Sofía Ellar: Hablamos de salud mental y terapias, el chico ideal, la libertad o el amor
La cantautora vive su momento de mayor libertad y tiene ganas de fiesta
Sofía Ellar es de esas artistas que decidió apostar por su carrera de manera independiente y hasta ahora ha publicado ya tres discos. El último, Libre, llegó después de dos años complicados marcados por pandemia, Filomena, ruptura sentimental con Álvaro Soler y de más vericuetos que fueron marcando sus nuevas canciones.
Ha vuelto a mirarse hacia dentro para compartirse con todos sus seguidores y con el mensaje optimista de que después de tocar fondo, se puede recuperar la alegría y la vitalidad. Porque ella es una de esas chicas vitamina que contagian alegría, aunque a veces, decaiga.
Creó a Mademoiselle Madame parra dejar patente la importancia de cuidar la salud mental y ella, ha cuidado de la suya y ahora se encuentra en uno de sus mejores momentos. De ahí que quiera convertir sus próximos conciertos en una auténtica fiesta. Le toca.
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Pudimos hablar con ella y descubrir a una mujer que habla rápido y con las ideas muy claras. Que ha pasado un momento duro, pero ha visto la luz y se encuentra feliz como pocas veces. Una joven libre y con ganas de compartir todo el camino que le ha llevado a este punto en el que disfruta del amor que le rodea, que no es poco.
Y puede que en esta charla algunos echen de menos una pregunta sobre Álvaro Soler, pero a veces no hace falta sacar a relucir un nombre para entender entre líneas lo que hay detrás y Sofía es muy respetuosa con la vida privada y no es cuestión de incomodar.
Hace unos días presentaste el disco en Madrid junto a muchos amigos, ¿cómo lo viviste?
Fue maravilloso. Nos hizo un día buenísimo. Gente de la industria, amigos, amigas, también compañeros y un pequeño showcase y unas palabras breves para introducir lo que ha supuesto estos dos últimos años de mi vida. Es un disco que se ha hecho muy largo, pero que ha visto la luz por fin y define muy bien cómo me siento ahora mismo.
De Mademoiselle Madame has pasado a Sofía Ellar, ¿cómo has asimilado la transición?
En noviembre la presentamos en LOS40, en los premios en Mallorca y terminamos dando brochetazo a Madame en un evento aquí, en Callao, que organizamos una liada bastante interesante y Madame ha sido también la promo/mensaje de lo que puede ser una persona cuando está en un momento vulnerable, todo lo que no hay que hacer, todo lo tóxico en lo que se mete Madame, que nos puede pasar a todos cuando estamos en un bache emocional y dando salida y mensaje de visibilidad a la salud mental.
¿La echas de menos?
Sí y va a volver. Ya tenemos la siguiente historia de cómo va a volver Madame y qué va a pasar y cómo nos va a sorprender. Ya no me la juego tanto porque la gente ya sabrá que esto forma parte de un juego y una manera de poder transmitir el arte bajo pseudónimo. Es un reto y un sueño hecho realidad. Siempre me ha gustado lo de actuar y era una frustración que tenía y se ha visto desatada con Madame y gracias a Dios está en la cárcel. Pensábamos que la íbamos a matar, pero eso no nos permitía volver a sacarla y eso nos permite poder jugar y sacarla y meterla cuando haga falta. Cuando Sofía diga, ‘ya no puedo más de mí misma’ y me pueda meter en su piel.
Lo siguiente es una novela…
No lo descarto porque ya lo he pensado y, además, la trama que viene de Madame, que ya la he maquinado este verano, porque no dejo de darle al tarro, mola mucho. Y la música con la que va a volver Madame también va a ser sorprendente. No la he compuesto y escrito todavía, pero está en mi cabeza.
Decías que Mademoiselle Madame tenía que ver con la salud mental, un tema del que se habla mucho últimamente. ¿Qué valoración haces de este avance que hemos experimentado respecto a la exposición de estos temas?
Me alegro de que se empiece a hablar de eso. Mejor tarde que nunca. Hay que seguir peleando. Igual que estamos peleando entre mujeres y me preguntan si esto es un mundo de hombres y yo soy más positiva que negativa y pienso que la generación que venía en la música antes que nosotras, en el terreno profesional, soy positiva y doy las gracias a grandes mujeres como Rosana, Luz Casal… que lo han tenido más difícil, también creo que está en nuestro deber pasar esa batuta a las nuevas generaciones, siempre desde el optimismo. Y en la salud mental nunca es tarde, estamos en ello y me alegro. Parece que ir al psicólogo, todavía, en algunos ámbitos tiene su problema, y no. Igual que me voy a hacer una analítica para ver que estoy bien y chequear que todo va bien, es importantísimo y, sobre todo, cuando te dedicas a un mundo tan loco como es el de los escenarios o el de ser figura pública es imprescindible ir al psicólogo.
Por tus palabras, entiendo que tú vas a consulta.
Por supuesto. Y normalizado. Y no es cuestión de que esté mal, tiene que ser una cosa porque es sano. ‘No tengo ningún problema, se lo cuento todo a mi madre’, pero tu madre siempre te va a dar el speech de tu madre. Hay diferentes terapias y hay que encontrar la que encaje contigo. Igual que hay diferentes deportes, hay que saber cuál encaja contigo. Hay terapias que, aunque solo sea soltarle todas tus historias a alguien y solo sea corto y cambio, no estás intoxicando ni envenenando a tu pareja, ni a tus padres. Creo que es muy saludable, aunque solo sea soltar el carrete y ya está. Hay diferentes terapias, yo tengo la mía. Soy muy charlatana y necesito encontrar un vínculo emocional y creo que hay profesionales como la copa de un pino.
Ahora llegas libre, pero, ¿cómo entiendes tú la libertad?
La libertad es ser tú mismo sin faltarle el respeto al de enfrente. Vivimos en un mundo en el que estamos reivindicando constantemente la libertad, pero a veces es totalmente contradictorio porque en las redes sociales parece que se cortan cabezas. Venimos de décadas atrás, un trabajo humanitario del mundo donde nos distinguimos del animal por un millón de cosas y conseguimos tener la división de poderes, parece que entramos en un marco y contexto social un poco más racional y, ahora, de repente, parece que estamos otra vez en Shalem cortando cabezas, hereje, a través de las redes sociales, twitter. Yo trato de ser una persona coherente, no va muy de la mano estar linchando públicamente por el aire que se respira, predicando, a la vez, la libertad. Creo que hay que tratar de buscar un punto de equilibrio, como en todo.
Y tú, ¿te sientes libre?
Sí, yo me siento libre. Me siento más libre que nunca. Considero que siempre lo he sido, pero hay veces que te vas dejando llevar, o vas dando tanto que, de repente un día, bajas los plomos que es lo que me ha pasado e intento explicar en este disco tal y como yo he ido viviendo mis distintas fases emocionales. En un punto toco fondo y no puedo tirar más hacia abajo y es cuando te das cuenta de que, o remontas porque está bien permitirse no estar tan bien, eso también hay que normalizarlo, pero también es nuestro deber levantarnos y así he hecho.
Confesabas en esa presentación que este disco ha estado lleno de curvas, ¿cuáles han sido las más difíciles de sortear?
Todas y hay curvas hacia arriba, hacia abajo, hacia un lado y otro y hay que saber coger bien el volante. Pisar el freno y luego acelerar suavemente. Cuando estás atravesando la curva, y dices, uy, como no tenga todos los sentidos puestos aquí, a lo mejor me voy de la curva y me salgo y me estampo. Ahí es donde en una de esas curvas es donde aparece Madame a modo de reivindicación y de escudo mío personal cuando yo estuve atravesando un bache emocional y estaba muy vulnerable. Madame me ha servido de careta, me ha servido de antifaz, de mascarilla y me ha dado muchas lecciones de vida como aprender a decir que no. Yo no sé decir que no y es todo el rato agradar y eso puede contigo y hace que esos plomos y esas luces del escenario pasen de 100 al 0 o esa batería del móvil que, de repente, se apaga y estás perdida y dices, ¿ahora qué pasa? Si lo llevas al amor propio es un poco la línea en la que trato de contar esta historia.
Ha sido un camino largo, pero llegó un septiembre y salió el disco, ¿ahora te gusta más ese mes?
Nunca será santo de mi devoción, pero ya ha pasado y ya está. Es un mes de cambio donde no es verano, hace bueno, pero luego, no. Hay gente que va vestida de agosto, otros están con el cuello vuelto. Te despistas, estás como desubicado. Yo soy una persona con mucho apego y muy emociona por lo que los meses de cambio, me cuestan. Soy una persona que en seguida se apega, se aferra y se agarra algo. Soy muy enamoradiza, muy pasional, muy escorpiona e idealizamos muchas cosas.
En Libre, como en tus discos anteriores, te desnudas emocionalmente, ¿alguna vez piensas que quizás demasiado?
No. Creo que hay que saber encontrar el punto justo de abrirte y sentir que estar siendo fiel a tu verdad, de manera libre, pero sin que lo que tú escribas afecte o pueda corresponder o ser un arma de doble filo tanto para ti, como para las personas que puedan estar en tu entorno que te hacen de colchón, tu pareja, tus padres… Hay que encontrar el justo punto de desnudarte musicalmente o desnudar tu verdad, abrir tu corazón, porque para mí, un papel en blanco es el mejor psicólogo del mundo, pero defender tu intimidad. Soy muy fan de mi intimidad y no voy a dejar que nadie se meta ahí. Hay una muy delgada línea, pero creo que hay que tenerlo claro.
Haces una diferenciación entre la Ellar que sube a los escenarios y la Sofía que se maneja fuera de ellos, ¿tanto las separas en tu día a día?
Sí, hay veces que gente muy cercana a mí me dice que no debería estar hablando de una y de otra, pero para mi forma de ser es una clave diferenciarlas. Me invitan por ejemplo a una boda de unos amigos y me piden que canta y no, aquí está Sofía, merezco ser persona también porque si no me vuelvo loca. Es un mundo de tantos picos altos y bajos y tanta gente que de repente aparece y te dora la píldora que hay que saber, sin dejar de ser tú y dejar de confiar en las personas, ser tú. Y yo me considero una persona genuina, generosa y me gusta ser como soy y me gusta compartir con la gente, pero creo que también hay que tener filtro para saber quién está ahí de verdad y quién ha aparecido como la pólvora que tan pronto aparece como desaparecerá.
Vamos a repasar algunas de las canciones. Primero de escalera la escribiste hace tiempo, pero ha estado años guardada en tu carpeta rosa. Una canción escita desde el dolor y con lágrimas, ¿por qué ha necesitado tanto reposo?
Yo creo que hasta que tú no te perdonas a ti mismo… para eso perdonas al de enfrente, pero no, primero hasta que tú no te perdonas a ti mismo y reconoces que has podido hacer cosas mal, y dejas de auto exigirte tanto y encuentras esa paz que hay en esa canción, nunca olvidaré ese perdón. Me encontré en esta misma calle, en la esquina con Lefties, con esa persona y ya había pasado tiempo, fue como una mirada de decir, ya, ya está. No hace falta decir nada, te pegas un abraza y dices, ya está, ya he pasado por ese duelo y ese duelo tiene muchas fases, el del dolor, el de no entiendo nada, luego el de la rabia, el de la aceptación… cuando ya lo aceptas, es esta canción cuando ya dices, ahora sí.
Las redes sociales fueron la chispa para Amazónico, ¿cómo te enfrentas a ese escaparate de virtudes que es por ejemplo Instagram?
Cualquier red social. Esta canción que parece tontorrona y desenfadada, ¿cómo que pides un chico por Amazon, tú estás tonto? En el fondo la decoré como una canción tontorrona y desenfadada que cuando la escuchas te genera como buen rollo y acaba con el maullido de mi gato rompiendo no sé cuántas copas, -que es como yo que rompo todo porque soy muy torpe y ella es igual-, en el fondo tiene un mensaje que me gustaría que llegase al oyente y es que parece que en el mundo en el que vivimos de Tinder, ¿cómo puede un dedo…?, es que, además, se te puede deslizar el dedo y te puedes perder el amor de tu vida. Yo no he tenido Tinder nunca, pero veo que la gente que lo tiene es el aquí y el ahora, da vértigo. A veces pides un chico que sea así y asá, pero, ¿tú te estás mirando dentro qué eres tú, tus taras y tus cositas? ¿Te auto analizas a ti mismo? Es que parece que lo queremos todo a la carta, aquí y ahora y perfecto. Hablamos del amor efímero. El amor se transforma. El amor no son los tres primeros meses de la novedad, que también es un poco eso. Hay un mensaje de reflexión, de mírate para adentro y trata de encajar algo que tenga sentido en el tiempo que la vida es muy larga y da muchas vueltas.
¿Y existe ese chico ideal de la canción?
Existe. Cien por ciento.
Entonces, lo difícil es encontrarlo, ¿no?
Bueno, ahí está.
Dedicas Patas de alambre a tu padre, el verdadero y único rey de tus mares, ¿cuántas veces la ha escuchado ya?
El videoclip saldrá justo el día de mi cumple, el 15 de noviembre. Además, la canción habla de una tarde de noviembre que es cuando yo nací, en Londres, una tarde de lluvia. Patas de alambre se llama así porque, literalmente, fue lo que dijo mi padre nada más verme cuando nací. Me cogió y me dijo ‘vaya patas de alambre’. Un día viendo un álbum lo vi porque mi madre comentaba todas las fotos contextualizándolas y se me quedó esas líneas en la cabeza y lo convertí en canción. Él no supo hasta casi que salió el disco que tenía una canción. Además, mi padre es muy serio, no es el típico que se emociona con facilidad y saca sus sentimientos, y eso ha sido algo que nos ha acercado bastante. Le ha encantado, la reflexión que hay también detrás de esta canción. También le escribí una canción en el disco anterior a mi madre que es Ana y ahora tocaba rendir homenaje a mi padre que es alguien muy importante en mi vida.
¿Y le ha gustado tanto como para animarse a salir en el videoclip?
No es él, es un primo de mi padre, al que yo llamo mi tío Toño. Le lie, no es actor ni nada, pero pensé que le iba a hacer ilusión, en Cantabria, que es de donde somos. En la bahía de Santander, en la isla de Mouro. Ya lo vereis pero ha quedado precioso. Es un rollo Mamma mía y la historia de cómo cambian los roles de cuando eres una niña pequeña y tu padre te enseña a hacer tantas cosas y cuando ya te conviertes en una mujer y ellos ya empiezan a perder fuelle y se invierten los roles.
Hablando del disco libro, algunos dirán que eso ya no se estila.
Me da igual. Creo que es una cosa que tenía que salir. Yo soy generación millenial y la generación Y lo ha cogido con ganas. El concepto surge porque mucha gente me preguntaba qué hay detrás de las canciones y muchas veces en mis conciertos, que hablo muchísimo, lo cuento, que hablo muchísimo, y es como ‘¿en serio que te pasó esto?’. Y era una manera bonita de dejarlo plasmado en un formato romántico cuando he considerado que tenía algo que contar. Echaba en falta un disco porque entre el segundo y el tercero ha pasado mucho tiempo y muchas cosas y este ha sido el momento que he considerado que reunía las condiciones para poder contar algo y poder plasmarlo en este concepto.
No te unes a la tendencia de las colaboraciones, ¿consciente o casual?
No es tendencia o no tendencia, es que este disco era tan personal, que lo quería defender yo porque era para mí mi propio reto. Estoy un poco más de capa caída, voy a salir de esto, voy a contarlo según lo voy viviendo. Hay canciones que no estaban pensadas en el disco como la de Los petroleros, que surgen porque cuando estás produciendo el disco, de repente, te pasa una de los mil millones de curvas de la vida y estás atravesándola y se para todo lo que estabas haciendo y empiezan a surgir de una madrugada a otras nuevas canciones como Y 23, Los Petroleros, Calma, Tal y cual. Canción de radio estaba enterrada. Luego han sido más hits y si no hubiésemos tenido esa filosofía de decir que hay que defender esto, aunque esté fuera de tiempo, no hubiéramos tenido estos singles. Y eso me pasa mucho.
Cancha y gasolina marca un punto de inflexión. En esos momentos se aprende mucho, ¿cuál fue la mejor lección?
La oriento y ubico un poco al miedo a coger el coche, que yo siempre he hablado y normalizado lo que es la maxofobia que es el miedo a coger el coche que viene por un cúmulo de estrés o brotes de ansiedad, o por haber tenido una mala experiencia o accidente en coche. Esa canción me consta que ha salvado a muchas personas de esa fobia y han superado esos miedos. De un momento de mucha vulnerabilidad logré sacar un mensaje positivo y eso también mola mucho.
Lorenzo y Catalina y los amores imposibles, ¿cuál es el tuyo?
Esa canción creo que es de las pocas que para mí es gráfica y no autobiográfica. Bueno, sí autobiográfica en el sentido de que yo me considero muy Catalina y es una canción que, no quiero hablar de feminismo o no feminismo, pero sí dice ciertas cosas como ‘yo soy de barra, de minifalda, pantalón, vestido, chándal, voy como me da la gana’, a mí nadie me dice cómo tengo que ir vestida. En esta canción me puse muy peliculera e hice una representación muy gráfica de lo que es Lorenzo, el sol y Catalina, la luna y cómo van a contrarreloj todo el rato y cómo no se van encontrando y cuando se encuentran es un eclipse lunar o solar y ahí está todo el mundo con el telescopio, cero intimidad y ese amor es imposible. Fue un brote de imaginación.
También hay en el disco personas vitamina que todos deberíamos tener a nuestro lado, ¿tú te consideras una de ellas?
Me considero persona vitamina, pero el problema que tenemos las personas vitamina es que nos dan por hecho mucho. Cuando eres vitamina, eres vitamina siempre, y las vitaminas también nos apagamos. Es lo que me pasó a mí. En lugar de reaccionar a tiempo e identificar que yo me estaba apagando y dejándome apagar, me quedé sin plomos, me miré un día al espejo y no me reconocía y toqué fondo. A partir de ahí dije, ya nunca más. He tardado en salir de ahí, lo he hecho solo, con terapia de choque conmigo misma. Con 27 años me dije, no vas a estar así con 27 años sin reconocerte, vamos a por ello. Con ayuda de una psicóloga, pero ya en plan de charlar con alguien fuera de tu entorno. Terapia de choque, me funcionó, me puse burra conmigo misma y por mis narices, tú sales.
Acabas con una auténtica fiesta con Canción de radio, ¿un rayo de esperanza entre tanto momento duro?
Efectivamente, no lo has podido definir mejor. Así es como me considero. He vuelto. Soy una fiesta porque siempre lo he sido. Siempre he sido energía y ahora a volver a serlo. A arrollar y a comerme la vida a bocados, no queda otra.
Ahora toca defenderlo en directo.
El show está orientado hacia la fiesta. Lo de los cantautores son cortavenas, vamos a ir olvidándonos de eso. Hemos hecho un disco potente, lo vamos a defender, hemos quitado las canciones más tristonas y vamos a por la fiesta.
¿Y en qué punto estás tú ahora?
Contentísima, me reconozco en todas las facetas, me voy conociendo cada día más y soy fiel a mí misma, voy evolucionando, rectifico, escucho muchísimo y trato de ser la mejor versión de mi persona y estoy enamorada de mí misma o enamorándome, que es un ejercicio que deberíamos hacer todos, no desde el narcisismo y el ego, sino desde el amor propio en su justa medida para que podamos proyectar lo que luego nosotros queremos que sean con nosotros. Si estás bien contigo mismo vas a poder querer al de enfrente, al de al lado y al de los costados. Y así me considero yo, enamorada de la vida, enamorada en general y me lo nota la gente y lo noto yo y feliz. Recolectando momentos.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...