Iván Sánchez: El actor habla de amor, Miguel Bosé, William Levy o ‘MasterChef Celebrity’
Acaba de publicar ‘Sueño’, su primera novela
Sueño, así se llama la primera novela de Iván Sánchez que, además de la actuación, ha encontrado otra manera de expresarse. Una historia que nos cuenta las distintas maneras que tienen de enfrentarse dos mujeres y un hombre al amor y al desamor. Una vomitera, como el mismo define, que le ha ayudado a reflexionar sobre un tema universal que a todos nos toca.
El año pasado le vimos pasar por los fogones de MasterChef Celebrity y, en breve, le veremos dando vida a Miguel Bosé en su etapa más adulta en la serie que está a punto de estrenar.
Y de todos esos proyectos hemos querido hablar con él, un padre de dos hijas que tiene el bonito vicio de viajar y disfrutar de la vida y que nos lleva a Grecia para conocer la historia de Sofía y Danae, una mujer que tras muchos años casada tiene que plantearse si quiere seguir así, y una adolescente que empieza a descubrir el amor.
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El hombre de los mil viajes, ¿por qué Grecia para ambientar tu primera novela?
No fue algo pensado. El libro parte de un escrito que hice hace dos años que es el primer capítulo. Es un sueño oscuro, algo bizarro, complicado y nace de ahí. Cuando empiezo a hilar ideas y estructurar una historia, creo que instintivamente, para poder contar lo que tenía dentro necesitaba luz porque era algo tan oscuro, que necesita luz para equilibrar lo que quería contar. Además, quería narrar algo positivo y por eso aparecen los personajes de Sofía y Danae. He estado muchas veces en Grecia. Para mí el verano sin Mediterráneo no es verano y es un país en el que me encanta perderme, desconecto realmente y por eso lo situé ahí.
Estuviste por allí este verano y supongo que el libro ya estaba escrito, ¿lo disfrutaste de otra manera?
Si hay algo en la vida que me ha marcado es mi necesidad y deseo de viajar. En el fondo es un deseo de conocimiento, de ver el mundo. Este verano estuve con mis hijas, mi pareja, mi madre que no conocían Grecia. Estuvimos en diferentes partes. Me encanta la historia, me encanta el arte y las niñas están estudiando Grecia y Roma y bueno…
Una historia de amor y desamor. Dos conceptos que cada uno entiende a su manera, ¿cuál es la tuya?
Ojalá lo supiera. De hecho, todo este libro creo que es una disertación y una reflexión acerca de todo eso. Sobre todo, creo que lo hay en Sueño es una manera de lidiar con las cosas que cargamos, que no son nuestras y que no las queremos, cosas que no nos vienen bien. Cada uno decide lo que le viene bien bajo la auto reflexión y el auto conocimiento de uno mismo. Si no nos conocemos a nosotros mismos y a amarnos a nosotros mismos, cómo coño vamos a amar a otro. Si no le vamos a pasar al otro nuestra mierda y así va a ser muy complicado. Este libro ha sido una vomitera.
Los momentos de sueño en el libro son, quizás, los más duros... ¿no tendrías que haber llamado al libro Pesadilla?
Cuando escribí lo que hoy es el primer capítulo le puse Sueño y ya está y cuando fui entrando a escribir el libro e imaginé un posible final, tenía mucho sentido que fuera un sueño.
Hay dos temas importantes si hablamos de estos conceptos. Uno es el de la infidelidad que aseguras que es una decisión, ¿con opciones?
Es una frase que me ha llegado por otros lados y como que la gente le ha prestado mucha opción. Totalmente, la vida es una decisión entera, no solo la infidelidad. Tenemos que tomar responsabilidades sobre nuestras decisiones porque nos afectan primero a nosotros mismos y afectan a los demás. Por eso hay que tomar responsabilidad sobre nuestros actos que repercuten en los demás por el respeto a los demás y a uno mismo.
Otro concepto es el de las rupturas. Sofía y su marido se dan un tiempo de reflexión para ver si pueden y deben continuar juntos o no. Nadie nos enseña a afrontar las rupturas, ¿has podido elaborar un manual después de reflexionar tanto sobre esto?
No lo sé, ya te lo contaré dentro de unos años. El libro es una reflexión, pero dejo el libro abierto. No hay ninguna moralidad, no doy ningún final. Creo que las historias están abiertas hasta que llega la muerte. La vida es cambiante y vas a pasar por muchas cosas y es mejor no aferrarse a una idea, sino que hay fluir y comunicarse con tu pareja o tus parejas.
Sofía y Danae. Dos protagonistas femeninas. ¿No hubiera sido más fácil para ti tratar el amor desde personajes masculinos?
No lo sé. Hay un mínimo planteamiento cuando empiezo a estructurar la novela y empezaron a venir ideas y me fui ahí. Me senté, me puse a escribir sobre lo que yo tenía en las entrañas y me fui con ello, sin más. Sé por qué he escrito cada cosa, pero no sé de dónde ha venido.
Si nos quedamos con la historia de Danae, podemos darnos cuenta de que ha sido la excusa perfecta para recordar tu propia adolescencia, ¿con demasiada nostalgia?
Sobre todo, con ese personaje me lo he pasado tan bien… sacaba muchas cosas de mi adolescencia, de recuerdos, de lo que yo viví y de cosas de ahora. Yo tengo una hija de 12 y otra de 16 y he bebido de muchas cosas, de sus amigas, de lo que yo observo. Como actor creo que soy muy observador y ha sido muy divertido. Ahí me lo he pasado muy bien riéndome de mí mismo y de lo que estaba saliendo.
Es complicado hablar de adolescencia y no hablar de TikTok: “Totem de las nuevas generaciones y en el de la gilipollez de los adultos que quieren seguir siendo Peter Pan y Campanilla”. Alguno te mirará mal a partir de ahora.
Bueno, eso ya no es mi responsabilidad. Cuando hacemos teatro, televisión o cine o escribimos un libro, en este caso, uno no puede manipular al público o al lector. Cuando uno hace algo, lo hace y lo suelta y lo que le ocurre al espectador o al lector ya no es responsabilidad nuestra, o por lo menos yo funciono así. Me causa mucha curiosidad qué es lo que sucede del otro lado y por eso me encanta este diálogo con el lector.
Pero entonces, a lo que íbamos, no te veremos enganchado a TikTok, ¿no?
Nunca digas nunca jamás porque la cagarás…jajajaja… pero no lo creo, lo dudo mucho.
Hablando de juventud también pones de relieve la importancia de aburrirse que es algo que estas nuevas generaciones no acaban de encajar. Pero, claro, lo dice alguien que tiene pinta de que no se aburre mucho.
No me aburro porque mi mente no para, tengo muchas iniciativas, hay muchas cosas que me interesan ahí fuera y si no están ahí fuera, mi cabeza no para. Creo que en los momentos donde aparecen cosas muy chulas es en los momentos de silencio, de aburrimiento, permites que afloren cosas o que tu focus lo lleves a algo que te llama la atención. Así que yo les digo que no pasa nada por aburrirse. De repente está tirada en la cama, ‘es que me aburro’ y a los dos minutos entras en la habitación y está liada con cualquier otra cosa. Mis hijas se ponen a hacer dieciocho mil cosas y me encanta. Se pone a hacer locuras y digo, ‘qué maravilla’.
Una de las escenas que llama la atención es la discusión de una pareja por ir o no a la MET Gala, ¿una crítica a ese mundo de las alfombras?
Crítica en parte a la gilipollez que nos traemos muchas veces, pero también es necesario ese tipo de eventos o premiers porque al final es un acto cultural. En ese caso la crítica iba a la frivolidad con la que muchas veces actuamos y, además, somos partícipes de ella y luego decimos, ‘soy gilipollas, qué absurdo’. Pero sí es verdad que, a lo mejor a través de eso, que se hace tan público, ayudas a la gente a abrirle la mente y poner mi granito de arena en una situación. Todo, al final, forma parte de la sociedad en la que vivimos.
En los agradecimientos mencionas a Marwán, ¿qué os une?
Le conozco en un programa de televisión, creo que era Pasapalabra y estaba él. Había escuchado sus canciones y mola mucho lo que canta y, además, es autor y escribe. Me llamaba la atención. Y resulta que él y yo estudiamos la misma carrera, lo que ahora se llama Ciencias de la actividad física y el deporte, nada que ver con nuestra profesión o de lo que vivimos actualmente. Nos llamó mucho la atención y nos hicimos amiguetes. Este libro lo acabé de escribir hace un año y medio y cuando decido que voy a enviarlo a algunas editoriales para ver qué respuesta hay, me acuerdo de que Marwán escribe y le puse un mensaje. Me dio la enhorabuena y me dijo que se lo enviara para pasárselo a su editora de Planeta, fenomenal. A los dos o tres días su editora directamente me llama y me dice que se lo ha leído de una tacada y que quiere hablar conmigo. Así que, le voy a estar eternamente agradecido porque fue la persona que me puso en contacto y a día de hoy estoy aquí y nunca lo hubiera pensado.
¿Tiene playlist esta novela?
Tiene mucha playlist. Sí es verdad que solo hablo un momento de una canción de Miles Davis, un saxo. Esta novela ha estado escrita con música. En mi casa casi siempre tengo música y la pongo a un volumen bajito, pero escucho mucho blues, mucho jazz y hay mucho de este tipo de música en esta novela.
Ya que hablamos de música, no quiero dejar de recordar tu etapa en El Guardaespaldas, ¿saturado ya de Whitney Houston?
Jajaja… la verdad, fue una super experiencia. Tengo mucha suerte en mi vida y he participado en el único musical donde el protagonista no canta, porque yo no tengo ese talento. Fue increíble. Yo como actor llevaba la carga dramática de la historia, pero no canto y me vi inmerso en una mega producción con Fela Dominguez cantándote todos los días las canciones de Whitney Houston, con un equipo de bailarines brutal y fue una experiencia…era un concierto, yo me veía dentro de un concierto sin estar cantando. Tengo unos recuerdos maravillosos.
Ahora llega Bosé. ¿Cómo ha sido meterse en la piel de un cantante como él?
Ha sido un proceso increíble. Ha sido muy interesante. A Miguel lo conozco hace más de 25 años y todo el mundo conoce el Miguel Bosé personaje. Te metes en internet y hay ochocientas mil cosas acerca de él, pero no de Miguel, no de su vida privada. Esta serie tiene que ver con eso, con su vida privada, con Miguel.
Tú has trabajado en multitud de series tanto en España como en Latinoamérica. Tú que eres tan querido allí, ¿entiendes la revolución que ha causado William Levy con su telenovela?
Es que las plataformas… es impresionante lo que han causado. William ya hacía novelas en Latinoamérica que veía todo el mundo. William siempre ha estado de la mano del éxito. Yo siempre digo que es un hombre con una estrella detrás. Mi primer proyecto que hice en Latinoamérica fue con él, una telenovela y yo ya sabía todo esto que pasaba a su alrededor. Ahora, con Café con aroma de mujer, ha sido una locura en España. Me alegro muchísimo por él porque es un tío con un fondo buenísimo, maravilla para él. Esta carrera es una noria y hay días que estás arriba y otras abajo y cuando estás arriba hay que aprovechar.
¿Tú levantas esas pasiones allí en Latinoamérica?
No, jajajaja… La reina del sur fue una locura y me abrió un mercado gigantesco allí que todavía, a día de hoy, doce años después, me sigue dando trabajo, esa es la verdad, pero no es el fenómeno fan tan bestia que él tiene.
Y, por último, pasaste por los fogones de MasterChef Celebrity. Muchos que han pasado por ese programa, con la perspectiva del tiempo, se han dado cuenta de lo duro que fue, ¿es tu caso?
Me lo pasé pipa. Es una decisión. Yo entré allí diciendo, ‘me lo voy a pasar pipa, me voy a reír y voy a aprender todo lo que pueda, dure lo que dure’. Hay gente que va a competir seriamente y a lo mejor lo pasa peor. Soy cocinillas en casa, siempre hago mis cositas, pero es verdad que tras acabar el programa tardé en volver a cocinar porque estaba saturado.
Por último, ¿qué te gustaría que quedara en el lector tras leer tu novela?
Lo único que me gustaría es que provocara en el lector una reflexión.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...