Nick Carter rompe a llorar en el concierto de Backstreet Boys cuando rinden homenaje a su hermano Aaron Carter

La muerte de Aaron Carter ha devastado a su familia. Desde hace años su relación con su hermano, Nick Carter, no era buena. De hecho, había una orden de alejamiento que el cantante de Backstreet Boys había pedido después de que Aaron amenazara a su mujer e hijos.

Y es que, los problemas de salud mental y adicciones que tenía el cantante, le pasaron factura y complicaron las relaciones familiares. Pero, aun así, como el mismo ha confesado en unas palabras de despedida que le ha dedicado en redes sociales, había mucho cariño.

Y es que los hermanos habían compartido muy buenos momentos cuando a finales de los 90 la boy band vivía su mejor momento de éxito mundial, y el hermano pequeño aprovechaba ese tirón para emprender su propia carrera llegando a telonear al grupo de su hermano.

Tras encontrar su cuerpo sin vida el pasado 5 de noviembre en su casa, muchos pensaban que su hermano Nick cancelaría toda su agenda. Pero no ha sido así y decidió subirse al escenario del The O2 Arena, en Londres, para ofrecer el concierto que tenían programado desde hace meses.

Un concierto complicado

Sus compañeros estuvieron muy pendientes de su estado de ánimo durante todo el concierto y le dedicaron múltiples gestos de apoyo.

Hubo varios momentos en los que la emoción le pudo y pudimos verle llorar. Uno fue cuando le tocó cantar sus versos en Show me the Meaning of Being Lonely y otro, al final de Incomplete. Además, mientras interpretaban No Place, en las pantallas gigantes se emitían imágenes del grupo con sus familias y, al final, se detuvo en una fotografía de Aaron. Fue ahí cuando Kevin cogió el micrófono mientras Nick se echaba a llorar desconsoladamente.

“Esta noche tenemos el corazón encogido porque ayer perdimos a uno de los miembros de nuestra familia. Queríamos encontrar un momento en el espectáculo para recordarle. Él es una parte de nuestra familia y os damos las gracias por todo vuestro amor y apoyo”, dijo antes de que el grupo le dedicara su siguiente tema, Breathe.

Sin duda, uno de los conciertos más complicados para Nick Carter.