Especial
Esto es lo que nos dicen los escarabajos sobre el estado del planeta
Un equipo internacional liderado por investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales ha estudiado a fondo el comportamiento de estos insectos.
El escarabajo pelotero es uno de los insectos más curiosos que existen. Su conocida destreza para arrastrar grandes bolas de estiércol durante largas distancias para alimentar a sus crías no es sólo una singularidad que los hace únicos: también, una actividad que juega un papel clave para el medio ambiente. A través de ella se fomenta el enterramiento de materia orgánica, la dispersión de semillas, el reciclaje de nutrientes o el control de plagas. Por todo ello, se les conoce como “los recicladores de la naturaleza”.
Pero hay más: este peculiar coleóptero podría tener en su poder una información enormemente valiosa para los científicos. Al igual que el resto de especies de la familia de los escarabajos del estiércol, de la que forman parte, son enormemente sensibles a los cambios y perturbaciones ambientales, como el aumento de la temperatura o la disminución de la humedad. En base a esos cambios, modifican sus hábitos de vida, su alimentación y sus rasgos morfológicos, fisiológicos o reproductivos. El estudio de todo ello se denomina ecología funcional.
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Hasta ahora, la gran mayoría de trabajos científicos de economía funcional se habían centrado en las plantas, dado que al estar siempre en un mismo lugar es más sencillo extraer conclusiones. Sin embargo, este martes se publica en Journal of Animal Ecology un ambicioso estudio centrado en animales, y que tiene como protagonistas precisamente a los escarabajos del estiércol. Una investigación que ha llevado a cabo un nutrido equipo internacional liderado por investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN).
Sensibles al entorno
Tal y como explican los investigadores, estos animales, como el resto de seres vivos, pueden cambiar su comportamiento (por ejemplo cambios en los periodos reproductivos o hábitos alimenticios), como sus características físicas (cambios en el tamaño o longitud de las patas) cuando se modifican las condiciones ambientales. Los rasgos o atributos de importancia ecológica son aquellos que al modificarse cambian o la salud o éxito reproductivo de ese ejemplar concreto u otras especies o provocan cambios en los ciclos biogeoquímicos del ecosistema, como la captación de carbono o la composición del suelo.
“Hemos recopilado toda la información que había sobre el grupo para determinar qué atributos cambian cuando varía el ambiente, lo que llamamos rasgos de respuesta, y qué atributos tienen efectos sobre el ecosistema, los que llamamos rasgos efecto”, explica Joaquín Hortal, investigador del MNCN. “Al identificar cuáles son tanto rasgos respuesta como rasgos efecto hemos podido determinar qué atributos o rasgos de las especies podrían influir de manera diferente en los ecosistemas modificando de esta manera los ciclos naturales”, continúa el investigador.
Tal y como ha demostrado el estudio, los escarabajos peloteros muestran respuestas diversas ante la variación de temperatura, agua, propiedades del suelo, recursos tróficos, luz, estructura de la vegetación, competencia, depredación y parasitismo. El equipo ha identificado 66 atributos correspondientes a seis categorías: morfología, alimentación, reproducción, fisiología, actividad y movimiento.
La investigación pone las cimientos para determinar cuáles de entre todos los efectos que producen las alteraciones ambientales sobre las especies pueden a su vez desencadenar cambios importantes en el ecosistema. “Nuestra investigación proporciona la base para establecer un marco de estudio de la ecología funcional de los escarabajos peloteros y posiblemente sirva también como base para otros grupos de insectos”, apunta Indradatta de Castro Arrazola, antiguo investigador predoctoral del MNCN que ahora trabaja en la Universidad de Granada.