Especial
Los museos españoles, preocupados por el activismo ecologista
El Ministerio de Cultura ha dado instrucciones a los principales museos del Estado para que aumenten la vigilancia.
La imagen tenía todos los ingredientes para convertirse en viral: el pasado 14 de octubre, dos activistas del grupo Just Stop Oil se plantaron delante de uno de los cuadros más famosos de Van Gogh, 'Los girasoles', y le arrojaron un bote de zumo de tomate. El objetivo: protestar contra la explotación de yacimientos de combustibles fósiles en Reino Unido. "¿Qué vale más, el arte o la vida?" se preguntaban las jóvenes activistas en un vídeo que abrió los telediarios de medio planeta.
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Lo ocurrido en la National Gallery de Londres convirtió el ecologismo en trending topic a nivel mundial. Y aunque el cuadro estaba protegido por una pantalla y no sufrió daño alguno, la mayor parte de la opinión pública criticó duramente la acción. ¿Qué culpa tiene el arte del cambio climático? ¿Por qué ataca una obra que es patrimonio de toda la humanidad para denunciar una injusticia? Otros, sin embargo, defendieron a las activistas: si consiguieron que se hablara de ellas y su singular protesta, misión cumplida.
El debate está servido, pero de lo que no hay duda es de que ha hecho prender una mecha. Apenas una semana después de lo ocurrido, el Museo Barberini de Potsdam, cerca de Berlín, se convertía en el escenario de una acción similar: dos activistas lanzaron puré de patatas contra el cuadro 'Les meules' (Los almiares) de Claude Monet.
Al igual que en el caso de la obra de Van Gogh, el cuadro de Monet no sufrió daños a causa de la acción. "Todo lo contrario del inconmensurable sufrimiento que las inundaciones, las tormentas y las sequías ya nos traen hoy como presagio de la inminente catástrofe", explicaron después los activistas.
"Extremar las medidas"
Más allá de si se trató de acciones efectivas o irresponsables, lo cierto es que lo ocurrido en Inglaterra y Alemania ha hecho reaccionar a los museos europeos. También a los de España. En una circular interna, el Ministerio de Cultura ha pedido a los 25 museos de titularidad estatal "extremar las medidas de seguridad y ser exhaustivos” para hacer cumplir con las normas de acceso. El ministerio que dirige Miquel Iceta, exige que se prohíba la introducción de bebidas, mochilas, paquetes, paraguas y objetos punzantes que puedan suponer una amenaza para el patrimonio.
En otros países de nuestro entorno las autoridades han tomado medidas similares. En Francia, la ministra de cultura Rima Abdul Malak ha pedido a los museos nacionales que "doblen su vigilancia". Especialmente, después de que se revelara que el jueves se evitó una acción similar por parte de una mujer en el Musée d’Orsay de París.
Los principales grupos ecologistas se han mostrado prudentes a la hora de manifestar su opinión ante este tipo de acciones. Luis Rico, uno de los coordinadores de Ecologistas en Acción, reconoce que “existe un debate interno” en la organización. Y sin embargo, tiene muy clara su opinión personal: “Empatizamos y entendemos la necesidad de movilización que existe, sobre todo por parte de la juventud, ante la inacción climática”, explica en conversación con El Eco de LOS40. “Por otro lado, entiendo que es controvertido que el objeto de las acciones sean obras de arte”, reconoce. “Eso sí: los activistas han dejado claro que no se van a dañar los cuadros, pues saben que están protegidos. Pero es verdad que hay quien piensa que puede ser contraproducente”.
En el punto de mira
De lo que no hay duda es de que, si de llamar la atención se trataba, las activistas han dado en el clavo. “En su día, nosotros hicimos una acción directa no violenta contra un responsable del cambio climático, Enagás, y el impacto mediático fue mucho menor”, reconoce Luis, que lamenta que tenga que llegarse a este punto para conseguir que los telediarios abran sus informativos con acciones como esta. “Las activistas han puesto este asunto en el centro del debate público”, apunta. “Por eso que creemos que se van a realizar más acciones como esta, y de ahí que la reacción de los museos al extremar las precauciones sea totalmente comprensible”.
Eso sí, según recuerda el portavoz de Ecologistas en Acción, nada de ello debería desviar la atención de lo verdaderamente importante. “No se está haciendo nada ante un problema tan grave como el cambio climático, que nos pone en peligro como especie. Y ante esa inacción, es normal que la juventud esté desesperada”, concluye.