Dani Martín se retira de la música con una importante reflexión: “Nos vemos en unos años, sed felices”

Para Dani Martín ha llegado el momento de decir adiós. O, al menos, hasta luego. Después de 22 años haciendo música, en grupo y en solitario, y acompañarnos en los momentos más dulces y amargos de nuestra vida con sus canciones, el cantante necesita un largo descanso. Dejar de ser Dani para empezar a ser Daniel; la misma persona con otras obligaciones y preocupaciones.

Él mismo ha ido despidiéndose poco a poco desde hace unos días, con el fin de gira de Qué caro es el tiempo, dando las gracias por todo el amor recibido especialmente en estos los últimos dos años con la reedición de los grandes éxitos de El Canto del Loco, pero ha sido este fin de semana cuando ha bajado el telón de una vez por todas hasta nuevo aviso.

Ha vuelto a recurrir a las redes sociales para compartir su reflexión sobre todo lo vivido en esta última etapa profesional. "Soy una persona con tendencia a engordar, con ansiedad, con dificultad para concentrarme y ser capaz de aprender a tocar un instrumento musical de manera que yo considere correcta. He aprendido a cantar y no hacerme daño en la garganta en estos últimos tiempos, me tengo que aprender las cosas de memoria, tengo buen oído, me sé todo sobre el pop/rock español, no sé nada de técnica de audio, no sé producir un patrón de batería para una canción", comienza su relato con un vídeo de su pasado show (y último) del 7 de diciembre en La Riviera, recinto que le vio empezar hace más de dos décadas.

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"Tuve una banda de éxito. He escrito un montón de canciones que forman parte de la vida de algunas personas. Luego, me separé de mi banda y todo se ha ido convirtiendo en algo muy, muy bonito", continúa acordándose de la banda de su vida (y de la nuestra).

También ha querido destacar uno de los hitos más importantes que ha realizado en su carrera: "Este año la gente decidió comprar entradas para 5 WiZink Center en menos de dos meses; tanto la compra, como la ejecución de los mismos".

Y aprovecha una ocasión tan emotiva para volver a abrirse en canal, demostrando que su yo-persona no dista del yo-artista, que el así: sin trampa ni cartón "A veces estoy delgado y otras hinchado. Emocionalmente no soy una persona muy equilibrada, sufro mucho. Disfruto mucho en el escenario, ahora sin beber alcohol mucho más. No soy un gran cantante, tampoco sé si lo hago bien y la verdad que hay algo que me sorprende: que 22 años después siga pasando todo esto con el síndrome del impostor tan grande que tengo; la verdad, me asombra", confiesa.

Sus últimas palabras del post van dirigidas al equipo humano que ha trabajado con él y a los fans que han asistido a este tour tan especial: "Jamás pensé que pasara nada de lo que ha sucedido en esta gira: no me imaginaba un staff así, un sonido así, una banda así, un público así y una vida así como la que tengo. Gracias por todo. Acabar en La Riviera era necesario para mí, antes de volver a la realidad de ser Daniel, el que habita en su sofá, el que bebe vino, el que juega al fútbol mal, pero le pone el corazón. Tocar tierra. Nos vemos en unos años, sed felices".

Y, aunque ha vuelto a recordar su historia de desamor con los Grammy, no le da importancia. Él ya ha ganado siendo fiel a sí mismo: "No voy a seguir modas ni a modificar mi sonido para llegar a los Grammy. Prefiero conseguir los Grammy haciendo el reggaeton que hace Jorge Drexler y haciendo los duetos que hace él en sus discos, y seguir ese tipo de caminos orgánicos y sinceros. Pienso seguir siendo quien soy, sólo voy a mejorar como persona. Hasta luego, hasta siempre, hasta cuando surja de verdad. Gracias. Blackout".

No podemos asegurar si, como bien canta en uno de sus éxito, "volverá" pronto, pero lo que sí podemos hacer es darle la gracias por todo lo que nos ha regalado y desearle lo mejor en esta próxima etapa vital, que llega con un merecido no, merecidísimo descanso. ¡Gracias a ti, Dani!