Especial
Freddie Mercury: el valiente comunicado que lanzó al mundo cuando "sabía que había llegado su hora"
A finales de Abril de 1987, Freddie Mercury recibió el fatal diagnóstico que mantuvo en secreto . durante más de cuatro años
"La estrella del rock confirma su trágico secreto: "Tengo SIDA". La notició cayó como una bomba. El 22 de Noviembre de 1991 Freddie Mercury puso fin al reguero de rumores y especulaciones constantes que venían salpicando los tabloides desde algunos años atrás. Sintió que "había llegado su hora" y, con gran serenidad, se reunió con su manager y redactó sus últimas palabras. Impactantes y valientes. "Espero que todos se unirán a mí, a mis médicos y a todos los que luchan contra esta terrible enfermedad". Al día siguiente falleció.
Y Freddie siguió callado
Sin él saberlo, se despidió de su público el 9 de Agosto de 1986. Ese día cantó por última vez con Queen en Knebworth, en el concierto final del Magic Tour. Menos de un año después, en la primavera de 1987, le diagnosticaron la terrible enfermedad. A pesar del tremendo impacto, decidió mantenerlo en secreto y continuó grabando con el grupo. Su gran amigo Elton John, recuerda aquel momento en el libro 'Love is the Cure: On Life, Loss, and the End of AIDS': "Freddie me dijo que tenía SIDA poco después de que se lo diagnosticaran en 1987. Me sentí devastado. Había visto lo que la enfermedad había hecho en muchos de mis amigos. Conocía exactamente lo que le iba a hacer a Freddie. Como así fue. Sabía que iba a morir, que una muerte agonizante iba a llegar. Pero Freddie tenía un increíble coraje... y siguió siendo tan divertido, extravagante y profundamente generoso como había sido siempre".
La última aparición pública de Mercury fue el 18 de Febrero de 1990, cuando salió al escenario del Teatro Dominion de Londres para recoger su último Brit Award (por la excepcional contribución a la música de Queen). Antes de marcharse, se acercó al micrófono solo unos segundos, los justos para despedirse: "Thank you ... goodnight". Su evidente deterioro físico disparó todas las alarmas. Los tabloides continuaron especulando. Y Freddie siguió callado.
"Sentía y sabía que había llegado su hora"
Durante los dos últimos años de su vida, el líder de Queen vivió casi recluido tras los altos muros de ladrillo de su casa de Kensington (Londres). Vivía con su pareja, Jim Hutton, y su asistente, Peter Freestone. Y recibía visitas de sus amigos más cercanos. Elton John reconoce que no fue a verle muy a menudo "porque para mí era muy, muy doloroso… me rompía el corazón. Al final, su cuerpo se cubrió con lesiones del sarcoma de Kaposi. Estaba casi ciego. Y demasiado débil para mantenerse de pie. En esos últimos días, debería haberse preocupado solo de su propia comodidad. Pero él no era así. Realmente vivía para los demás".
Un mes antes de su fallecimiento, Freddie se había sentido lo suficientemente bien como para viajar a Suiza. Cuando regresó, el 10 de Noviembre de 1991, su estado había empeorado. Fue entonces, según cuenta su asistente Peter en el canal 'Ask Phoebe', "cuando tomó la decisión de dejar de tomar su medicación (a excepción de los calmantes)y se le pasó por la mente hacer un comunicado. Lo arregló todo... creo que sentía y sabía que había llegado su hora".
"Tengo SIDA"
"Freddie y Jim Beach (su manager) habían hablado de esto durante bastante tiempo, pero ya había que tomar una verdadera decisión", explicaba Freestone. "Jim tenía que viajar a Estados Unidos y, básicamente, concertaron una hora para completar el comunicado antes de su marcha. Se lanzó al mundo a las 20.00 del Viernes, 22 de Noviembre". Y confirmó lo que era un secreto a voces. El funesto diagnóstico que Farrokh Bulsara había guardado celosamente durante más de cuatro años:
"Tras las numerosas conjeturas aparecidas en la prensa, deseo confirmar que he dado positivo en las pruebas de VIH y que tengo SIDA. Sentí que lo correcto era mantener en privado esta información para proteger la intimidad de aquellos que me rodean. No obstante, ha llegado el momento para mis amigos y fans de todo el mundo de saber la verdad, y espero que todos se unirán a mí, a mis médicos y a todos los que luchan contra esta terrible enfermedad".
Una extraordinaria coincidencia
Solo 24 horas después, el 24 de noviembre de 1991, Freddie Mercury falleció. Tenía 45 años. "En ese momento, no sabíamos que se marcharía tan rápidamente. Todos éramos conocedores de que no duraría mucho, pero su médico había dicho que podría estar con nosotros algunos días más. Tiendo a pensar que él había decidido que ya había tenido suficiente", contaba quien había sido su asistente durante doce años. Por tanto, el histórico comunicado confirmado su enfermedad y su fallecimiento inmediatamente después del anuncio, fue una extraordinaria coincidencia.
Una decisión valiente
Desde principios de los 90, Mercury había sufrido un exhaustivo escrutinio por parte de los elementos más homófobos de la prensa. Fue el objetivo fácil de un sinfín de especulaciones en torno a su salud en una época en la que la terrible epidemia arrasaba en la comunidad gay. El comunicado de Freddie reconociendo que tenía SIDA marcó un punto de inflexión en la lucha contra el que entonces era un virus mortal. Había tomado una decisión valiente al respaldar a cualquiera que tuviera que hacer frente al estigma que rodeaba a la enfermedad. A partir de ese momento, además ser uno de los mejores cantantes de rock de la historia, se convirtió en un referente de la lucha contra el VIH.
Alicia Sánchez
Periodista en busca de historias chulas del pop