmen. Que se politice la crisis climática. “Pero vamos a ver, ¿es que hay gente de algún partido que no quiera vivir aquí? No lo entiendo, de verdad. Hay gente que sale a la calle y finge demencia. Finge que no hace tantísimo calor en verano, que no se están derritiendo los polos. Viven en su burbuja”, lamentan. “El cambio climático es algo que nos tiene que importar a todos. La ciencia no es una opinión: debería ser un delito que te pongas a debatir sobre si el cambio climático es verdad o no, si es una exageración o no, cuando son datos y es ciencia. Estás retrasando algo que encima te va a costar más dinero. A toda esa gente que se pone en contra del cambio climático, les preguntaríamos: ¿tú te das cuenta de que no actuar sale más caro que hacerlo ya? Solo por eso debería interesarte”.