Los ecologistas, contra la unión de varias estaciones de esquí del Pirineo

Los principales grupos ecologistas se manifestaron este martes contra el proyecto de unión de las estaciones de esquí de Candachú, Astún y Formigal. Te contamos por qué.

La estación de Astún, una de las afectadas. / Getty Images

En pleno mes de diciembre, con la temporada de esquí recién inaugurada, una sonada protesta ha alterado ligeramente las buenas perspectivas que parece traer el invierno para el sector. Este martes, los principales grupos ecologistas organizaron una manifestación frente al Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, en el madrileño Paseo de la Castellana, con un objetivo claro: detener el proyecto de unión de varias de las principales estaciones de esquí del Pirineo. En concreto, las de Candanchú, Astún y Formigal.

Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF, junto con un nutrido grupo de organizaciones ambientales y sociales aragonesas, se concentraron a las puertas del Ministerio bajo una intensa lluvia para denunciar un plan que, según sus argumentos, tendría graves consecuencias para los hábitats de uno de los lugares más singulares de nuestra alta montaña, refugio de numerosas especies de flora y fauna.

Un momento de la manifestación de este martes.

Un momento de la manifestación de este martes. / Ecologistas en Acción

“Por un lado está esa afección al ecosistema, que ya sufre una gran presión por la presencia masiva de turistas”, explica Luis Rico, portavoz de Ecologistas en Acción, en conversación con El Eco de LOS40. “Se pretende hacer un telecabina que pasa por un valle prístino, el de Canal Roya, que está pendiente de ser declarado parque natural. Pero por otro lado, la ampliación de las pistas de esquí no tiene en cuenta las predicciones del Observatorio Pirenaico para el Cambio Climático, que aseguran que seguir apostando por este modelo implicará el uso de nieve artificial, lo que requerirá mucho más consumo de energía y del agua de los humedales de la zona”, denuncia.

60 millones de euros de coste

Se da la circunstancia de que la nueva infraestructura, cuyo coste está valorado en más de 60 millones de euros, se financiaría a través de los fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) que distribuye el Ministerio ante el que ayer se manifestaron los ecologistas. Un organismo que, a finales del pasado noviembre, anunció una partida de más de 33 millones para Aragón en los Planes de Sostenibilidad Turística ligados al PRTR. Según los ecologistas, esos fondos “irán exclusivamente a esta construcción, sin aportar nada al resto de la comunidad autónoma”.

Pero hay más. En un escrito remitido a Reyes Maroto, ministra de Industria, las organizaciones ecologistas advierten que la financiación de este proyecto es contraria al principio de No Hacer Daño Significativo (DNSH por sus cifras en inglés), condición sine qua non para la atribución de los fondos europeos que originan el PRTR. De hecho, y de llegar a financiarse, la UE podría obligar a España a devolver la cantidad asignada al proyecto. Una circunstancia que ha llevado a los grupos ecologistas a anunciar su disposición de recurrir dicha financiación al Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, garante de la aplicación del principio DNSH. Y, en su caso, a denunciar el proyecto ante la UE por el uso inadecuado de los fondos europeos.

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“El Pirineo es una de las zonas más importantes de nuestro país en cuanto a biodiversidad, también incluso a nivel identitario”, recuerda Luis Rico. “Seguir apostando por este modelo obsoleto, con todas las consecuencias que tiene, es un grave error”, asegura. “De hecho, los fondos Next Generation, traducidos en España en el PRTR, están diseñados para cambiar el tejido productivo de nuestro país, que hasta ahora se ha basado en un turismo devastador que, además, genera empleo precario. Es hora de apostar por otra manera de hacer las cosas. Por un modelo que dé trabajo durante todo el año, y no sólo en los meses de invierno. Que ponga también el foco en el turismo de montaña y de naturaleza. Y que sea respetuoso con el entorno y tenga en cuenta la necesidad de proteger un ecosistema enormemente delicado”.