Europa lleva a España a los tribunales por la ganadería industrial
La proliferación de explotaciones en intensivo se traduce en unos alarmantes niveles de contaminación por nitratos en el agua. Una situación que ha llevado a tomar medidas a la Comisión Europea.
La ganadería intensiva, aquella que concentra a los animales en grandes instalaciones para la producción en masa, ha suscitado en los últimos tiempos un encendido debate en la sociedad. Más allá de los postulados animalistas, que consideran que esta forma de explotación es la más cruel y despiadada de todas, los grupos ecologistas también han puesto el foco en ella por su demostrado impacto medioambiental. Plataformas como Stop Ganadería Industrial luchan contra un modelo que, denuncian, contamina las aguas y los suelos e impulsa la despoblación. Y organizaciones como Ecologistas en Acción, Amigos de la Tierra o Greenpeace recuerdan con frecuencia las emisiones de gases de efecto invernadero que conlleva un modelo de producción cada vez más extendido.
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La última en poner en entredicho este modelo, al menos su manera de operar en España, ha sido la Comisión Europea, que ha interpuesto una demanda contra nuestro país por la gestión de la ganadería industrial. El motivo: la reiterada negligencia de los distintos gobiernos, tanto central como los de ámbito autonómico, a la hora de dar cumplimiento a la normativa de protección de aguas por nitratos.
En concreto, la Comisión reprocha a España la falta de designación de zonas vulnerables a los nitratos en Castilla y León, Extremadura, Galicia, Islas Baleares, Islas Canarias, Madrid y Comunidad Valenciana, “a pesar de que los datos obtenidos a través de la red de control de la contaminación provocada por los nitratos de origen agrícola justifican su designación”. La demanda subraya también que el contenido de los programas de acción para proteger las zonas vulnerables a esta contaminación es insuficiente, no habiéndose “adoptado las medidas adicionales o acciones reforzadas en los casos concretos de Aragón, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Extremadura y Madrid.”
La Comisión Europea alega, por todo ello, un claro incumplimiento de la Directiva 91/676/CEE del Consejo, de 12 de diciembre de 1991, relativa a la protección de las aguas contra la contaminación producida por nitratos de origen agrario, por lo que solicita la condena en costas para el Estado español.
El veneno invisible
Los nitratos son nutrientes incoloros e insaboros cuya presencia en el agua puede resultar muy peligrosa para la salud humana. Al ser ingeridos, son transformados en nitritos en el sistema digestivo convirtiendo la hemoglobina en metahemoglobina, que se caracteriza por inhibir el transporte de oxígeno en la sangre. Actualmente la normativa europea y la Organización Mundial de la Salud fijan en 50 mg/l la cantidad de nitratos permitida en el agua destinada al consumo humano. Sin embargo, y tal y como vienen denunciando sistemáticamente las organizaciones ecologistas, en nuestro país se han llegado a exceder los 400 mg/l, especialmente en zonas como Cataluña, Baleares y la Comunidad Valenciana.
En opinión de David González, portavoz de Ecologistas en Acción, “esta demanda señala claramente a los responsables autonómicos y estatales competentes en materia ambiental y agraria, pues demuestra su inacción negligente en relación a la protección de las aguas por los nitratos procedentes de la ganadería y agricultura industrial. Por eso, desde hace dos años, Ecologistas en Acción, junto al resto de organizaciones y plataformas vecinales de la Coordinadora estatal Stop Ganadería Industrial, reclamamos una moratoria que frene la contaminación por nitratos y el resto de impactos sociales y ambientales de la ganadería industrial”.