El grito desesperado de ayuda de los osos polares en la isla rusa de Wrangel
Las maniobras militares del ejército ruso en el Ártico ponen en peligro a una de las especies más amenazadas por el cambio climático. Una petición en Change.org ya suma más de 130.000 apoyos para pedir al gobierno de Putin que detenga las agresiones a una de las mayores reservas naturales del planeta.
La imagen de los osos polares está indisolublemente ligada a la lucha contra el cambio climático. Un animal imponente, que puede llegar a pesar hasta 700 kilos, y cuya población ha ido reduciéndose de manera drástica en las últimas décadas. Actualmente, y según datos de la organización ecologista WWF, quedan unos 20.000 osos polares en el mundo, distribuidos en varias zonas del Ártico como Alaska, Canadá, Groenlandia, la isla noruega de Svalvard o el norte de Rusia.
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Es en este último país donde se encuentra una isla que ha servido, desde siempre, como refugio privilegiado tanto para los osos polares como para otras muchas especies endémicas del lugar como las morsas lemmings o búhos nivales, además de otras que nadan en sus mares, como la ballena gris. Localizada entre el mar de Chukchi y el mar de Siberia Oriental, la isla de Wrangel tiene unos 7.600 kilómetros cuadrados. Un paraíso de la biodiversidad que desde 2004 forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco pero que, sin embargo, no está al margen de las actividades humanas, a menudo devastadoras para los ecosistemas.
Según denuncia el activista ruso Arseniy Filipov, “el Ártico ruso se ha convertido en un cementerio de restos militares”. La zona está llena de campos de entrenamiento en los que se realizan frecuentemente ejercicios de todo tipo, y en los que la basura se acumula formando gigantescos vertederos. Los ecologistas han recogido imágenes de estos animales comiendo desperdicios en los alrededores de las instalaciones militares rusas.
El problema no es sólo la basura: Filipov ha denunciado toda una serie de agresiones a los osos polares, como “disparos masivos” efectuados desde tierra y aire o incluso cargas explosivas disimuladas en comida. También, se han documentado casos en los que los militares han pintado diversas inscripciones con pintura en el pelaje de los animales, lo que supone un grave problema para que puedan cazar.
Oleada de apoyos
Todo ello le ha llevado a poner en marcha una petición en Change.org en la que pide al Ministerio de Recursos Naturales de la Federación Rusa que detenga las agresiones a esta reserva natural. Con el hashtag #ProtejanALosOsosPolares, Filipov quiere atraer la atención de la comunidad internacional para que se movilice en favor de estos animales. Una campaña que ya ha recogido más de 130.000 firmas no sólo en Rusia, sino también en otros países europeos como Italia, Francia o España.
“La isla de Wrangel tiene una de las mayores concentraciones de guaridas de osos polares del planeta, con un gran número de hembras de osos polares que crían aquí cada invierno”, explica Filipov. “Debido a la crisis climática, durante las temporadas sin hielo, los osos polares encuentran aquí un refugio para largos periodos. Una situación que se produce sobre todo a finales del verano y principios del otoño, cuando el hielo se derrite al máximo”, ha explicado Filipov.
En un contexto como el actual, con Rusia inmersa en una guerra abierta contra Ucrania y con la mirada de la comunidad internacional puesta casi exclusivamente en el conflicto y sus consecuencias socioeconómicas, parece difícil pensar que la agonía de estos animales importe a las principales potencias del planeta. Y sin embargo, a menudo la presión popular consigue resultados sorprendentes: firmar no cuesta nada. ¿Te sumas?